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WATERPOLO

Croacia se cuelga el bronce

Los balcánicos cimentaron su triunfo en un fulgurante arranque en el primer cuarto, que solventaron con un parcial de 4-0 más que decisivo.

Actualizado a
Selección croata celebrando.
Alejandro GarcíaEFE

La selección croata se colgó la medalla de bronce en el Europeo de waterpolo de Barcelona tras derrotar a Italia (10-8), en un partido que empezó dominando con claridad desde el inicio y en el que se mostró más eficaz que su rival a ambos lados de la piscina.

Los balcánicos cimentaron su triunfo en un fulgurante arranque en el primer cuarto, que solventaron con un parcial de 4-0, gracias a los tantos de Jokovic, García, Buljubasic y Fatovic.

Campagna, el seleccionador italiano, sentaba a Del Lungo, que no había sido capaz de parar ni un solo lanzamiento en este primer período, para colocar a Nicosia bajo palos.

El cambio no mejoró en exceso las prestaciones en la portería transalpina, pero Italia salió con más determinación en el segundo cuarto, jugó algo más suelta y por fin fue capaz de aprovechar alguno de los ataques en superioridad que no había aprovechado en los primeros ocho minutos.

Presciutti y Figlioli recortaban distancias al inicio del segundo período (4-2) y, a partir de ahí, un intercambio de tantos llevó el choque al 7-5 con el que se llego a descanso.

El tercer cuarto empezó con De Lungo de nuevo bajo palos y el tercer gol de Fatovic, una precisa vaselina que sorprendía de nuevo al meta italiano, y el segundo de Buslje, que ponía a Croacia otra vez cuatro por delante (9-5).

Pero Italia se aplicó en defensa, Di Fulvio recortó distancias y las escuadra de Campanga se concedió una mínima posibilidad de afrontar con vida el último cuarto (9-6).

En esos primeros minutos del último parcial tuvo opciones de meterse definitivamente en el partido, pero las paradas de Bijac y un tanto de Loncar a falta de 4:26 para el final lo alejaron definitivamente del bronce (10-6).

Di Fulvio y Gallo recortarían distancias al final para dejar en el marcador el definitivo 10-8, que devuelve a la campeona del mundo al podio de un Europeo, algo que no sucedía desde Zagreb 2010, cuando ganó el torneo como anfitriona.