BALONMANO
El Montpellier supera al Nantes y es campeón de Europa
En la final francesa, el Montpelier culminó una competición de ensueño y conquista su segunda Champions, la primera desde 2002. Simonet, estrella con seis goles.
El Montpellier culminó el cuento de hadas y, quince años después, volvió a proclamarse campeón de Europa, tras imponerse este domingo por 27-32 al Nantes en una final de la Liga de Campeones íntegramente francesa.
Un triunfo que nadie hubiera podido imaginar al comienzo del curso, cuando el conjunto galo quedó encuadrado en el grupo D, uno de los dos que acogen a los equipos "teóricamente" menos fuertes de la competición.
Pero a base de un vibrante balonmano, el Montpellier no sólo dejó en evidencia los criterios de la EHF para confeccionar los grupos, entre los que el aspecto deportivo no es el fundamental, sino que además fue superando los mayores obstáculos que exige el propio formato de la competición a los equipos procedentes de los grupos C y D.
Dificultades que no han hecho sino fortalecer al equipo francés, que ya dio muestras de su potencial al eliminar de la competición en los octavos de final al Barcelona Lassa, uno de los máximos favoritos al título.
El primero de los tres "ocho miles" que el Montpellier tuvo que superar en su camino hacia la gran final, en la que se plantó con todo merecimiento tras derrotar al Flensburg alemán en los cuartos de final y al Vardar macedonio, el hasta ahora campeón, en las semifinales disputadas el sábado.
Un durísimo recorrido que demostró la solidez de un Montpellier, que hizo de su mayor fortaleza mental una de las claves de su victoria en la final que le enfrentó este domingo con el Nantes en un abarrotado Lanxess Arena de Colonia.
Y es que si en las semifinales, los de Patrice Canayer, elegido mejor técnico de la competición, impusieron su mayor velocidad para doblegar por 27-28 al Vardar, en la final de este domingo, el Montpellier demostró que no pierde efectividad cuando tiene que enfrentarse a larguísimos ataques estáticos.
Una faceta en la que el Montpellier siempre encontró a los pivotes Ludovic Fabregas, que jugará el próximo año en el Barcelona, y el egipcio Mohamed Mamdouh, que firmaron entre los dos casi un tercio de los goles de su equipo.
Todo lo contrario que el Nantes que echó excesivamente de menos los goles de pivote Nicolas Tournat, autor de ocho goles en la semifinal, y que este domingo no fue capaz de marcar en los cuatro lanzamientos que intentó.
Una circunstancia que unida al mejor rendimiento de la portería, donde sobresalió la actuación del portero Vincent Gerard, excepcional en el primer período, permitió al Montpellier llegar al descanso con una renta de tres goles (13-16).
Pero el Nantes no estaba dispuesto a rendirse tan pronto y mucho menos el lateral español Eduardo Gurbindo, uno de los grandes responsables de la presencia del conjunto "morado" en la final, que con una gran actuación permitió de nuevo engancharse a su equipo al partido.
Un robo de balón y tres goles casi consecutivos de Gurbindo, dos de ellos de penalti, una de las nuevas facetas de su juego que el navarro ha descubierto con su llegada al balonmano francés, permitieron al Nantes igualar la contienda (24-24) a poco menos de diez minutos para la conclusión.
Pero todo el buen trabajo del internacional español se vino completamente abajo en los siguientes cinco minutos, en los que el Nantes, que curiosamente pareció olvidarse de Gurbindo, encadenó hasta cinco perdidas consecutivas.
Regalo que Montpellier no desaprovechó para sentenciar de la mano del argentino Diego Simonet, autor de seis tantos, para sentenciar definitivamente el marcador (24-29) con un parcial de 0-5 que hizo ya intrascendentes los últimos cinco minutos de juego.
Un tiempo que sirvió para que el Montpellier pudiese festejar sobre la pista el final de su cuento de hadas, una increíble historia que ha permitido pasar a los de Canayer de "cenicientas" a "reyes" de Europa.