Los Cowboys tienen que tomar ya una decisión sobre Dez Bryant
El receptor no puede estar en la plantilla del equipo de Dallas ocupando más de 16 millones de espacio salarial con el rendimiento que tiene. Kansas City Chiefs vs Los Ángeles Rams, NFL; partido en vivo
El año pasado Dez Bryant, wide receiver de los Dallas Cowboys, consiguió 838 yardas de recepción; al mismo nivel, por ejemplo, que las840 de Devin Funchess en los Carolina Panthers o las 810 de Jermaine Kearse en los New York Jets; jugó los 16 partidos de la temporada regular. En el año 2016 sólo pudo estar en 13 con 796 yardas, en el 2015 en 9 con apenas 401 yardas en su haber. Todo lo anterior exclama que ni por asomo su valor es el de los 16 millones de dólares que va a ocupar en el espacio salarial del equipo.
Bryant tiene 29 años y ha sido uno de los receptores dominantes de la última era de la NFL. Eso es incuestionable. Sin embargo, no alcanza las mil yardas desde la temporada 2014 y el cambio de quarterback, de Tony Romo a Dak Prescott, no parece que le haya ido muy bien. Es más, con un juego ofensivo basado en la carrera, con Zeke Elliott como gran figura y una línea ofensiva que compite cada año por ser la mejor de la liga, los servicios del gran receptor son cada vez más prescindibles.
O, al menos, al precio que lo están pagando ahora mismo, que una rémora de otra época en la franquicia.
Es por eso que los Dallas Cowboys tienen que tomar una decisión sobre Dez Bryant. Y tiene que ser cuanto antes.
El lunes que viene comenzarán los entrenamientos de la franquicia. Ese día se verán las caras el jugador y el cuerpo técnico por primera vez desde el pasado diciembre. El riesgo es muy pequeño, por supuesto, pero si Bryant se lesionara no tendrían más narices que comerse integro su contrato.
La primera opción será la de reestructurar su salario, de tal manera que pudieran convertir parte del espacio salarial en bonus y, así, hacer hueco en el presente a costa de pagarlo en el futuro. En este caso, el jugador tendría que estar conforme para ser objeto de una rebaja salarial. En otros casos, como con los jugadores de la línea que tanto valoran, los Cowboys lo que han hecho es simplemente diferir el pago sin bajar los emolumentos totales. Eso no ocurrirá con Dez Bryant porque, como digo, no rinde al nivel que le están pagando.
Ahí deberá decidir Bryant si acepta perder dinero o no. Recordemos casos similares este año, como los de Jordy Nelson en los Green Bay Packers o Tyrann Mathieu en los Arizona Cardinals, donde fueron llamados a despacho para reestructurar sus contratos perdiendo dinero y, en ambos, casos, les dijeron adiós muy buenas a sus equipos para acabar, respectivamente, en los Oakland Raiders y los Houston Texans.
El caso de Dez Bryant es más complicado porque es evidente que el mercado no le pagará lo que está cobrando ahora mismo y lo que tiene que valorar es si la quita que le ofrecen los Cowboys le sigue mereciendo la pena. Si dice que sí, los Cowboys se ahorrarán un dinero, aumentarán el contrato en un par de años, probablemente, y el jugador pasará a cobrar bastante menos.
Pero si dice no, tendrán que tratar de traspasarlo. Tendría mercado por talento, claro, pero el equipo que le recibiese iba a tener los mismos problemas de reestructuración salarial, amén de tener que entregar alguna elección de draft por un jugador que, en condiciones normales, sería cortado por Dallas si no lo colocan. Es por eso que el traspaso resulta poco probable.
Y se llegaría a la conclusión que nadie quiere: cortar a Dez Bryant. El dinero muerto que le quedarían a los Dallas Cowboys, esto es, el que aún contaría contra su espacio salarial, sería de ocho millones de dólares. Amén de decir adiós de la peor manera, por la puerta de atrás y sin gloria alguna, a uno de los emblemas de sus años más recientes.
Tanta da eso, por supuesto. Bien sabemos que la NFL es un negocio y a nadie pillaría con el pie cambiado la situación. La gran verdad es que los Dallas Cowboys y Dez Bryant están a no mucho tiempo de tener que tomar una determinación: o encontrar una relación salarial más acorde con lo que es el jugador y su rol en el equipo ahora mismo, o decirse adiós por las bravas.