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NHL

Las Vegas "reales" hacen de los Golden Knights su escudo

Los habitantes de la ciudad, con vidas normales más allá de los neones, los casinos y los turistas, han encontrado en la NHL su identidad deportiva.

LAS VEGAS, NV - MAY 28: Fans gather outside the arena prior to Game One of the 2018 NHL Stanley Cup Final between the Vegas Golden Knights and the Washington Capitals at T-Mobile Arena on May 28, 2018 in Las Vegas, Nevada.   Bruce Bennett/Getty Images/AFP
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BRUCE BENNETTAFP

Hay prejuicios que cuesta toda una vida derribar. Otros se van de un plumazo en un momento dado en el que las evidencias caen de golpe y porrazo sobre ellos y no dejan ni las migas. Algo así se está viviendo estos días con Las Vegas y su identidad, y es gracias a un equipo de hockey sobre hielo como son los Golden Knights. Tiene narices que Las Vegas, en medio del caluroso desierto de Nevada, encuentre su identidad deportiva sobre una pista de hielo.

Cuando la ciudad de los casinos consiguió un equipo de la NHL lo hizo en calidad de prueba para empresas más ambiciosas. El holding empresarial quería estar en la más pequeña de las cuatro grandes ligas norteamericanas porque, en un futuro, quería un equipo en cada una de ellas. El T-Mobile Arena se construyó para los Golden Knights, sí, pero también como carta de presentación para que la NBA les considerase en sus planes de futuro. De manera agresiva, consiguieron financiar un estadio, con dinero de los turistas, para que los Raiders dejasen de jugar en Oakland y, en 2020, pasasen a ser Las Vegas Raiders. Y, aunque más a medio plazo, la MLB está en sus oraciones.

La pregunta que el mundo del deporte estadounidense se hizo entonces fue: ¿acaso vive alguien en Las Vegas, o están construyendo un parque de atracciones deportivo para sus millones de visitantes anuales? Esta urbe es conocida por los neones, la música, el juego, todos los vicios imaginables, pero no por tener una población real, de la que compra en supermercados, se pasa los sábados viendo Netflix en el sofá y lleva a sus hijos a la escuela antes de ir a la oficina.

Es ese prejuicio el que debían vencer los Golden Knights. Y lo cierto es que lo han hecho con una rotundidad casi violenta. El pueblo existe, sus ciudadanos son normales y se pirran por tener un equipo al que animar y que suponga un escudo, un emblema, una representación de todos ellos. Lo han abrazado con locura y, mira tú, resulta que ese equipo en su primer año de existencia les ha devuelto tanta pasión con un viaje a la final de la Stanley Cup de la NHL, donde marcha 1-0 (esta noche se juega el segundo partido).

La franquicia entendió este extremo desde el principio. Las Vegas tiene una población estable de 633.000 habitantes. Y creciendo. Entre ellos llaman a la ciudad Vegas, sin el Las, y el equipo ha adaptado esa misma nomenclatura llamando Vegas Golden Knights, sin el artículo femenino plural que le dieron sus fundadores hispanos.

Ya desde el principio de la temporada se llenó el T-Mobile Arena. Fueron uno de los cuatro equipos de la NHL que colgaron el cartel de no hay billetes en todos sus partidos y, desde mitad de febrero, cuando ya se vio claro que el equipo no era ninguna broma, ni siquiera se podían comprar entradas en los días de partidos. 17.873 espectadores de media, toda la capacidad del pabellón y sólo por detrás de mercados tan potentes en el hockey sobre hielo como Toronto,m Montreal, Pittsburgh y la inevitable Nueva York, donde hay gente de sobra para todo lo que se organice.

En playoffs la locura ha avanzado un paso más. Ya no hay entradas ni para los entrenamientos. Como si de un equipo de fútbol europeo se tratase, los Golden Knights se ven superados por el deseo de los aficionados de animarles los días sin partido en sus instalaciones privadas. Se llenan los parkings, las puertas de los hoteles, los restaurantes de los alrededores de cada actividad del equipo.

En los partidos que los Golden Knights juegan fuera de casa, se habilitan pantallas dentro del pabellón para ver los encuentros. Y fuera de él, en una plaza adyacente, se monta una zona para que los fans puedan ver, en una pantalla gigante, lo que hacen los suyos. La plaza se abarrota cada día.

El merchadising se vende como churros y Vegas es el equipo, con mucho, que más camisetas, gorras y demás artículos corporativos vende de toda la NHL. A nivel televisivo, la NBC, cadena que emite los playoffs de la liga de hockey hielo, ha encontrado un mercado gigantesco en Nevada, siendo el lugar con mayor rating de toda Norteamerica; el primer partido de la Stanley Cup tuvo un 30% de rating en Las Vegas, cifras dignas de Las Finales de la NBA o las World Series de la MLB en otros mercados.

En definitiva, Vegas ha encontrado a su equipo y se llaman los Golden Knights. No importa que sea de un deporte sin tradición en el lugar (muchos abonados de la franquicia reconocieron a principio de temporada que estaban estudiando las reglas de la NHL porque apenas la conocían) porque lo que ha sucedido es que les ha dado identidad y la posibilidad de mostrarse como lo que son: habitantes normales de una ciudad que, por atípica que sea, también tiene su corazón y su raíz. Y lo han puesto en común para ganar una liga de hockey sobre hielo en medio del desierto.