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JUEGOS MEDITERRÁNEOS | ESPAÑA 3-ITALIA 2

Abel Ruiz da el oro a España

Sus tres goles tumban a una combativa Italia (3-2) y le dan el triunfo en estos Juegos Mediterráneos a una exitosa generación de jugadores Sub-18.

Actualizado a
Abel Ruiz da el oro a España

En una España Sub-18 coral, con unos extremos que desequilibran y un dominio del juego en todas su fases, contar con un delantero como Abel Ruiz es un lujo. Sus desmarques, su capacidad para finalizar los ataques y sus movimientos tienen un sentido que lo convierten en un jugador de oro, y gracias a sus goles (siete en cuatro partidos) el equipo de Luis de la Fuente ha conseguido batir a Italia (3-2) y ganar los Juegos Mediterráneos. Otro triunfo de una generación que obtuvo el curso anterior el subcampeonato mundial Sub-17

Italia jugó como la Italia clásica y en el minuto 88 de partido empató después del servicio de un córner por medio de Portanova (2-2). Los italianos ya se veían en la prórroga cuando la Sub-18 tiró del fútbol y de la paciencia que le había faltado en los momentos posteriores al 2-1. En tres minutos creó tres ocasiones, la última, un centro de Miranda que lo remató Abel Ruiz a gol, el hat-trick para este rey Midas del área en Tarragona. Era definitivo. Salieron todos los integrantes del banquillo a abrazarse y el entrenador, Luis de la Fuente, echó a llorar. Una victoria sangrada y muy satisfactoria. 

Con un centro del campo de hormigón y un delantero rápido como Merola, un incordio para los defensas, Italia fue una roca. Y España resultó ser la España que se esperaba, con un juego elaborado desde atrás, una gran calidad en ataque aunque algo irregular en algunas fases en las que Italia la pilló desprotegida. El partido fue intenso, jugado a distintas velocidades, siempre dominado por España menos al comienzo. 

En el segundo 25 la Selección ya mostró el camino que le conduciría al gol, gracias a una internada del sevillista José Alonso Lara que acabó con el balón dentro de la meta italiana: el tanto fue anulado por un ajustado fuera de juego. El equipo de Luis de la Fuente salió convencido de llevar el peso del partido, dominar y crear ocasiones con su potente ataque. No obstante, Italia, un animal competitivo, golpeó primero de manera inesperada. Un balón largo a la espalda de la defensa lo aprovechó Merola, un proyecto de Vieri, fuerte y rápido, astuto como pocos. Protegió el balón, se deshizo del meta español y se centro envenenado lo aprovechó Rauti para marcar a placer. Los centrales españoles cometieron un error de concepto. 

Lejos de hundir a España, que estuvo dormida unos minutos, el gol empezó a despertar el juego asociativo. Sergio Gómez puso un centro envenenado que no encontró rematador en el minuto 17, una conducción de Morey un minuto después acabó con un remate fregando el palo. El 1-1 llegó en el minuto 25. Un pase de exterior de Alonso, una delicia, lo convirtió en gol Abel Ruiz en apenas dos toques, dominando el tiempo y el espacio. Un toque para sortear al portero, otro para embocar a gol. Con un remate de Mirando desviado después del saque de un córner, el encuentro llegó al descanso.

Más impetuosos salieron los chicos de Luis de la Fuente en el segundo acto. Primero lo intentó Guillamón con un lanzamiento desviado, luego Abel, en otro gran movimiento, se topó en el último momento con un central italiano y, en el minuto 56, sí logró anotar después de otro desmarque al filo del fuera de juego y un remate cruzado de primeras con la derecha. Italia quedó tocada, apenas pasó del centro del campo y solo creó inquietud en algunos saques de esquina. España supo dormir el encuentro con los cambios y con su presión en campo contrario hasta que el encuentro empezó a languidecer. En ese contexto, con las piernas cargadas y los corazones revolucionados, sobresalió Sancet, un pulmón, sobresaliente con y sin balón. 

Pero Italia tiene siete vidas. Su técnico sacó otro delantero y apostó por el juego directo. España estuvo demasiada blanda y llegó ese 2-2. Pero estaba Abel Ruiz. Era su partido. Ha sido su torneo. Y suyo y de sus compañeros es el futuro.