Dwight Freeney pone fin a su carrera en sus Indianapolis Colts

Los Indianapolis Colts ganaron la Super Bowl XLI, la de la temporada 2006. En modo alguno eran conocidos por la defensa. Ni de lejos. Eran un ataque aéreo monumental dirigido por el, perdón, quarterback que más me ha impresionado en mi vida viendo football, Don Peyton Manning. No obstante, nadie gana sólo. Nadie. Y lo que había en aquella plantilla era nitroglicerina. Marvin Harrison y Reggie Wayne en las alas, Dallas Clark en el tight end, Jeff Saturday en el center, Joseph Addai y Dominic Rhodes que explotaron en playoffs como un dúo mortal desde el backfield...

... y, sí, la defensa. Con la excepción de Bob Sanders, un safety feroz y espectacular, carecían de jugadores de gran nivel salvo en el pass rush. Ahí tenían una de las parejas que más miedo daban e los offensvie tackles rivales. Porque esta defensa era poca cosa, pero podía presionar al quarterback rival como las mejores. Los responsables eran Robert Mathis y Dwight Freeney. Un infierno para el pocket a izquierda y derecha.

Dwgiht Freeney se va a retirar y, como no puede ser de otra manera, lo hará como miembro de los Indianapolis Colts pues va a firmar un contrato de un día con la franquicia y que conste en la historia que el equipo que le eligió en el draft, y al que tanto dio, es el mismo que le dirá el último adiós en el football profesional.

Freeney fue elegido con el número #11 en la primera ronda del draft del año 2002. Los Colts ya eran un equipo en clarísimo crecimiento, con un Manning ya estelar, y se estaban poniendo los últimos ladrillos del bloque que pelearía por el anillo en años posteriores.

Se hizo con la titularidad enseguida. En el año 2003 ya fue a la Pro Bowl. Alcanzaría el partido de las estrellas en siete ocasiones, todas ellas con los Colts. Además, aún más impresionante, fue tres veces jugador All Pro, lideró a la NFL en sacks en el año 2004 y fue incluido en el equipo All-Decade de los 2000s, premio superlativo éste último. Y, lo dicho, a las glorias individuales hay que sumar lo supremo: levantar el Lombardi Trophy en 2006.

Tras once temporadas en los Colts, en el año 2013 se marchó a los San Diego Chargers, dejando a su pareja vital, Robert Mathis, solito en el puesto de pass rusher de Indianapolis. Un año antes se había ido Peyton Manning, así que se puede considerar éste el final de aquel equipo legendario.

En los Chargers estuvo dos buenos años, a los que siguió una campaña en los Arizona Cardinals, otra en los Atlanta Falcons (equipo que llegó a la Super Bowl) y una última dividida entre los Seattle Seahawks y los Detroit Lions. En total, dieciséis temporadas en la NFL, que es poco menos que milagroso.

Se va con 38 años y 125,5 sacks logrados, 107,5 de ellos en los Indianapolis Colts. Es el decimoséptimo jugador histórico de la NFL en esa estadística (hoy empatado con Terrell Suggs, de los Baltimore Ravens), y el segundo en los Colts tras el omnipresente en este artículo Robert Mathis. Además, forzó 47 fumbles, de los que recuperó cuatro, y anotó un touchdown defensivo.

Más allá de los números, se retira un jugador imponente que fue esencial para que los Indianapolis Colts consiguieran un anillo y fueran la gran fuerza de oposición a los New England Patriots en la AFC durante una década. En un equipo que era una bestia ofensiva, la defensa debía apoyar con lo que pudiera. Y lo que podía, era gracias a una pareja de pass rushers mítica, en la que Dwight Freeney era insustituible.