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El curioso caso del jugador de la NFL que acabó medicina

Laurent Duvernay-Tardif, línea ofensivo de los Kansas City Chiefs, ha conseguido graduarse como doctor mientras sigue con su carrera deportiva.

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El curioso caso del jugador de la NFL que acabó medicina

Esta es la historia de Laurent Duvernay-Tardif, uno de los más jugadores de la NFL más especiales.

Lo que le convierte en centro de la narración es que ha conseguido acabar la carrera de medicina mientras se pegaba en los emparrillados. Y también que es canadiense, que ya bastaría para ser una rara avis en la NFL, aunque de bastante menos mérito (e interés) que lo que me ha llevado a escribir esta lineas.

Cuenta Duvernay-Tardif que, en la universidad de McGill, tenía dos pasiones absolutas. Una era el fútbol americano y otra ser médico. Cuando llegó a su segundo curso fue interrogado por sus profesores y sus entrenadores sobre cual era el camino que quería seguir en el futuro porque lo que era seguro es que tendría que elegir. Dice nuestro protagonista que le produjo tal estrés y dolor emocional pensar en abandonar alguno de los dos campos que decidió no sufrir más: haría todo lo posible para andar los dos caminos y el destino le indicaría cual era la salida más adecuada para su futuro.

Así llegó 2014 y se encontró con que fue elegido en el draft de la NFL. Los Kansas City Chiefs gastaban una sexta ronda en un prometedor guard. A la vez, la liga canadiense de fútbol americano (CFL), le escogía en la posición #19 global de su propio draft.

Al contrario que al resto de sus compañeros, el draft le pilló trabajando. Mientras las grandes estrellas de aquella promoción, a saber, Jadaveon Clowney, Khalil Mack, Sammy Watkins y compañía, estaban apretando la mano de Roger Goodell en el gran estrado de los sueños de la NFL, y otros esperaban con sus familias en habitaciones de hotel para celebrar que un equipo de la liga les había llamado, Duvernay-Tardif estaba ayudando a nacer a un par de gemelos en una urgencia hospitalaria. Se enteró después de sus horas de guardia, aún en prácticas, de que tenía un sitio en la NFL.

De hecho, él ya sabía que sería en Kansas City. Porque durante todo el proceso pre-draft los equipos le habían marcado como "problemático" debido a su amor por la medicina y a su empeño en no dejarla de lado. "Problemático" en el sentido de que podría no estar lo suficientemente interesado en el deporte. Para Andy Reid, sin embargo, fue un plus. "Si estaba tan interesado en jugar a pesar de tener la mente tan clara con respecto a ser un doctor, es que era un amante empedernido del juego", dijo el entrenador de los Chiefs. Y acertó. Por eso le eligió en el draft.

Sus compañeros han vivido situaciones surrealistas. Dice Mitch Morse, uno de sus hermanos en las trincheras del ataque de Kansas City, que lo que más le impresiono fue ver a su amigo estudiar once horas seguidas en el traslado desde un partido jugado en Londres. Mientras todo el equipo dormitaba o trataba de entretenerse, Duvernay-Tardif preparaba un examen.

El año pasado, por ejemplo, en la semana de descanso de la temporada programó un par de exámenes. Aquí ha contado con la complicidad tanto de los Kansas City Chiefs como de sus profesores que, entendiendo lo especial del caso, han flexibilizado sus calendarios y sus exigencias para que pudiera hacerlo todo durante el año.

Y, por fin, el fin de semana pasado Laurent Duvernay-Tardif ha conseguido acabar su carrera y pasar a llamarse Doctor. Tiene claro que, de momento, va a seguir en la NFL mientras pueda, mientras tenga sitio en un equipo y, después, peleará para estar en urgencias de algún hospital porque, según sus propias palabras, "urgencias se parece mucho a un tercer down, y es lo que más me gusta del mundo".