Así los veo: los Jets inician con Darnold su reconstrucción real
Después de un 2017 casi perdido, en el que sin embargo su entrenador Todd Bowles salió reforzado, el equipo ve la luz al final del túnel de la mano de Sam Darnold.
El año pasado estaba convencido de que los Jets entraban en la temporada con la intención de hacer ‘tanking’, que en cristiano significa dejarse ganar para tener una elección alta en el draft. Me equivoqué. No hicieron ‘tanking’. Incluso se colocaron con un récord 3-2 en la semana 5, pero a partir de ahí la evidencia fue impepinable y entraron en una cuesta abajo imparable para terminar el año con un 5-11 que quizá a sus seguidores les dejó un buen sabor de boca, pero que no maquilló que el equipo fuera una castaña.
Sin embargo, Todd Bowles acabó la temporada reforzado porque todo lo que le rodeaba parecía una encerrona. Después de un buenísimo estreno como head coach en 2015, con un récord 10-6 que dejó al equipo con la miel en los labios después de una inesperada derrota en la última jornada, 2016 fue nefasto. Por eso, hace doce meses el head coach aparecía en el pelotón de grandes favoritos para perder el sillón a final de temporada. Sobre todo porque su plantilla no era miserable, pero estaba muy cerca. Casi no había por dónde cogerla.
Me parece increíble como salió Bowles del atolladero. Y lo hizo como los entrenadores buenos. En las primeras semanas, cuando los equipos todavía están muy verdes y ajustándose, él llegó con la maquinaria engrasada y un grupo de veteranos desahuciados dispuestos a reivindicarse. Y ahí rindió a un nivel inimaginable y demostró ambición por ganar. Cuando los demás se entonaron los Jets pasaron a ser lo que se esperaba, un equipo perdedor, pero aún tuvieron tiempo de ganar un par de partidos, ambos a franquicias que se clasificaron para postemporada. Lo justo para que Bowles no solo no solo sobreviviera a la emboscada, también saliera reforzado.
El récord 5-11 les sirvió además para conseguir en el draft a Sam Darnold, que según parece era el mismo que habrían elegido de tener el pick 1. Tuvieron que subir a por él, pero no mucho y tampoco pagando una barbaridad. Y ahora, tras haber encontrado un quarterback alrededor del que reunir un equipo ganador, empiezan una reconstrucción casi desde cero. Pese a todos los parabienes, 2017 fue un año casi perdido por mucho que se consuelen porque en él encontraron a Jamal Adams y Marcus Maye, que visto lo visto en su año de rookies pueden formar una buenísima pareja de safeties por muchos años.
Como toda reconstrucción que empieza casi de cero, este equipo tiene muchísimo por hacer. Por un lado formar a Sam Darnold, que tras la marcha Teddy Bridgewater a los Saints por una tercera ronda será el titular desde la semana 1. Le sueltan a los toros sin anestesia, pero en pretemporada ha hecho cosas muy buenas, es un tipo muy inteligente y quizá haga una entrada por la puerta grande. Creo que ya este año va a merecer la pena ver partidos de los Jets solo por Darnold. Por el otro, en la agencia libre fueron muy activos y ficharon muy bien, pero también perdieron nombres muy importantes como Muhammad Wilkerson y Demario Davis. Y si ponemos unos y otros en la balanza quizá haya una mejora, pero quizá no suficiente para que estos Jets puedan aspirar a demasiadas cosas.
Dicho lo anterior, y como les sucede a los Browns, y probablemente a los Bills, lo que menos les importa a los Jets este año es el récord de victorias. Si terminan la temporada con un quarterback franquicia consolidado se darán con un canto en los dientes. Mientras, como una hormiguita que no hace ruido, Todd Bowles intenta levantar el edificio de su defensa, que es lo que le gusta de verdad. Y oye, si por el camino consiguen volver a ganar cinco o seis partidos, todos contentos.
ATAQUE: hay Darnold, carrera, pero no línea ofensiva
El año no ha empezado bien para el ataque aéreo de los Jets. Robby Anderson, su mejor receptor, está pendiente de una sanción tras ser arrestado en enero y enfrentarse a la policía. Jermaine Kearse, su teórico número 2, se lesionó en pretemporada y podría perderse algunos partidos. ArDarius Stewart también tiene que cumplir dos partidos de sanción y Terrelle Pryor y Quincy Enunwa se suman a la lista de tocados y empiezan la temporada convalecientes. Incluso Christopher Herndon, su tight end elegido en 4ª ronda del draft, tendrá que cumplir una sanción por otro incidente policial y viene de una lesión de ligamentos. Con ese panorama, el problema de este grupo de receptores no es solo que no entusiasma en absoluto, es que puede empezar el año en cuadro.
El backfield tiene mejor pinta con Bilal Powell y Isaiah Crowell, dos tipos mucho mejores de lo que pueda parecer de entrada, y cuyas carreras han estado marcadas porque les han rodeado plantillas no demasiado competitivas. Este año pueden volver a ser lastrados por el mismo problema, y porque de entrada parece que van a formar un comité sin titular claro, pero cualquiera de los dos parecen muy capaces de superar las mil yardas a poco que el viento sople un poco a favor. Quizá Darnold pueda ser ese empujoncito que necesitan. También ficharon a Thomas Rawls, otro jugador que asombró en su año de rookie, pero que desde entonces ha hecho bastante poco entre lesiones y decepciones.
La línea ofensiva el año pasado fue terrible y todo apunta a que seguirá igual de porosa. Así que Darnold ya puede espabilar y tirar de piernas para sobrevivir. En la agencia libre ficharon a Travis Swanson y Spender Long, dos centers, y parece que el segundo será el titular para mejorar algo el interior, aunque no mucho. Kelvin Beachum (LT), James Carpenter (LG), Brian Winters (RG) y Brandon Shell (RT) completan un grupo con algunos nombres de prestigio como Beachum o Carpenter, pero que en conjunto no augura nada bueno vistos los antecedentes.
DEFENSA: demasiados interrogantes
La marcha de Muhammad Wilkerson podría parecer un gran problema para esta defensa, pero en los últimos dos años no estuvo ni de lejos al nivel anterior. La baja ha quedado cubierta en 3ª ronda del draft con Nathan Shepherd. Tiene una pinta estupenda, pero viene de jugar en segunda división universitaria, y no está nada claro que pueda ser dominante ahora que va a tener morlacos bien armados delante. Por si acaso, también han fichado a Henry Anderson. Sea quien sea el que juegue de los dos, la línea de tres se completa con Leonard Williams, que es un jugadorazo, y Steve McLendon, que tampoco está nada mal como nose tackle.
Las cosas están más turbias en la línea de linebackers. En el interior se ha marchado Demario Davis pese a su magnífica temporada pasada. La baja parece bien cubierta con el fichaje de Avery Williamson. Junto a él estará Darron Lee, que aunque es titular indiscutible aún no ha jugado al nivel que se esperaba cuando fue elegido en primera ronda del draft de 2016. Por fuera, Josh Martin y Jordan Jenkins parecen muy poca cosa. Entre los dos solo consiguieron 4,5 sacks en 2017 en una defensa que fue la quinta peor presionando al quarterback con solo 28 sacks. La posición no se ha reforzado ni siquiera con nuevos reservas, así que algo habrá visto en ellos Todd Bowles para tener tanta fe que se me escapa.
Como adelanté en la presentación, la mayor alegría de los Jets en 2017 fue encontrar una pareja de safeties de calidad con Jamal Adams y Marcus Maye. El staff ha querido aprovechar la ola buena para fichar a Trumaine Johnson, un número 1 buenísimo, que debería formar con Morris Claiborne una buena pareja de cornerbacks. El nickel no está tan claro. Buster Skrine y Darryl Roberts pelearán por el puesto y si Rashard Robinson tenía alguna opción, posiblemente la perderá con sus cuatro partidos de sanción. Pese a las dudas en el nickel, esta secundaria probablemente sea lo mejor de esta defensa.
CONCLUSIÓN:
El año pasado Todd Bowles nos enseñó que es capaz de sacar mucho más de lo esperado de una plantilla mediocre. Eso me hace darle un voto de confianza, sobre todo por la evolución de una defensa que tiene muchos jugadores jóvenes que en sus manos quizá terminen de dar el salto en 2018. Sin embargo, se me hace muy complicado digerir ese ataque. Tiene todos los ingredientes que anuncian una catástrofe con un quarterback rookie detrás de una línea mala sin paliativos y con un grupo de receptores no demasiado sólido. El backfield tiene talento y quizá ahí pueda apoyarse Darnold para sorprender, pero tampoco me extrañaría que terminara lesionado más pronto que tarde. El calendario no parece excesivamente complicado, pese a que el bye está algo tarde en la semana 11 y tres de los primeros partidos son lejos de New Jersey. Se enfrentarán a bastantes equipos también en reconstrucción y solo se complica de verdad en la recta final, cuando se acumulan los ‘cocos’. Creo que repetirán el récord 5-11, o quizá lleguen a seis victorias para ser terceros de la AFC Este, pero este año sí parece que el proyecto puede arrancar para empezar a ser realmente competitivo en 2019.