Baker Mayfield emula la mítica foto del draft de Brett Favre
El quarterback de la universidad de Oklahoma continúa demostrando que adora la atención y los focos y que no le importa la opinión sobre él. Clemson vs Alabama, National Championship en vivo: NCAA
Si habéis seguido el proceso pre-draft en esta casa, sabéis de sobra de mi amor incondicional a Baker Mayfield. De hecho, si habéis seguido lo publicado en AS NFL sobre NCAA desde la temporada regular estaréis de acuerdo en que no soy objetivo con este chaval. Dejadme confirmarlo: no soy objetivo. Le adoro, y no hay mucho más que decir.
O, bueno, sí. Se podría añadir que Baker Mayfield es un espectáculo en sí mismo, que lo sabe y que lo explota sin la más mínima vergüenza. Si cuando se le empezó a analizar a fondo hubo ojeadores y expertos que le achacaron demasiada personalidad, demasiado gusto por los focos, que sepan que tenían toda la razón del mundo, y que es el propio Mayfield el que se lo dirá a la cara si así lo quieren.
Ha montado su propio documental acerca del proceso pre-draft, ha dicho a todos los equipos que es el mejor y que se arrepentirán si no lo escogen, ha dicho a Los Angeles Chargers que no tiene tiempo para ellos porque escogen muy abajo, se ha dejado acariciar por el mote "Baker Broadway" que le caería sin duda si acaba en los Jets... y, ahora, a 24 horas del draft, ha emulado una de las fotos más famosas de la historia de este invento.
En concreto, ésta:
Ahí tenéis a Brett Favre cogiéndole el teléfono a los Atlanta Falcons en el draft de 1991. Las pintas, el entorno, su personalidad... todo quedó plasmado en una imagen icónica.
Baker Mayfield ha querido recrear con todo detalle el instante porque se ve así mismo como una versión moderna de Favre. Alocado, impuslvio pero, a la vez, genial, talentoso, ganador, líder.
Lo que hizo icónica la primar imagen es, que duda cabe, que Brett Favre se convirtió en uno de los mejores quarterbacks de todos los tiempos en la NFL, y en un líder masivo que llevó a los Green Bay Packers a grandes cotas de juego y popularidad, amén de un anillo. Es eso, al final, lo que marcará a Baker Mayfield, y no nada de lo que ha sucedido estos tres meses. Lo que sí deja claro es que no le tiene miedo a ninguna expectativa desorbitada; es más, la abraza con descaro.