La madurez y el liderazgo de Pat Mahomes
El quarterback de los Kansas City Chiefs ha rechazado numerosos contratos publicitarios centrado como está en demostrar en el campo su valía.
Cuando pienso en la temporada que se les viene encima a los Kansas City Chiefs siempre me pregunto lo mismo: ¿quién tiene más en juego, Andy Reid o Pat Mahomes? La respuesta lógica es el primero, porque acumula ya demasiados malos días en enero como para tener no sólo su futuro, sino incluso su legado, asegurado, pero a la que te paras a pensar en poco te das cuenta de que el segundo tiene un papelón encima como poca gente en toda la NFL.
Porque Pat Mahomes tiene que hacerlo bien, o muy bien, ya en su segunda año en la liga, y el primero como titular, en un contexto en el que no se le va a permitir fallar. No debería permitirsele, al menos, porque no tiene mucha importancia su situación personal, esto es, su inexperiencia, si lo comparamos con el hecho de que tendrá a su disposición un grupo de compañeros en las posiciones de habilidad entre lo más granado de la competición, será el quarterback de un equipo perenne en playoff y ha de demostrar que vale dos primeras rondas del draft (lo que se pagó por él) y que mereció la pena deshacerse de Alex Smith para tenerle a él como titular.
Sin presión, chico.
Ante estas circunstancias, Pat Mahomes se está comportando con una envidiable madurez y sensación de liderazgo, ambos asuntos que le van a ser necesarios de forma inmediata y sin tiempo para construirse una red.
Esta semana hemos sabido, por ejemplo, que el quarterback de los Kansas City Chiefs ha dicho que no a varios contratos publicitarios. Algunos locales, tipo anunciar grandes concesionarios de coches o restaurantes de la ciudad, pero otros de calado más nacional.
El argumento que ha dado el jugador a su agente, y que éste ha trasladado a todas aquellas marcas interesadas en convertirle en su hombre anuncio, es que quiere centrarse, antes de nada, en demostrar en el campo que es merecedor de esa confianza. No quiere que nada le distraiga del trabajo que tiene que hacer.
De la misma forma, se une ésto al hecho de que durante su año como suplente de Alex Smith desarrolló una gran relación con los receptores, hombres de la línea, corredores y tight ends reservas porque quería progresar en el equipo pero sin interferir con el trabajo de los titulares, sin querer parecer un trepa ansioso por apartar al veterano. Eso, según Sports Illustrated, ha llevado a que la aristocracia del vestuario de los Chiefs le vea con excelentes ojos y esta primavera, cuando ha llamado a Travis Kelce, por poner un ejemplo, se ha encontrado los brazos abiertos de una gran estrella que, además, adora personal y profesionalmente a Alex Smith, su viejo quarterback.
Pat Mahomes sabe de sobra lo que tiene por delante. Amén de Kelce, dispondrá a su alrededor de Kareem Hunt, Sammy Watkins o Tyreek Hill, y es obvio que tiene un brazo y unas capacidades físicas para hacer cosas que la mayoría de QBs ni siquiera pueden soñar con hacer. Todo eso hace que la excitación en torno al ataque de Kansas City sea notable, y que se le va exigir que la maquinaria funcione desde la semana uno.
Porque no es el mismo caso que el de otros QBs elegidos en primera ronda del draft.
A Mahomes se le ha dado un año de maduración en la banda y se le han otorgado las llaves de una unidad que ya funcionaba estupendamente. Andy Reid ha gestionado la transición de Alex Smith de manera ejemplar. Lo único que le falta, en este aspecto del equipo, es que Mahomes funcione como se espera de él y, de momento, todo lo que ha demostrado es que entiende perfectamente ese rol; su comportamiento, hasta ahora, ha sido ejemplar para la tarea que le han encargado.