Así los veo: los Titans siguen esperando que irrumpa Mariota
El equipo de Tennessee tiene una plantilla muy competitiva desde hace dos años, ahora ha reunido un staff técnico magnífico y solo falta que aparezca su quarterback.
Seguramente, en la historia de la NFL se podrán contar con los dedos de una mano las ocasiones en las que un entrenador haya clasificado a su equipo para playoffs, haya ganado un partido en postemporada con remontada imposible y una vez eliminado haya sido despedido. Si a eso le sumamos que los Titans venían antes de Mularkey de una temporada 3-13 y otra 2-14, y que con él como head coach consiguieron sendos récords 9-7, parece increíble que haya perdido su puesto. ¿Verdad? Pues de eso nada. Con él como director de orquesta del equipo los violines iban por un lado, las trompas por otro y la percusión se fue de vacaciones. Aquello era un desmadre. Y claro, visto lo visto, lo más lógico parecía buscar alguien con un poco más de enjundia a ver si conseguía afinar los instrumentos. Porque oye, entre nosotros, al final uno ya se cansa de decir año tras año que los Titans son el gran tapado de la AFC. Y ya va siendo hora de que se destapen. Otra cosa es que Mike Vrabel consiga hacerlo.
Con el cambio al frente del staff técnico, han dejado atrás a un coordinador ofensivo que ya había fracasado en dos ocasiones como entrenador principal y que no ha hecho mejor el ataque de los Titans pese a contar con Mariota, del que luego hablaremos. A cambio se han traído a un coordinador defensivo con poca experiencia pero que conoce muy bien la división porque trabajaba en los Texans. El entrenador de linebackers de una defensa de la élite de la NFL, un tipo de la ‘cuadra’ de Bill Belichick, para el que fue un linebacker casi legendario, pero que por mucho que se valore su trabajo, y por muchas lesiones que le lastraran el año pasado, en su primera temporada como coordinador, condujo la defensa que más puntos encajó de toda la NFL. No es que dude de Vrabel, y menos con el equipazo de coordinadores del que se ha rodeado, pero crear un gran staff es solo el primer paso para un entrenador principal. Y más cuando está obligado a mejorar un record 9-7 con playoffs hasta ronda divisional porque la plantilla que ha heredado ya está más que hecha.
De entrada, el draft fue cortito, casi minúsculo tras subir a por Rashaan Evans, una gran decisión según todos los analistas que, como no podía ser de otra manera si hablamos de Vrabel, reforzará decisivamente el grupo de linebackers. Pero por si fuera poco, en segunda ronda eligieron otro linebacker, que además pareció otra elección genial para que su entrenador no cupiese en la camisa. Pero por mucho que reforzaran la defensa en el draft (y en una agencia libre), este equipo no arrancará hasta que arranque Mariota. No hablo de acelerones, sino de velocidad constante crucero. De consistencia.
Mariota ha conseguido en tres temporadas en la NFL dividir a todos los aficionados. Unos piensan que es una joya y otros que aún no ha demostrado nada. Una buena colección de highlights y de detalles de jugador bueno no ocultan otra larga lista de decisiones inexplicables. En 2016 pareció haber cogido la ola buena, pero el año pasado navegó en la inconsistencia por muchos asteriscos que pongamos por culpa de las lesiones. Nadie puede negar que cuando se enchufa sea capaz de dirigir un drive imperial para que todos sus seguidores empiecen a exclamar: “¿ves, ves?; pero como digo, se echa de menos regularidad, solidez. El talento para hacer buenas lecturas siempre. Que desaparezcan esos apagones inexplicables que convierten a Mariota durante un rato en una calamidad. Por algo será que Vrabel ha contratado como coordinador ofensivo a Matt LaFleur, un especialista en quarterbacks que trabajó en Washington con Griffin, En Atlanta con Ryan y el año pasado fue el coordinador ofensivo de unos Rams. Yo aún me estoy preguntando cómo consiguió que ese ataque fuera el que consiguió más puntos por partido de toda la NFL con Jared Goff como quarterback. Si LaFleur no pone en la élite a Mariota no lo pondrá nadie.
Para la defensa, Vrabel ha conseguido un nombre mítico: Dean Pees. Coordinador de New England entre 2004 y 2009 y de los Ravens desde 2010 hasta el año pasado. Si la defensa de Tennessee lleva un par de años amagando con estar en la élite, parece imposible que no dé el salto de la mano de Pees. Así que, para resumir, por tercer año consecutivo podemos decir con mucho temor a equivocarnos que los Titans vuelven a ser el gran tapado de la AFC. Y ahora solo queda sentarse a esperar a ver cómo acaba la película.
ATAQUE: ya no valdrá solo con correr
Vamos a suponer que LaFleur empiece a explotar una de las mejores armas de Mariota, su movilidad, que con Mularkey fue completamente desperdiciada. También vamos a imaginar que el quarterback va a tener el protagonismo que esperábamos el año pasado. Un protagonismo que al final no existió en un equipo empeñado en sobrevivir con las carreras de DeMarco Murray y Derrick Henry. El primero se ha retirado sin una gota de gasolina más; el segundo ya ha demostrado de sobra que es capaz de cargar con el peso de un backfield con garantías. 744 yardas y 4,2 por intento le avalan. Han fichado a Dion Lewis que si consigue mantenerse sano es muy bueno, y se puede complementar muy bien con un Henry que es un tanque imparable, pero no un receptor desde el backfield. Uno pondrá la potencia y otro la elusividad y las manos. Pese a todo, ya no será un backfield encargado de ganar partidos por si solo como en la etapa del mejor Murray. Ahora debe haber más imaginación y sistema, y más quarterback.
El grupo de receptores debería estar por fin liderado por Corey Davis, que después de ser elegido en primera ronda del draft de 2017 se pasó casi todo el año renqueante. Lo bueno es que a última hora, cuando se recuperó, sí demostró que puede ser un grandísimo receptor. A su lado estará Taywan Taylor, otro rookie de 2017 que parece prometedor, y tendremos que estar pendientes de cómo evoluciona la salud de Rishard Matthews, que fue el referente del equipo en año pasado, pero lleva todo el verano aquejado de una misteriosa lesión y ha sido incluido en la lista de PUP. Eric Decker no sigue, pero Delane Walker, incombustible, seguirá siendo un tight end decisivo para Mariota a sus 34 años. No es un grupo númeroso ni impresionante, pero si los jóvenes responden puede ser muy peligroso.
La línea ofensiva está pendiente de la rodilla izquierda de Jack Conklin. No es seguro que el tackle derecho esté recuperado a tiempo para jugar en la semana 1. Probablemente, Dennis Kelly, el sexto hombre del grupo le sustituya si hace falta hasta su vuelta. El resto de jugadores repite. Taylor Lewan (LT), Quinton Spain (LG), Ben Jones (C) y Josh Kline (RG) completan un grupo que no parece maravilloso nombre por nombre, pero se entiende a las mil maravillas y, pese a las lesiones de Mariota, suele dar buenas protecciones y sabe abrir puertas a la carrera.
DEFENSA: mucha calidad en cada posición
La segunda mayor preocupación del staff ha sido reforzar la secundaria. En ella gastaron su tercera elección del draft (de quinta ronda), con Dane Cruikshank que por ahora es solo un proyecto. El auténtico revulsivo llegó en la agencia libre con el fichaje de Malcolm Butler, que tal vez no sea un número 1 tan impresionante como el contrato que ha firmado, pero que con Logan Ryan (también un ex de los Patriots) y Adoree Jackson (primera ronda de 2017) puede formar un tridente mucho más difícil de quemar que el año pasado. En el free safety estará Kevin Byard después de hacer un temporadón increíble el año pasado que le llevó a ser elegido para el primer equipo All-Pro de 2017 y para la Pro Bowl. El eslabón más débil de esta gran secundaria está en el strong. Han perdido para toda la temporada a Jonathan Cyprien y han tenido que fichar a toda prisa a Kenny Vaccaro para suplir su baja porque detrás no tenían casi nada más. Ese es el único problema de esta secundaria, la falta de relevos de garantías.
Como contaba al principio, las dos primeras elecciones del draft de los Titans fueron para dos linebackers. Rashaan Evans será titular por dentro desde el primer día junto a Wesley Woodyard, el líder de este front seven. Ambos pueden formar una pareja interior infranqueable por tierra y Evans mejorará el rendimiento de Woodyard en cobertura. Los linebackers exteriores también son buenísimos. Brian Orakbo consiguió 7 sacks el año pasado y Derrick Morgan 7,5. Harold Landry, elegido en 2º, entrará en los relevos cada vez más para coger experiencia y ser titular en 2019. Sin duda, Vrabel tiene un grupo de linebacker como a él le gusta para su defensa 3-4.
La línea de tres también parece muy sólida tras el fichaje de Bennie Logan en la agencia libre. Sustituye a Sylvester Williams, que se ha ido a Detroit, y mantendrá en el banquillo a Austin Johnson, que no termina de convencer después de ser elegido en segunda ronda del draft de 2016. Por fuera repiten DaQuan Jones y Jurrell Casey. El segundo es una bestia que consiguió 6 sack el año pasado y también es un muro contra la carrera y Jones también da un rendimiento muy bueno.
CONCLUSIÓN:
Un año más, los Titans parecen los grandes tapados de la AFC si se puede decir algo así de un equipo que el año pasado alcanzó la ronda divisional. Aunque, sinceramente, casi nadie se los creyó nunca pese a que llegaran más lejos. El equipo sigue estando igual de bien hecho que en los últimos dos años y tiene fortaleza defensiva y potencial ofensivo. Pero para que ese potencial aflore es necesario que, por fin, Mariota sea el quarterback que llevamos tres años esperando. Además, la AFC Sur se ha vuelto durísima con Jaguars aspirando a todo y Texans recuperando lesionados para formar un bloque muy duro. Incluso Indianápolis con Luck de vuelta puede convertirse en factor y juez aunque parezca condenado al último puesto. El calendario tampoco ayuda. Antes del bye en la semana 8 tiene partidos muy complicados en casa y visitas que tampoco son sencillas. Si miramos el lado bueno, que cuatro de los cinco últimos partidos sean en casa puede ayudarles a dar un empujón final hacia los playoffs. De verdad, no me atrevo a dar un pronóstico de partidos ganados. No me sorprendería un 7-9 o un 8-8 si Mariota sigue estancado, ni un 10-6 u 11-5 si por fin despierta. Para mí es uno de los equipos más complicados de descifrar de toda la NFL.