Julio Jones no se presenta con los Falcons en el minicampo
El receptor de Atlanta ha cumplido su amenaza y no estará disponible para sus entrenadores en estos días de entrenamientos obligatorios.
Julio Jones ha cumplido su amenaza y no se ha presentado al minicampo de entrenamiento obligatorio de los Atlanta Falcons que se desarrolla esta semana. El receptor estrella del equipo hace, de esta manera, efectiva la huelga que comenzó en los días de sesiones voluntarias, a las que tampoco acudió.
Julio Jones quiere un nuevo contrato. Tiene 29 años y sabe que está ante, probablemente, uno de sus últimos momentos de plenitud física y de rol en el equipo como para pedir una enormidad de dinero. Ser el receptor mejor pagado de la liga es su objetivo, algo que tiene sentido si tenemos en cuenta que para mucha gente (ponedme el primero) es el mejor wide receiver de la NFL.
Ahora mismo su impacto contra el espacio salarial de los Falcons es de 12,9 millones de dólares, lo que le sitúa séptimo en la liga en su posición por detrás de Mike Evans, Larry Fitzgerald, Jarvis Landry, DeAndre Hopkins, A.J. Green y T.Y. Hilton.
Si hablamos del salario medio que recibe desde que firmó su anterior contrato hace tres temporada, Jones está en los 14,2 millones de dólares, octavo y lejos de jugadores como Antonio Brown, Sammy Watkins y Davante Adams, además de los citados en el anterior párrafo.
Por supuesto, Jones quiere subirse a esa ola. Quiere estar en los 18 millones de dólares que rozan con las punta de los dedos Mike Evans o Antonio Brown. Y es por eso que ha decidido apartarse del equipo mientras su agente negocia un nuevo contrato.
El problema es que su situación es de poco poder porque tiene firmada su relación contractual con Atlanta por los próximos tres años. La franquicia, sin duda, quiere tener contento a uno de sus jugadores más especiales, pero no a costa de ceder un dinero y un poder que le vendrán muy bien a futuro. Es decir, ahora mismo Julio Jones está atado hasta 2020 a un muy buen precio y es difícil justificar un contrato nuevo con tanta ventaja en la mesa de negociación.
Se suma lo anterior a que el equipo ha convertido a Matt Ryan en el quarterback mejor pagado de la historia de la NFL en esta misma offseason. Le ha dado 150 millones por los próximos cinco años y eso ha servido al grupo que dirige los destinos económicos de Julio Jones como ejemplo de un desequilibrio excesivo para los intereses de su representado.
El receptor va a ser multado con un máximo de unos 40.000 dólares por día de entrenamiento obligatorio que se pierda. No es relevante. Más lo será cuando lleguen los campos de la pretemporada de julio. Ahí se verá si el órdago de Jones tiene fundamento y si los Falcons pueden empezar a preocuparse por la situación.