“Necesitamos que el baile sea visto en serio como deporte”
Luis Vañó, presidente de la Española repasó la situación del baile deportivo, una Federación joven, creada en 2012
Luis Vañó (Valencia, 59 años) era jugador de rugby hasta que un día decidió apostar por una actividad deportiva que le permitiese conciliar su vida familiar, cuenta en este encuentro en Casa Juan, acompañado de su vicepresidenta, Araceli Castaño. “Fue en los años noventa” cuando se acercó al baile deportivo, y desde ese momento, él, que nunca había movido las caderas como pilier en las melés, se encontró con una nueva pasión: “El baile deportivo, una vez que te engancha, te convierte en un adicto”. Y así empezó a bailar (tres Mundiales) e inició su carrera de dirigente deportivo: preside la Federación Española, y la Europea, que de alguna manera se impulsó desde España “aunque la tradición continental está en Alemania, Rusia, los países nórdicos, Francia e Italia”.
¿El baile es un deporte? Vañó tiene claro que sí, que la sistemática cuenta, que las puntuaciones tienen una base reglamentada, que el esfuerzo físico es evidente: “Sabemos, por estudios que manejamos, que en una prueba de latino, por ejemplo, la pareja hace un esfuerzo semejante al de los atletas que corren 400 metros; lo que pasa es que lo hacen con ropa de gala y tacones en el caso de ellas”.
2012, año histórico. El presidente de la Federación Española “que el CSD reconoció como tal en 2012”, tira de números: “De nuestras licencias, el 65 por ciento son mujeres; y por edades, el 65 por ciento son menores de 17 años”. ¿De cuántas licencias estamos hablando? “No podemos compararnos con Italia, con seis millones de presupuesto y 170.000 practicantes, pero esperamos llegar a las 10.000 licencias dentro de dos años” señala el presidente. Y cuenta que en la cronología deportiva el baile perdió casi la mitad de licencias cuando pasó de Agrupación Deportiva a Federación, de casi 14.000 a la mitad, “es más, nos preguntaron en el CSD que si no nos habríamos equivocado. Hemos remontado el vuelo y dado que este es un deporte social, creo que podremos llegar a esa meta”, afirma Vañó.
Otro de los hitos del baile deportivo español fue el de incorporarse a la asamblea general del Comité Olímpico Español en 2014, en esa carrera que Luis y los suyos comenzaron en 2006 cuando obtuvieron el reconocimiento de modalidad deportiva por el CSD. “Para ser sinceros, nuestro auténtico problema ahora es que necesitamos que el baile sea considerado en serio como deporte por las instituciones” dice Vañó, y pone el ejemplo del País Vasco: “Allí ni nos reciben; para ellos no existimos en su catálogo deportivo y aunque este año hemos organizado en Bilbao un campeonato llenando tres días seguidos el Palacio de los Deportes, ni nos contestan”.
Asegura Luis que su Federación “controla a todos los que quieren federarse, bien a través de las federaciones territoriales (hay cinco), de los clubes en los que se inscriban, o directamente en la Española”, que tiene una sede física en Barcelona “donde están los tres empleados federativos” y la fiscal en Zaragoza, “porque allí vivía el tesorero”. La directiva vive en contacto permanente “gracias a las nuevas tecnologías”.
El presupuesto de la Federación es de 500.000 euros, y del CSD recibe 45.000, “una cantidad que nos obliga a dedicar a una persona casi en exclusiva a llevar las cuentas para la auditoría, y que nos cuestan lo que nos da”, señala, ratificando que “en la Federación los cargos directivos son a título gratuito, y hay 45 personas que dedican horas y esfuerzo a trabajar por este deporte” del que sueña con verlo olímpico. “Tal vez en los Juegos de París en 2024, aunque no está claro en qué modalidad”, y señala que la persona que más les ayudó para lograr convertirse en disciplina deportiva “fue Juan Antonio Samarach, que seguramente conoció el baile cuando estuvo de embajador en Rusia, y lo entendía”.
El baile deportivo tiene muchas curiosidades. Por ejemplo, que en la mayoría de las diez modalidades de la Federación se compite por parejas, “hombre y mujer, porque a la hora de la calificación la valoración es diferente”, que las modalidades mayoritarias son “el estándar y el latino”, que en las competiciones internacionales ganan los alemanes: “Podríamos decir que dominan los rusos, pero las parejas suelen ser de nacionalidad mixta, y entonces compiten por el país de uno de ellos”, y el presidente cuenta un caso de campeones de España: “Él, Edgar Marcos, español; ella, Alina Novak, polaca. Fueron los mejores aquí, pero ahora compiten por Polonia donde tienen más ayudas”. Porque en España hay profesionales, pero la Federación “no paga a nadie y tampoco hay muchas competiciones con premios”.
Los campeones del baile viven de dar clases a las parejas que quieren progresar, y en algunos casos cobran 45 euros (o más) algo menos de una hora “en las muchas escuelas de baile, y en las categorías de mayores”.