Bruno Hortelano se queda a una centésima del bronce en 200
Casi dos años después de sufrir un grave accidente de tráfico, el español ha estado a punto de subirse al podio continental por segunda vez. Guliyev, campeón.
Bruno Hortelano se quedó a una centésima del sueño, de la gloria de las medallas europeas, de culminar con matrícula de honor su tremenda historia de superación. En 20.05 paró el reloj tras 200 metros, en 20.04 se llevaron el bronce y la plata Alex Wilson y Nethanell Mitchell-Blake. Ganó el turco Guliyev (19.76) y el sprinter español, cuarto se llevó el peor trago, el de quedarse fuera del podio. “Sólo quiero superarme a mi mismo, lo que hicieran los demás no lo puedo controlar”, repetía el sprinter.
Hortelano, que en Berlín se mostraba ultraconcentrado y algo esquivo, se empeñaba en repetir una frase: “Tengo un plan que ha sido creado durante dos años y lo voy a ejecutar. Sólo debo tener tranquilidad y confianza”. Su receta le tuvo muy cerca del éxito, pero sonreía al acabar: “No puedo estar triste vengo desde lo más bajo y fueron mejores que yo”.
Y desde la calle 3 del Olympiastadion, el anillo que coronó a Jesse Owens y Usain Bolt, Bruno hizo su gesto: las dos manos en la cabeza y una sonrisa. Salió fortísimo y llegó igualado en la recta con el terrible Guliyev. Eso pudo ser el punto frágil de la estrategia, porque en la caída de la velocidad, cuando hay que emerger, fueron más rápidos sus rivales británico y suizo. Fue una centésima. Un instante de tiempo imperceptible al ser humano, pero doloroso, aunque Hortelano lo supo encajar. Nada es comparable al complejo proceso de recuperación de aquel grave accidente que tuvo el 5 de septiembre de 2016, que le dejó heridas en la mano derecha, en rodillas y cabeza. Además, en un momento no veía la luz y cayó en una depresión.
En mayo de 2018 consiguió volver en una maravillosa historia de superación. Uno de sus grandes días fue el 22 de junio, cuando en Madrid batió el récord de España de 400 (44.69) y en los Nacionales de Getafe pulverizó su marca de 200 (20.12 de los Juegos de Río) para dejarla en 20.04, un registro que habría valido medalla. Las centésimas son crueles, pero rigen el atletismo. Bruno lo sabe: “Corrí la segunda mejor carrera de mi vida, así que no puedo no estar contento”.
El examen final no salió como esperaba para este atleta, que, a los 26 años, aspiraba a revalidar el título de Amsterdam de hace dos años 704 días después de su accidente. Le queda una revalida con el 4x400 en el que esta misma mañana podría correr las series: “Comeré, me meteré en hielo y a ver qué se decide”. Hortelano no ganó medalla, pero sigue feliz.