Atutxa, nuevo ídolo en Euskadi

Aitzol Atutxa es por derecho propio una de las grandes estrellas en el deporte de Euskadi. Se acaba de proclamar campeón de Euskadi de aizkolaris por quinta vez consecutiva en un frontón Labrit lleno a reventar con 1.200 enfervorecidos espectadores. Esta vez tuvo que sudar más de la cuenta, ya que aventajó en solo 19 segundos a Iker Vicente, uno más que el año pasado en Donostia. Con este título, Atutxa rebasa a Patxi Astibia y a Inazio Orbegozo 'Arria II' en el palmarés y se coloca a uno de Anjel Arrospide, Joxemari Olasagasti y Floren Nazabal. Además, se une a Miel Mindegia y Arrospide como los tres únicos que han logrado cinco txapelas de forma consecutiva, aunque el primero sumó nueve seguidas (tiene una más) y Arrospide, seis.

Vicente llevaba la batuta en el séptimo tronco y Larrañaga cedía solo siete segundos. Al final, Atutxa decidió la txapela en el último oinbiko y en el tercer tronco de 60 pulgadas, que eran el octavo y noveno troncos, donde en uno cedía el joven navarro y en el otro lo hacía el azpeitiarra. En los dos últimos kanaerdikos Vicente se acercó al campeón, aunque no lo suficiente para llevarse el campeonato y Larrañaga cedía al final perdiendo un minuto y 15 segundos.

Atutxa marcó un tiempo de 37:29, Vicente terminó los doce troncos en 37:48 y Larrañaga en 38:45. Cuarto fue Iñaki Azurmendi con 42:32, Eneko Otaño, debutante, se fue a unos buenos 43 minutos y 38 segundos y Joseba Otaegi cerraba la clasificación con 47:09. Atutxa comenzaba a fuego, marcando el ritmo, con ocho segundos de ventaja en el primer kanaerdiko. Pero en los troncos de 60 pulgadas tomó el testigo Vicente. En el primer oinbiko se estrechó la final. El segundo pudo marcar el desenlace, aunque al final no fue así por el bien de los intereses del campeón. El tronco tenía dos nudos para Atutxa que le hicieron perder más de medio minuto. Vicente tampoco tuvo mucha suerte en el tercer oinbiko y la final se volvía a abrir.

El octavo tronco fue fatídico para Vicente. De liderar la prueba pasó a la tercera posición a 23 segundos de Atutxa. En el noveno tronco Vicente recuperaba algo, situándose a 19 segundos, pero Atutxa veía muy cerca el triunfo a falta de cuatro minutos para terminar el trabajo. Vicente no había dicho su última palabra: terminó el penúltimo tronco a quince segundos. Ahí Larrañaga, agotado, cedía definitivamente. En el último tronco, sin cambiar de aizkora, esprintaron ambos aizkolaris, y Atutxa cortaba antes el kanaerdiko. Cuando lo hizo Vicente se paró unos segundos y terminaba su trabajo a 19 segundos, aunque podían ser menos sin ese parón. El esfuerzo fue titánico y dos datos lo evidencian. Vicente dio 1.520 hachazos y Atutxa llegó a un máximo de 198 pulsaciones por minuto y una media de 187 pulsaciones/minuto en los casi 38 minutos de final. La marca fue la mejor desde el 2010, cuando Olasagasti ganó en Asteasu con un tiempo de 35:31. Y es la tercera mejor marca de un campeón de las últimas 15 ediciones. Los 37:20 de Nazabal en 2009 y el ya comentado de Olasagasti son solo mejores.

"Psicológicamente ha sido la final más dura, físicamente he sufrido pero las hubo más exigentes", sostiene el aizkolari de Dima (Bizkaia), que ha pasado muchas horas entrenando la cita. "En los oinbikos vi la final perdida y luego ganada", agrega. "Entre los tres dimos un buen espectáculo. Vicente y Larrañaga son jóvenes, con ganas de seguir luchando y la gente lo agradece", finaliza el campeón.

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