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ZONA ROJA NFL

Así los veo: los Chiefs, pendientes del show Mahomes...y sin defensa

Patrick Mahomes llega al puesto de quarterback para que el ataque de los Chiefs sea un festival de fuegos artificiales, pero a su defensa parece faltarle aún un hervor.

Madrid
KANSAS CITY, MO - AUGUST 09: Quarterback Patrick Mahomes #15 of the Kansas City Chiefs throws a pass down field during the first half against the Houston Texans on August 9, 2018 at Arrowhead Stadium in Kansas City, Missouri.   Peter Aiken/Getty Images/AFP
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Peter AikenAFP

Me encanta Andy Reid. Me parece un fenómeno. Quizá, como nadie es perfecto, tenga un lunar en su capacidad para improvisar desde la banda cuando un partido se le tuerce. Quitando eso, en su despacho a la luz de un flexo, en el vestuario rodeado de jugadores, o en la cama mientras sueña con football, Reid es un genio irrepetible. Un entrenador que nunca ha ganado una Super Bowl, pero que ha formado una generación de entrenadores que sí lo están haciendo mientras aplican su forma de ver el football.

Porque Reid, ahí con su pinta de Papa Noel, su cuerpo inabarcable y su gesto bonachón siempre es capaz de conseguir mucho aunque tenga poco. Una especie de multiplicación de panes y peces con forma de balón de football. De los cinco años que lleva en Kansas City ha clasificado al equipo para playoffs en cuatro ocasiones, y en la otra terminó con un récord 9-7. Su ataque nunca parecía entusiasmar, porque Alex Smith no lo hacía, pero, por poner un ejemplo, el año pasado terminó quinto en el ranking de la NFL. Incluso aunque su vestuario no esté entre la élite, Reid consigue que las cosas funcionen. Nadie diría que la defensa de los Chiefs fue el año pasado la quinta que más yardas permitió a sus rivales, un coladero por aire y más o menos lo mismo por tierra. Y sin embargo, con todos los ingredientes en la cazuela, el equipo funcionaba. Con una ciencia infusa que todos le concedemos a Bill Belichick, pero que también es una de las grandes virtudes de Reid.

El año pasado Reid hizo otra de esas cosas que distinguen a los entrenadores buenos: ha tenido paciencia con su futuro quarterback franquicia. Nunca he entendido por qué si un jugador es elegido en primera ronda tiene que tener un impacto inmediato. ¿Por qué? Para empezar, tendrá que tener el impacto cuando el staff técnico decida que está preparado para tenerlo. Pero además, en el caso de los quarterbacks el asunto tiene aún más ciencia. Es importantísimo que un pasador no reciba el mando de un ataque hasta que esté de verdad preparado. Si hace falta un año, pues se espera un año. Y si hacen falta dos, pues también. Os recuerdo que Aaron Rodgers estuvo tres añitos en la banda y no parece que le vinieran demasiado mal.

Los Chiefs eligieron a Patrick Mahomes con el pick 10 de primera ronda de 2017 y no hubo debate porque Reid lo cortó en seco el primer día. Su quarterback era Alex Smith y el novato debía pasar un año haciendo un master de QB NFL. Y cuando acabó la temporada tampoco hubo dudas. Smith se marcó y Mahomes recibió las llaves del reino. Ahora todos estamos pendientes de lo que pueda hacer. Es muy complicado imaginar que la irrupción de Mahomes en la NFL no sea brutal sabiendo que está creciendo bajo las alas de Reid. No olvidemos que Reid consiguió que Donovan McNabb pareciera una gran estrella de la NFL. Que fue el hombre que fabricó al Brett Favre que acabó siendo uno de los más grandes de todos los tiempos. ¡Y Mahomes está igual de loco que Favre! No soy capaz de esperar a que empiece la temporada. ¡¡¡Qué ganas tengo de verle!!!

En pretemporada Mahomes ha sido un quarterback resolutivo y emocionante como esperábamos, pero también ha protegido el balón con el mismo mimo que Alex Smith. Y eso sí es una sorpresa. Si su predecesor condujo el ataque de Kansas con mucha más maestría de lo que se está diciendo (veréis como triunfa en Washington), el heredero ha mimado el balón, lo ha protegido, cuidado y acariciado, casi tanto como Alex Smith. Sé que los números de pretemporada valen lo que valen, pero 72,1% de completados de media en tres partidos con 43 lanzados es una cifra a tener en cuenta.

Así que me vais a perdonar que esté tan entusiasmado. Llego a la temporada 2018 con el sueño de que Andy Reid haya fabricado un jovencito Brett Favre. Y aunque sé que me precipito, ¡que narices! ¿Qué es el deporte sino un universo de sueños imposibles que se hacen realidad?

ATAQUE: una velocidad endiablada

Creo que el ataque de los Chiefs con Alex Smith fue sólido y muy eficaz, pero que Mahomes le puede poner el punto de velocidad para que se vuelva explosivo y espectacular. Todo lo que rodea al quarterback sugiere emoción y pasión como voy a demostrar en los siguientes párrafos. Estoy seguro de que este equipo va a jugar a mil por hora en ataque y tendremos que poner un cinturón de seguridad en el sofá frente a la tele para no estrellarnos. Solo una duda: ¿Cómo afectará la marcha de Matt Nagy como coordinador ofensivo? Eric Bieniemy, su sustituto, es un hombre de la casa que lleva cinco años siendo el entrenador de running backs, así que ¡qué narices! Abrochémonos los cinturones de todas formas.

Kareem Hunt irrumpió el año pasado como ese runningback explosivo y polivalente que tanto le gusta tener a Reid y del que sabe sacar tanto partido. Era capaz de liarla corriendo y recibiendo, con una facilidad sorprendente para encontrar huecos y para crear el pánico a campo abierto. Además tiene unas manos infalibles. Sumó 1782 yardas combinadas (1327 de carrera y 455 de pase). Casi nada. Como escudero tendrá a Spencer Ware, que vuelve después de perderse todo el año pasado por una grave lesión de rodilla. Si está completamente recuperado, tiene talento para ser titular de más de 1.000 yardas. Para completar un backfield magnífico renovaron a Anthony Sherman, que seguirá siendo un muy buen fullback, y han fichado a Damien Williams, que no debería tener muchas oportunidades.

Han fichado a Sammy Watkins y siguen contando con Tyreek Hill y Travis Kelce. El primero tiene talento de gran estrella aunque una carrera plagada de lesiones no le ha dejado romper su techo de cristal. Los otros dos superaron sobrados las mil yardas de recepción el año pasado. Vuelvo a lo mismo de antes. Solo de imaginarme un snap de Kansas City, con Hill corriendo a la velocidad de ‘La Hormiga Atómica’, Kelce abriendo un hueco gigante en el centro y Watkins arrastrando a media secundaria, se me hace la boca agua y se me erizan los pelos del cogote. Han perdido a Labert Wilson, que se ha marchado a Miami, pero DeMarcus Robinson, Chris Conley y compañía completan un gran grupo en el que Kareem Hunt tendrá aún más protagonismo que el año pasado desde el backfield.

La línea ofensiva sigue siendo la misma que el año pasado con un único posible cambio en el guard izquierdo, donde Cameron Erving parece que podría arrebatarle la titularidad a Bryan Witzmann. Sin embargo, es una posición que parece un poco cogida con alfileres. En el left tackle seguirá Eric Fisher, en el center Mitch Morse, en el guard derecho Laurent Duvernay-Tardif y en el tackle derecho Mitchell Schwartz. Quizá no parezca deslumbrante, pero es una línea muy compenetrada, que en el lado derecho funciona como un reloj y que no debería dar disgustos importantes si resuelve la duda del guard izquierdo.

DEFENSA: front seven mejorado y secundaria por hacer

El año pasado la defensa de Kansas City fue casi horripilante. Aun así el equipo se clasificó para postemporada, aunque la AFC Oeste no fue especialmente complicada. Quizá por eso Andy Reid ha aprovechado para empezar una reconstrucción del grupo que debería completarse en la próxima offseason. Ha dejado marchar a Derrick Johnson con 35 años, a Tamba Hali con 34 (estuvo lesionado casi todo 2017) y a Marcus Peters porque por muy bueno que sea estaban de él hasta las narices y se había convertido en un factor de desestabilización en el vestuario.

El consenso general es que esas tres bajas pueden ser muy complicadas de cubrir, sobre todo la del cornerback, pero no hay que olvidar que Eric Berry vuelve después de perderse todo 2017 por un desgarro en el tendón de Aquiles. Su presencia como strong debería darle un empujón a una secundaria que el año pasado fue la cuarta peor de toda la liga. En el free también tiene problemas porque Daniel Sorensen se está recuperando de una lesión de ligamentos y podría no estar disponible hasta mediados de octubre. Mientras tanto, el puesto lo cubrirá Eric Murray. Armani Watts, novato elegido en 4ª ronda del draft, tendrá que ponerse las pilas porque podría hacer falta muy pronto. El grupo de cornerbacks ha perdido a Peters y no está claro cómo cubrirán ese agujero. Ficharon a Kendall Fuller, que ha rendido muy bien en el slot, pero que aún está por probar fuera de él. También han fichado a David Amerson, que jugó muy bien en Oakland en 2015 y 2016, pero que el año pasado dio un paso atrás por las lesiones. El tercer titular será Steven Nelson, que debería estar recuperado después de jugar en 2017 solo media temporada tras salir de una lesión. Detrás de ellos hay muy poca cosa y hasta se han traído a Orlando Scandrick a última hora para tener algo de profundidad.

En el front seven, los Chiefs han hecho un muy buen fichaje trayendo a Anthony Hitchens para reemplazar a Derrick Johnson y formar junto a Reggie Ragland la pareja interior de linebackers titular. Por fuera seguirá Justin Houston, que con sus 9,5 sacks quedó aún lejos de los 22,0 de 2014, pero sigue siendo un peligro. El otro linebacker exterior rotará más y Hali aún no tiene sustituto claro, como ya sucedió en 2017. Dee Ford, Frank Zombo y Tanoh Kpassagnon entrarán en los relevos, pero lo lógico es que el último termine siendo el titular después de ser elegido en 2ª ronda en 2017 y haber tenido un año rookie prometedor.

La línea de tres es la parte más reforzada en la agencia libre y en el draft. El end Breeland Speaks fue elegido en 2ª ronda, el nose tackle Derrick Nnadi en 3ª y Xavier Williams, otro nose tackle, fue fichado en la agencia libre. Williams debería ser el tackle titular para mejorar la defensa contra la carrera interior. A su izquierda seguirá estando Chris Jones, que es un gran jugador capaz además de presionar al quarterback como end de 3-4. Allen Bailey es el eslabón más débil del grupo y a poco que Speaks espabile debería arrebatarle la titularidad.

CONCLUSIÓN:

Tras el esfuerzo hecho para poner freno a la sangría de la defensa contra la carrera es posible que hayan cerrado esa vía de agua, pero será complicado que esta secundaria sobreviva contra ataques aéreos de la élite salvo que Eric Berry vuelva hecho una bestia y los fichajes sorprendan para muy bien. En el otro lado del balón todo parece encajar a la perfección si Mahomes juega como casi todo el mundo augura. Los Chiefs pueden ser muy competitivos si los interrogantes caen a favor y lo cogido por pinzas aguanta, pero parece más bien que este proyecto tendrá que esperar un año para irrumpir con garantías. Por ahora, disfrutemos de su ataque, que promete ser la bomba, y veamos si pueden pelear por una división en la que Broncos y Raiders parecen inmersos en reconstrucciones complicadas y los Chargers seguirán siendo los Chargers para bien y para mal por mucho equipazo que puedan haber reunido. Los Chiefs tienen el bye tarde, en la semana 12, y un arranque terrorífico con cuatro de seis partidos como visitantes a plazas complicadas y recibiendo a 49ers y Jaguars. A partir de entonces todo parece mucho más asequible, sobre todo hasta el bye. Si llegan a la semana 7 con tres o cuatro victorias podrán repetir el 10-6 del año pasado y jugar la postemporada, pero yo creo que quedarán detrás de los Chargers y que difícilmente ganarán más de 9 partidos. Eso sí, dando mucho espectáculo.