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Fábregas: "Elegí jugar en el Barça porque es el más grande"

"Mi intención y mi deseo es ganarlo todo, y siempre, y creo que estoy es el lugar más especial", asegura el nuevo pivote francés azulgrana

Fábregas: "Elegí jugar en el Barça porque es el más grande"

Es, sin duda, el fichaje más importante del verano porque el francés de origen catalán Ludovic Fàbregas es, a sus 22 años, campeón de todo con su Selección y campeón de Europa con el Montpellier antes de llegar al Barcelona, que ha apostado por él como si se tratase del mejor pivote mundial de la próxima década. En Logroño jugará su primer partido oficial con los azulgrana, y de él hay unanimidad: una estrella para la Asobal. En una entrevista de la sección del Barcelona con el jugador, estas son sus reflexiones.

-¿Sabes que juegas para un club ganador en el que la exigencia es ganar todos los títulos?
-El entrenador, los jugadores y el club quieren ganar todos los títulos posibles. Hemos ganado la Copa Catalana y ahora podemos ganar la Supercopa ASOBAL. Trabajamos para ganarlo todo y creo que podemos hacerlo.. Queremos ser mejores cada partido.

-¿Este vestuario tiene ese hambre de títulos?
-Creo que el año pasado fue muy difícil para todos los jugadores. Todos tienen ganas de recuperar el mejor nivel y que el club vuelva a ganar la Champions. Es el título más difícil y sé que, para este club, es muy duro no ir a la Final Four de Colonia. Ahora hay nuevos jugadores que quieren ganar muchos títulos en el Barça. Podemos ayudar al equipo a lograr todos los objetivos.

-¿Te imaginabas llegar al Barça como campeón de la Champions?
-Era imposible de imaginar porque Montpellier empezó la Champions en el grupo de los equipos más pequeños pero hicimos una gran temporada. Ganamos muchos partidos en la liga francesa y disputamos el título hasta el final. Ganamos a los grandes de Europa como al Barça, al Flensburg, al Vardar y al Nantes. Tuvimos la sensación de que podíamos ganar a cualquier rival. Ese capítulo ya forma parte del pasado. 

-Pudiste fichar por el Barça la temporada pasada pero, finalmente, no hubo acuerdo entre clubes y te quedaste un año más en Montpellier. 
-Podría haber venido un año antes. Hablé con el Barça y el Montpellier y todo el mundo estuvo de acuerdo en que acabara el contrato en Francia. He vivido una buena temporada con la Champions pero también ha sido un año difícil por culpa de la lesión. Ahora quiero vivir otra experiencia y aprender muchas cosas. 

-¿Cómo has vivido este año jugando en Montpellier sabiendo que al año próximo jugarías en el Barça?
-Al principio quería venir al Barça un año antes pero, cuando el entrenador de Montpellier me dijo de quedarme un año más, no puse ningún problema. Podía aprender con Canayer y estaba muy contento de quedarme otra temporada con un grupo de jugadores muy jóvenes. Disfruté de una despedida más larga de la ciudad y del equipo y, además, me preparé de la mejor forma posible para mi llegada a Barcelona.

-¿Tienes la sensación de haber salido de tu zona de confort en Montpellier?
-Sí porque he completado mi etapa de siete años, con la formación en Montpellier y luego tres años en el primer equipo. Ha sido una etapa muy larga. Tenía 15 años cuando llegué a Montpellier. Mi familia vivía en Banyuls y fue difícil este cambio porque iba a estudiar y estaba solo, sin mis padres. Ahora es otra experiencia pero con la familia cerca, a sólo 2 horas de Barcelona. Estoy muy feliz porque creo que en Barcelona lo tengo todo, es la misma sensación que tenía en Montpellier. 

-Tenías ofertas tanto del Barça como del París Saint-Germain. ¿Qué supone para ti que ambos se fijen en ti?
-Estoy muy orgulloso de poder elegir entre un club como Barça o PSG, incluso Montpellier u otros clubes que se han interesado por mí. El Barça es especial, es diferente, por mi familia y nuestra cultura. El Barça es un club muy grande, el más famoso del mundo, en el balonmano y en el resto de deportes. Para mí era una gran ocasión y no podía decir que no al Barça. El París Saint-Germain también es un gran club pero creo que el Barça es mejor y tiene más historia. PSG quiere ganar su primera Champions y el Barça lucha por ganar la décima.

-¿Cuál es el argumento que ha pesado más para fichar por el Barcelona? 

-La ciudad, el equipo, el proyecto deportivo y la gente. Creo que la gente es muy cercana, muy simpática y eso me gusta mucho. Estar cerca de mi familia es también muy importante para mí. El Barça es el Barça. 

-¿Qué vínculo has tenido con el Barça desde pequeño?
-No tengo muchos recuerdos de cuando era pequeño porque empecé a jugar a balonmano a los 15 años y seguía más el fútbol que el balonmano. Desde entonces, he visto muchos partidos del Barça. Me gustan muchos jugadores de aquí como Sorhaindo o Viran Morros. El año pasado vine varias veces al Palau. Este pabellón tiene una magia que no se puede explicar. Tengo la sensación de que escucho ruidos y que se siente algo que es difícil transmitir. El Palau tiene mucha historia por los jugadores que han jugado aquí y por los títulos que se han ganado y cómo se han ganado. Estoy deseando vivir este ambiente especial. 

-Tú tenías una percepción, desde fuera, de cómo era el Barça y ahora lo ves desde dentro. ¿Qué te ha sorprendido del club y del vestuario?
-Todo el mundo quiere hacer el máximo por los jugadores y eso es magnífico. Nosotros sólo nos preocupamos de la pista y del balonmano. Está todo perfectamente organizado. He visto que los entrenadores y los jugadores tienen un nivel de exigencia muy alto. Yo soy muy exigente conmigo mismo pero aquí el nivel es muy elevado. 

-Sin haber jugado nunca antes en el Barça, ¿tienes la sensación de jugar en casa?
-Sí y no. Hace sólo tres semanas que estoy en Barcelona y no puedo decir que estoy en mi casa pero tengo la sensación de no estar en el extranjero. Tengo mi piso muy cerca del Palau Blaugrana, vengo en bicicleta a los entrenamientos y ya tengo sitios para hacer la compra. El cambio entre Montpellier y Barcelona no ha sido muy grande. La adaptación está siendo más fácil que si jugara en Alemania o Hungría. En el vestuario no sólo hablamos en francés, tengo ganas de descubrir a todos los jugadores. 

-¿Qué supone para ti entrenar cada día con un referente en la posición de pivote como Cedric Sorhaindo?
-Es un lujo trabajar con él porque tenemos muy buena relación desde el principio, cuando jugábamos con Francia. Disfrutamos juntos, hablamos mucho. Para mí es un jugador clave en el Barça. Él lo conoce todo, a los jugadores, al entrenador o al club. Si tengo un problema, Cedric me puede ayudar en todo, tanto profesional como personalmente. Ejerce de hermano mayor.

-Has tomado la decisión de llevar el dorsal 72 y no el 27 que lucías en el Montpellier por respeto a Viran Morros. ¿Por qué no podías heredar su dorsal?
-Porque Viran ha jugado muchos años en Barcelona, es un gran jugador. Cuando veía sus partidos siempre me fijaba en su manera de jugar. No llevar su dorsal 27 es una muestra de respeto hacia él. Viran me ha enviado un mensaje para que luciera su dorsal y le he dicho que el 27 es su número y el 72 es ahora el mío.

-Venías de Montpellier donde Patrice Canayer es toda una institución como entrenador porque lleva más de 20 años al frente del primer equipo y llegas a un Barça con un Xavi Pascual que acumula 10 temporadas al mando. ¿En qué se diferencian y en qué se parecen Canayer y Pasqui?
-La diferencia no es tanto en la forma de trabajar sino en la forma de jugar. Los dos entrenadores tienen una visión diferente de la defensa. En Francia es más física y aquí más táctica.

-¿Qué necesita Xavi Pascual de Ludovic Fàbregas?
-Xavi me ha fichado para defender y atacar, para jugar sin cambio y para ayudar al equipo. Estoy adquiriendo mucha información. Creo que Xavi Pascual quiere aportarme nuevos conceptos. Me gusta mucho la defensa. Didier Dinart me dijo una vez que se puede vencer con un gran ataque pero que los títulos se ganan con una buena defensa. Es importante defender y atacar. En el  Montpellier todos lo hacíamos. No había cambios. Xavi Pascual también quiere jugar con mucha velocidad y mucho contraataque.

-Tanto tu padre como tu hermano Álex te contagiaron su pasión por el Biketrial pero llegó un momento que decidiste quedarte sólo con el balonmano. ¿Por qué tomaste esta decisión?
-No sé por qué me decidí por el balonmano. Me gustaba mucho el trial pero era difícil porque yo era grande y fuerte. Mi hermano estaba estudiando en Montpellier. Aproveché unas vacaciones para ir a verle. Él conocía a jugadores del centro de formación y me invitó a ir a un entrenamiento de balonmano. Cuando volví a casa les dije a mis padres: “quiero jugar a balonmano”. Envié emails a muchos clubes, a Perpiñán, a Nimes, a Toulouse y a Montpellier. Probé con el Montpellier y me quedé. 

-Desde hace muchos años se habla de ti como la gran promesa del balonmano francés y has ido cumpliendo todas las expectativas. ¿Estás acostumbrado a convivir con la presión?
-Todo el tiempo me digo que puedo hacer grandes cosas pero lo más importante es disfrutar de todo. No tengo una sensación de presión por lo que se espera de mí. Tengo presión de resultados porque estoy en un club que quiere ganarlo todo. Quiero jugar lo mejor posible y trabajar mucho para ser mejor.

-Campeón de Europa a nivel de clubes, Campeón del Mundo con la selección, mejor pivote de la Champions, mejor pivote y defensa de la Liga francesa… ¿Cómo consigues mantener los pies en el suelo a tus 22 años?
-Hay jugadores que ganan la Champions y se conforman y jugadores que la ganan y la quieren volver a ganar. Yo quiero ganar siempre. Mi familia también me ayuda mucho porque está siempre conmigo. Desde pequeño he vivido muchas experiencias con el Trial, con mundiales o europeos. He cantado el himno de Francia antes de cantarlo con el balonmano. 

-¿Sientes que estás preparado para asumir el reto de jugar en un equipo como el Barça?
-A nivel mental, el último año en Montpellier me ha ido bien porque me he podido preparar para mi llegada al Barça. Ganar la Champions también me ha ayudado mucho. He ganado mucha seguridad y confianza. Hoy estoy al nivel que exige jugar en el Barça. Si estuviera aquí y mi nivel no fuera bueno, sentiría que no sería el momento de estar aquí.