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ATLETISMO

"Kipchoge cuida cada detalle y mientras... Bekele es caótico"

Jos Hermens, el agente de los dos prodigios del fondo, contrapone las figuras. El plusmarquista de maratón es perfeccionista y Bekele, desordenado.

"Kipchoge cuida cada detalle y mientras... Bekele es caótico"

La retirada de Kenenisa Bekele en la pasada Maratón de Amsterdam hizo que su mánager Jos Hermens, estallase ante la web holandesa Hardloopnieuws.nl. El agente que también lleva la representación de Eliud Kipchoge no pudo evitar la comparación entre el plusmarquista mundial (2h 01:39) y el etíope, que acredita 2h 03:03, pero de 2016: “Bekele tiene tanto talento como Kipchoge, pero mientras que Eliud se prepara seis meses antes para una maratón, Kenenisa lo hace sólo con siete semanas de antelación. Así que eso no puede funcionar. Así que temía que sucediera lo que pasó… En el kilómetro 30 empieza la maratón”.

Hermens siguió con su crítica hacia Bekele al que acusa de desorganizado y no es la primera vez. “Es un buen chico y no quiero que se vea como negativo. Pero creo que tiene algún tipo de dislexia, de incapacidad para organizarse. Le cuesta mucho. Es como un niño que se está portando mal, pero tiene 36 años y debe asumir responsabilidades”. Y Hermens seguía con la comparación con Kipchoge: “Eliud está siempre descansando en su cama y Bekele está siempre dando vueltas con su coche, es caótico en todas las áreas de su vida. Arregla una cosa y luego surge otra”.

Hermens mantiene que adora a Bekele y Kipchoge, pero elogia la preparación del keniano: “Es el primer africano que veo que planifica todo al estilo europeo. Cuida hasta el mínimo detalle, las zapatillas, la bebida… Evalúa todo. De Bekele no oirás nada”. Tal vez por eso Kipchoge es el maratoniano más regular de la historia habiendo ganado diez de 11 maratones de alto nivel.

Bekele, el rey de la pista con el récord mundial de 5000 y 10.000, está teniendo más problemas para despegar en la maratón. Su mánager sabe el secreto: orden. ¿Piensa en los Juegos Olímpicos? “Él dice que sí, pero las palabras no son suficientes”. Los organizadores de las grandes maratones, las majors, ya no confían en él y por eso se vio obligado a correr en Amsterdam, donde tampoco estuvo a la altura.