Los juveniles tiran el partido y el Europeo en 30 segundos

Sólo la edad de los jugadores puede explicar el descontrol del último medio minuto de España ante Suecia en el Europeo de Croacia, aunque para ser sinceros también se ve en equipos profesionales aunque se olvide pronto. Pero el último medio minuto de España es para llorar de pena: 27-28 (11-11)

Porque la Selección había trabajado bien, había mantenido el cara a cara con Suecia, que siempre tuvo pequeñas ventajas, pero que entraba en los últimos 10 minutos con tres goles de renta. Y entonces se vio que el equipo de Alberto Suárez está de sobra preparado, mentalizado, y es fuerte de cabeza: mantuvo la confianza y empató el partido a 25.

Es más, España estaba en alza y a Suecia le temblaban las piernas cuando la Selección tomó la delantera: 26-25. Luego vino un penalti y exclusión para los suecos, y empate a 26. Y luego el tanto español casi en minuto 59 (27-26) con un paradón del portero Rodríguez Lario para poner a los de Suárez en ventaja a menos de 40 segundos y con la posesión. No se entiende muy bien qué pasó, pese a que el seleccionador se lo olía y pidió tiempo muerto, que no sirvió de nada porque el barcelonista Mamadou (antes muy bien, logrando el tanto que ponìa a España por delante), perdió el balón en el centro del campo, y empate a 27, y luego el mismo jugador lanzó fuera desde 11 metros a falta de cuatro segundos. Y ese tiempo lo aprovechó Suecia para en una jugada a la desesperada sacar un siete metros riguroso y decidir un partido que, de alguna manera, regaló España. Son juveniles y es comprensible. Una lección que cuesta la posibilidad de luchar por las medallas. Habrá más ocasiones.