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NHL

Washington pone a Las Vegas al borde del precipicio

Los Capitals, con cuatro asistencias de un descomunal Evgeny Kuznetsov, ganan el cuarto partido de la final de la Stanley Cup y alcanzan el 3-1.

WASHINGTON, DC - JUNE 02: Evgeny Kuznetsov #92 of the Washington Capitals celebrates with his teammates after scoring a goal against Marc-Andre Fleury #29 of the Vegas Golden Knights during the second period in Game Three of the 2018 NHL Stanley Cup Final
Rob CarrAFP

Se suponía que esta iba a ser la final de Alex Ovechkin. La gran estrella de los Washington Capitals ha sido el mejor jugador en el hielo del equipo durante, al menos, una década y ahora le llegaba la oportunidad de toda una vida: alcanzar la esquiva Stanley Cup. En ningún momento se ha bajado de ese rol, ni ha rebajado la presión interna con frases hechas de cara a la galería. A nivel emocional, Ovechkin se ha comportado como alguien que es muy consciente de lo que se está jugando, nada menos que alcanzar la meta de una vida, de la historia de una franquicia eternamente perdedora y una ciudad que lleva una racha de derrotas en las grandes ligas norteamericanas como para ser el chiste de todo el país.

Y, sin embargo, o quizás por eso, la final le está perteneciendo a su compañero más renombrado. Evgeny Kuznetsov está siendo el mejor jugador de la final de la Stanley Cup 2018 y no hay nadie que se le acerque. El genial patinador dio, ayer, cuatro asistencias más que sumar a su estadística para impulsar a los Washington Capitals a un resultado de 6-2 sobre los Vegas Golden Knights. Esto pone el 3-1 en las series al mejor de siete partidos por lo que en la capital están a una sola victoria de hacerse con el anillo y en Las Vegas están al borde del precipicio en esta su temporada inaugural como franquicia, que se dice pronto.

El factor cancha no ha sido especialmente importante para los Capitals en estos playoffs. Antes de llegar a la final de la Stanley Cup tenían más victorias fuera de casa que en su pista. De hecho, en su pabellón tenían récord negativo. Eso era antes de los últimos dos encuentros. En ellos, el público ha sido parte esencial de sus dos triunfos.

El propio Kuznetsov, agasajado cada vez que tocaba la pastilla, quiso hacer oídos sordos al cántico de "We want the Cup" (Queremos la Copa) que atronó en el último periodo del encuentro de ayer. "Aún hay que ganar un partido. No podemos parar ahora. Aún hay que ganar un partido. Pero es evidente que toda esa energía nos contagia. Está siendo un público increíble".

Y es que está habiendo sobre el hielo un equipo increíble para que esos aficionados de Washington se vuelvan locos. En el primer periodo de este cuarto partido ya se pusieron 3-0 arriba. T.J. Oshie y Matt Niskanen llegaron en Metro al pabellón, para alegría de sus seguidores, y el primero fue el que abrió el marcador a pase, claro, de Kuznetsov. El segundo se encargó de asistir en el tercer gol.

Los Golden Knights han visto toda esta explosión ofensiva de un equipo defensivo como son los Capitals entre una sensación de incredulidad y de fastidio. Porque no han sido barridos, como pueden indicar algunos marcadores, sino que han sufrido una severa falta de suerte en momentos clave. Hasta siete palos han acumulado en los dos últimos partidos en Washington y han llegado a dominar por 10-2 en ocasiones de peligro a los de Washington en el primer periodo de ayer mientras que el marcador no paraba de darles las espalda.

No obstante, son un equipo de enorme coraje. Este grupo de forajidos y caídos en desgracia no han roto todos los pronósticos y se han plantado aquí para rendirse. Afrontando el último periodo del partido con un 4-0 en contra, dominaron y presionaron sin descanso. Tanto que llegaron a ponerse 4-2, tras goles de James Neal y Reilly Smith, y llevaron el nerviosismo a las filas rivales. Michal Kempny tranquilizó a los de Washington con el 5-2 y, ya con todo decidido, Brett Connolly redondeo el asunto con el 6-2 final.

Hubo, como en los tres partidos anteriores, golpes muy feos y mala sangre entre ambos grupos. Y así va a seguir siendo. Hay verdadera animadversión en el hielo. Tanta tensión desembocó en una tangana que mostró que estas dos plantillas no se van a intercambiar postales de Navidad en las próximas fiestas.

El quinto partido, que será definitivo si lo ganan los Capitals, se juega en la madrugada del jueves al viernes en Las Vegas. Los Golden Knights, el más improbable de los finalistas del deporte estadounidense, venderán muy cara su derrota. No han hecho otra cosa en todo el año que desafiar al destino y ahora les queda la prueba más dura de todas: ganar tres partidos seguidos a los Washington Capitals para hacerse con la Stanley Cup.