El legado de Mirambell: siete pilotos, a Innsbruck
La Federación busca talentos con unas jornadas de entrenamiento. La RFEDH quiere pilotos para los Juegos de 2022 y Mirambell quiere crear una escuela.
Ander Mirambell se introdujo en un deporte desconocido como un explorador en la Edad Media. Fabricó un trineo con sus manos y se lanzó a 120 km/h por una pista de skeleton. Sin recursos ni entrenador, logró participar en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010 e introdujo esta disciplina en España. Ocho años después, con el apoyo de la Federación de Deportes de Hielo (RFEDH), ha lanzado un proyecto para descubrir talentos que puedan dar continuidad a sus hazañas. Mirambell quiere dejar su legado.
"Sería un fracaso que me retirara y que no hubiera nadie detrás. Que haya continuidad es lo máximo a lo que puedo aspirar, es mejor que ganar un oro", explica el catalán en el CAR de Sant Cugat, donde se realizaron los primeros entrenamientos con once seleccionados de una lista de 100. "Los deportistas deben ser personas especiales. Tienen que ser rápidos en la salida, pero también deben tener un buen trabajo de propiocepción y saber pilotar. Hay que adaptarse a las situaciones extremas: al frío, a la velocidad... Y por eso hemos hecho un trabajo mental. Si tienen miedo, por muy buenos que sean, no lo lograrán", aseguró.
La lista se redujo a siete, cuatro chicos y tres chicas, quienes se desplazarán este fin de semana a Innsbruck (Austria) a entrenarse en una pista oficial. Paula Raúl, barcelonesa de 22 años que es atleta y estudia en Lleida, es una de las pilotos de prueba. "Me decían que debía probar este deporte, porque reunía los requisitos físicos y mentales. Me enteré de esta oportunidad y no lo dudé", comenta.
La meta de la RFEDH es que alguno llegue a los Juegos de 2022. La de Ander, "que esto sea un proyecto de futuro. Miramos a 2030 y ojalá podamos crear una escuela de pilotos". Así sigue la locura de Ander.
Sergi, el niño de 13 años apasionado del skeleton
Sergi Martínez tiene 13 años y es de Manresa (Barcelona), el piloto más joven de los 11 convocados, aunque no viajará a Innsbruck. Su historia refleja la propagación del skeleton y la humanidad de Ander Mirambell. "Con once años, en el colegio La Flama de mi ciudad, decidimos ponerle un nombre a la clase. Y un compañero dijo skeleton. Todos nos informamos", comentó el niño, que ha podido desplazarse con el trineo por la pista de atletismo del CAR. "Contactamos con Mirambell y vino a darnos una charla. Nos explicó todo. Nos encantó. Me compré su libro y para mí es un referente", explicó.