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ZONA ROJA NFL

Así los veo: los Redskins pueden ser la sorpresa de la temporada

Todo el mundo está hablando de la lesión de running back Derrius Guice, pero los Redskins tienen una defensa magnífica y muchos lesionados importantes de vuelta.

Madrid
FOXBOROUGH, MA - AUGUST 9 : The New England Patriots and the Washington Redskins face off during their preseason game at Gillette Stadium on August 9, 2018 in Foxborough, Massachusetts.   Maddie Meyer/Getty Images/AFP
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Maddie MeyerAFP

No hace mucho tiempo los Washington Redskins era los eternos ganadores de la offseason de la NFL. Sus fichajes eran deslumbrantes, sus expectativas gigantescas, sus posibilidades infinitas. Luego llegaba la dura realidad, empezaba la temporada regular, se levantaban de la cama y el colchón estaba mojado. Pero oye, los tres o cuatro meses de felicidad que habían pasado no se los quitaba nadie. Y sabiendo que la temporada regular dura eso exactamente, cuatro meses, ellos habían sido felices más tiempo que la mayor parte de la humanidad.

Ahora fichan a Alex Smith… Y eligen en el draft a Derrius Guice que se lesiona a las primeras de cambio para toda la temporada. Y donde antes bebían cervezas alborozados mientras soñaban con éxitos que nunca llegaban, ahora no tienen ni ese consuelo. Se sientan en la barra con una birra que acaba recalentada y sin espuma mientras confiesan a sus amigos sus penas, reciben palmadas en el hombro y miran al infinito con ojos vidriosos. No estoy exagerando en absoluto. Después de un ejercicio de hipnosis imposible con el que consiguieron autoconvencerse de que salían ganando con el cambio de quarterback, la fantasía se derrumbó como un castillo de naipes mientras discutían si fichaban a Adrian Peterson o a Jamaal Charles para tapar el agujerazo creado por la lesión de Guice. Y cuando el debate se mueve en esos niveles, es que la cosa está pero que muy malita.

El problema de los Redskins no es de hoy. Viene de una situación enquistada con Cousins que todos menos ellos sabíamos que no podía acabar bien. Fueron retrasando el problema cada año a base de pagar una morterada a un quarterback que estaba deseando irse porque todas las señales que venían de los despachos eran que no se acababan de fiar de él. La conclusión es que este año por fin se ha marchado Cousins y se han traído a Alex Smith, que a todos los efectos parece otra solución provisional. Y a base de provisionalidad y falta de atrevimiento, este proyecto transita entre el aburrimiento y la desidia pese a que si lo analizamos con detenimiento tiene una pinta extraordinaria y este año debería aspirar a jugar los playoffs, e incluso a pasar alguna ronda pese al problema actual del running back.

Por eso, Jay Gruden tiene por delante cuatro meses en los que se juega el ser o no ser. Posiblemente sea un buen entrenador, pero no lo sabemos. Posiblemente esté reuniendo una buena plantilla, pero eso tampoco tenemos la certeza. Posiblemente hayan merecido cada año terminar con un mejor récord, pero eso ya es parte del pasado. Y posiblemente los intangibles que no se pueden controlar, las lesiones, la mala suerte y lo que sea que se os ocurra han jugado en su contra para que nada haya salido como se esperaba. El problema es que eso no importa, y cuando llevas al frente de una franquicia cuatro años no puedes escudarte en nada de eso. Los seguidores de los Redskins seguirán mirando su cerveza, enfadados, convencidos de que el dios del football les persigue y de que su plantilla está muy bien hecha aunque luego no sirva para nada.

Lo que vale al final es saltar al campo y ganar partidos. Y este año tendrán que hacerlo con un equipo mucho mejor de lo que la mayoría sospecha, pero también con Alex Smith, que será muy fiable y tendrá los huevos negros del humo de mil batallas, pero es menos emocionante que una carrera de babosas. Y oye, al final, lo que uno busca cuando se sienta a ver un partido es que el quarterback grite después de una actuación sensacional: “¡¡¡¿¿¿os ha gustado???!!!”.

ATAQUE: sin Guice... pero con Thompson

Las expectativas creadas alrededor de Derrius Guice durante toda la temporada han sido altísimas. E igual de radical ha sido el desplome moral tras su lesión. Puede ser un corredor extraordinario, de esos que cambia el perfil de una franquicia, y se convirtió en robo del draft por las dudas creadas (y tal vez infladas) alrededor de una personalidad difícil. El boquete abierto con su lesión es tan grave también porque detrás de él casi todo son dudas. Rob Kelley y Samaje Perine dan para lo que dan, y ninguno tiene empaque para ser número 1. Podrían intentarlo con Chris Thompson, que es un tremendo receptor desde el backfield, pero no está claro que pueda rendir igual como corredor en todos los snaps (otro tipo que no debes perder de vista en tu fantasy). A estas alturas Adrian Peterson, recién fichado, tampoco tiene ni una gota de gasolina y dudo que acabe en el roster de 53. Si el año pasado el juego terrestre de Washington fue terriblemente anémico y quizá su mayor problema ofensivo, este año la cosa no empieza mejor.

Otro de los problemas del ataque terrestre fue que la línea ofensiva vivió todo el año lastrada por las lesiones. El quinteto titular ya sano repite con Spencer Long fuera del equipo una vez que Chase Roullier, 6ª ronda del draft 2017, rindió razonablemente cuando tuvo que suplir al veterano. Trent Williams (LT), Shawn Lauvao (LG), Roullier (C), Brandon Scherff (RG) y Morgan Moses (RT) deberían formar una muy buena línea que puede ser la clave para que este ataque mejore su rendimiento significativamente. Geron Christian, elegido en 3º ronda, por ahora será el sexto hombre hasta que gane empaque para ser left tackle titular.

El ataque aéreo en manos de Alex Smith no debería ser muy diferente al que dirigía Cousins. Tal vez ahora pierda algo de verticalidad, no mucho, y gane algo de seguridad, tampoco demasiado. Dos quarterbacks supervivientes que saben cómo navegar sin cometer errores graves, pero que tampoco te emocionan. En la agencia libre ficharon a Paul Richardson, que se unirá a Jamison Crowder y Josh Doctson para formar un trio de receptores que me parece realmente bueno. Jugadores polifacéticos y que ayudan mucho a su quarterback. Tal vez noten más la marcha de Ryan Grant que de Terrelle Pryor, pero lo que será clave para ellos, y más sabiendo las preferencias de Alex Smith, es que Jordan Reed consiga por fin jugar una temporada completa sin lesionarse. Reed estaría sin duda en la élite más exclusiva de tight ends de la NFL si no fuera de cristal. Por si acaso, Vernon Davis, que ya jugó con Smith en los Niners, seguirá cubriéndole las espaldas.

DEFENSA: un once titular extraordinario

Los Redskins tuvieron en 2017 la peor defensa contra la carrera de toda la NFL. Literalmente, les corrió todo el mundo todo lo que le dio la gana. Aunque lo justo es decir que la sangría comenzó con las bajas de Jonathan Allen y Mason Foster y se completó para crear una tormenta perfecta en el front seven cuando también se lesionó Matthew Ioannidis, que jugó tocado toda la segunda mitad de la temporada. Ahora han elegido a Da’Ron Payne en 1ª ronda del draft, Allen y Ioannidis están de vuelta y lo normal es que la línea de tres de los Redskins sea una de las mejores frenando la carrera de la NFL. Ese cambio tan radical puede darle la vuelta al equipo completo como a un calcetín.

Mason Foster de vuelta y Zack Brown forman una pareja estelar de linebackers interiores que en condiciones normales deberían combinarse para más de 150 placajes. Por fuera siguen teniendo asegurada mucha presión a los quarterbacks rivales. Preston Smith consiguió en 2017 ocho sacks y Ryan Kerrigan trece. Por si fuera poco, han fichado a Pernell McPhee y tienen en la banda formándose a Ryan Anderson, que debería dar un paso adelante después de una gris temporada de rookie pese a ser elegido en 2ª ronda. Nombre por nombre, el front seven 3-4 de Washington tiene talento para dar y tomar. Si juega a su nivel debería codearse con la élite de la NFL.

En el grupo de cornerbacks repiten dos de tres. Y la pérdida es importante, porque Kendall Fuller va a dejar un importante agujero en el nickel. Intentarán cubrir su baja con Fabian Moreau. En su primer año tras ser elegido en 3º ronda hizo más bien poco, pero muy seguros tienen que estar con él porque Orlando Scandrick ha sido visto y no visto en Washington. Josh norman sigue siendo una estrella de la NFL y Quinton Dunbar no está mal como número 2. También habrá que estar atentos a Adonis Alexander, elegido en el draft suplementario. Los Redskins también tienen derecho a tener sorpresas agradables, como todo el resto del mundo. Montae Nicholson lo fue en el strong safety el año pasado después de ser elegido en 4ª ronda. Si continúa su progresión y Troy Apke sigue su ejemplo tras ser elegido este año también en 4ª ronda, pueden tener una pareja de safeties buena, bonita y barata para muchos años. Mientras tanto, DJ Swearinger es un buen free para completar una defensa con algunos problemas de profundidad, pero cuyo once titular parece magnífico.

CONCLUSIÓN:

Sinceramente, creo que estos Redskins solo están a un corredor de mil yardas y que les respeten las lesiones de ser un equipo competitivo incluso en postemporada. Dudo que le puedan pelear la división a los Eagles, aunque los de Philadephia no se deberían despistar, pero tampoco creo que Cowboys o Giants puedan terminar delante de ellos si no hay accidentes. En su contra, tienen el bye en la semana 4 y un calendario muy complicado con cuatro visitas difíciles en los últimos seis partidos, pero insisto en que su defensa no debería tener nada que ver con la del año pasado y un backfield roto suele ser más fácil de reparar que ninguna otra posición de ataque y defensa. Creo que rondarán un récord 9-7 o 10-6 que tal vez les abra la puerta de los playoffs si por una vez tienen suerte.