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ESPAÑA 7 - MONTENEGRO 7 | EUROPEO

España celebra el empate

El 7-7 le permitirá ir por el camino más sencillo del cuadro en busca de las medallas. Heroica actuación del meta López Pinedo, con casi un 60% de acierto.

España celebra el empate
Gorka Leiza

Quedaban dos ataques y la Selección masculina empataba ante Montenegro (7-7), lo que suponía su pase a cuartos de final directamente y, además, un lado del cuadro más asequible para alcanzar la lucha por las medallas. El lanzamiento de Munarriz se estrelló en el larguero y la selección balcánica se lanzó al ataque, pero surgió un avispado Perrone para rebañar el balón y quedárselo, a falta de 30 segundos para el final. Los pequeños detalles te hacen grande, y eso fue lo que le valió a España para conservar un empate de oro. Probablemente, Grecia (se mide a Alemania) sea el rival el martes en unas Picornell que laten al son del equipo de David Martín.

Como era de esperar, el encuentro fue una batalla acuática. Montenegro defendió como si en cada jugada le fuese la vida, como ya demostró en los pasados Juegos Mediterráneos, donde fue capaz de dejar a la Selección española con solo tres goles a favor. Siguieron erre que erre los balcánicos, que se pusieron fugazmente por delante gracias a Ivovic, un martirio desde la posición de cuatro. Dos goles clavados para colocar un 0-2 que los de David Martín lograron remontar gracias a la paciencia y calidad de Perrone, un abrelatas cuando los partidos se cierran (2-2). Pero de nuevo Ivovic, con un remate que tocó los dos palos, dio ventaja a los montenegrinos al filo del final del primer parcial (2-3).

España tuvo en López Pinedo un gigante, que les guardó la llave del empate con sus paradas (cerca del 60% de acierto). Llegó a todos los rincones, y paró de todas las formas posibles que aparecen en cualquier diccionario de porteros. Pese a ello, Montenegro siguió hiriendo a España y dominó con mayor margen el segundo parcial. Solamente un zarpazo de Blai Mallarach agujereó la meta balcánica. Ivovic, una pesadilla, y Janovic pusieron el 3-5 al descanso.

Pero el tercer periodo fue mágico para los españoles. Fueron un ciclón, como la España del 92 o las guerreras del agua, y con un parcial de 0-3 le dieron la vuelta al partido (6-5). Dos hombres capitalizaron la remontada. López-Pinedo, inmenso, un pulpo gigante. Y Tahull, autor de dos goles desde la boya, incansable a sus 21 años. Granados se estrenó también para poner la puntilla a un parcial en el que los 3.700 aficionados que arroparon al equipo español gozaron de lo lindo.

Montenegro es un hueso, forjado con un espíritu repleto de arrojo. Ahora fueron ellos quienes le dieron la vuelta al encuentro (6-7). Pero cuando ya saboreaban el pase, Bustos hizo el 7-7, el larguero se estrelló en su camino y la mano derecha de Perrone les empujó fuera de la carretera. A ellos les esperará Rumanía en octavos y Croacia, la campeona del mundo, en cuartos de final. A España, descanso hasta el martes y, luego, Grecia. Dos montañas de distinta categoría.