Y, al fin, Andrew Luck lanzó un balón de fútbol americano
El quarterback de los Indianapolis Colts estuvo trabajando en el campo y, por primera vez en más de un año, ejecutó pases a sus compañeros.
Y, por primera vez en más de un año y medio, Andrew Luck volvió a lanzar un balón de fútbol americano en un entrenamiento de los Indianapolis Colts. La meta sigue estando lejos, pero uno de los mayores obstáculos en su recuperación ha sido saltado.
El quarterback de los Colts tuvo una sesión de capital importancia. Desde luego, no suficiente como para eliminar las dudas que pesan sobre su futuro profesional, pero sí que de suficiente entidad como para que el ambiente en el campo de entrenamiento del equipo fuera de total y absoluta euforia.
Empezando por el propio Luck y siguiendo por Jim Irsay, dueño de la franquicia, y Frank Reich, entrenador del equipo, pudiendo sumar por el medio a sus compañeros y los periodistas que cubrían el acontecimiento, porque así ha de ser calificado, todas las palabras que se dijeron, todas las sensaciones que se expresaron, fueron de júbilo.
No es para menos. Luck se lesionó en el hombro derecho durante la temporada 2015. Jugó la 2016 sin apenas poder entrenarse debido al dolor. En enero de 2017 se operó y, desde entonces, todo ha ido de mal en peor. La recuperación nunca llegó, el dolor no desapareció, sus esfuerzos fueron en vano, la franquicia comenzó a dudar si era un problema mental o físico, el jugador huyó a Europa a buscar otros puntos de vista médicos, por el medio el general manager y el entrenador fueron despedidos en parte por la gestión de este asunto y el nuevo régimen calmó las aguas para poner sobre la mesa un plan físico mucho más pausado, sin urgencias ni límites temporales.
Así, Andrew Luck se fue a California a trabajar en su hombro y en su destrozada mecánica de pase lejos de los focos de la NFL y en solitario. Hace ya un par de meses que está con los Colts y siguiendo las instrucciones del equipo, en conjunción con su grupo de rehabilitadores externos. Hace un par de semanas tuvo una sesión privada con Frank Reich en el que lanzó balones de fútbol americano reglamentarios. Tuvo que hacerlo a escondidas porque, mentalmente, no estaba preparado para mostrarse al mundo.
Ayer sí. En condiciones precarias, quede claro. Podéis apreciarlo en el vídeo que aparece aquí encima. Se notó que su mecánica de lanzamiento está, por decirlo suavemente, oxidada. El balón que lanzó era pequeño, de nivel de instituto, y no pasó de los 20 pases ejecutados. Poca cosa, en principio, pero todo un mundo para Andrew Luck.
Al final del entrenamiento se mostró con su exuberancia y alegría habituales, las de antes de la lesión. Prometió a los periodistas que estará, con toda seguridad, jugando en la semana uno y que estará a tope para cuando los campos de entrenamiento de la pretemporada, los que comienzan pasada la mitad de julio, den el pistoletazo de salida a la campaña 2018.
Lo quiere él, que merece salir de esta prisión emocional y física en la que se ha visto envuelto, lo quieren los Colts, cuya esperanza de futuro descansa sobre ese hombro derecho, y lo queremos todos los seguidores de la NFL. Aunque las sensaciones no son las mejores, aunque la imagen de ver a Luck lanzando de manera tan poco ortodoxa desconcierta, sólo es un paso más en una recuperación que deseamos que llegue a ser completa.