Olivia Fresneda: “Si voy a Tokio mi madre se muere”
La hija de Blanca Fernández Ochoa, en la prelista de España para el Mundial de seven de San Francisco (20-22 de julio), va tras los pasos olímpicos de su madre.
Febrero de 1992. En Albertville, Francia, Blanca Fernández-Ochoa se convierte en la primera medallista española en unos Juegos Olímpicos de Invierno con su bronce en eslalon. Continúa así la saga iniciada por su hermano ‘Paquito’ con el oro de Sapporo 72.
Diciembre de 2016. Casi 25 años después, su hija, Olivia Fresneda, debuta con la Selección española en las Series Mundiales de rugby a 7, una de las tres modalidades de este deporte y la única que forma parte del programa olímpico. Esa temporada Olivia jugó todas las citas del circuito y el Grand Prix de Kazán. Sólo una lesión el pasado noviembre la apartó de la rutina de las Leonas. Tras una operación y cinco meses de baja, volvió en el Howard Hinton sevens a finales de mayo y una semana después ya disputaba la última serie mundial de la temporada en París. “No me lo esperaba porque con la lesión he estado un poco fuera del seven últimamente”, confiesa cuando se le pregunta por su fugaz reincorporación. Y lo agradece: “Es complicado salir de una lesión y que te reconozcan el trabajo así hace ilusión”.
Grandes noticias con vistas a estar en el Mundial de julio (está en la prelista), la última gran cita internacional en el seven antes de los Juegos de Tokio 2020. Y es que, pese a competir en un deporte radicalmente distinto al que practicaba su madre, la casualidad ha querido que también tenga esa vitola olímpica y a Olivia le hace mucha ilusión poder seguir el camino materno. “Me encantaría llegar a unos Juegos. Creo que es el objetivo de todo deportista”, admite. El hecho de que su madre haya sido medallista, de momento, no le supone una presión añadida. “Compito porque me gusta y no le doy muchas vueltas a eso”, afirma antes de anunciar que “sería increíble” llegar a unos Juegos y que ella pueda verlo.
Porque, en contra de lo que muchos padres deportistas hacen, Blanca Fernández-Ochoa no quiso llevar a su hija por sus mismos derroteros. Lo cuenta Olivia: “Le pregunté cómo veía que hiciese ski y me dijo que no, que prefería un deporte colectivo. Y como mi padre jugaba de pequeño al rugby, nos propuso probar y nos metimos mi hermano y yo”. David, que nació sólo once meses después que ella, también ha hecho sus pinitos con el oval. Juega también en el Industriales de Las Rozas y ha llegado a ser convocado por la Selección madrileña. Nunca con España. “Es muy bueno pero en chicos es más difícil”, argumenta Olivia, que después de la lesión también ha reaparecido con su club en el GPS Copa de la Reina, en el que han acabado séptimas y como el mejor equipo de los que no juegan en la Liga Iberdrola, la primera división de rugby a 15. ¿Próximo objetivo? Volver a consolidarse en las Leonas. “Me voy a esforzar al máximo para estar en Tokio”. Por ella y porque, si alcanza su sueño olímpico, su madre “se muere”. De alegría, claro.