Carmen Valero: lo que hay que saber sobre un mito

La Federación Española ha reconocido a Carmen Valero con el Premio Mujer y Deporte en su Gala Anual. Pocas atletas en la historia brillante del atletismo español se lo merecen tanto. Carmen fue la mejor del mundo en un momento de penuria del atletismo femenino español, una época (finales de los años setenta) en la que el éxito de nuestras chicas, más que ganar medallas, era competir internacionalmente. Y en la que algunos entrenadores españoles, cuyos nombres me ahorro, las despreciaban y casi las insultaban. “Unas culonas”, llegó a decir alguien cuyo nombre también omito.

Carmen Valero nació en Castelserás (Teruel) el 4 de octubre de 1955, aunque desde pequeña residió en Cataluña. Sus grandes éxitos fueron los títulos de campeona mundial de cross en Chepstown 1976 y Dusseldorf 1977, pero tiene también otras grandes prestaciones en esta modalidad: en Monza 1974 fue novena, en Rabat 1975, medalla de bronce y en Glasgow 1978, décima. Su prestigio internacional era inmenso.

Carmen tiene un récord histórico: fue la primera atleta española en participar en unos Juegos Olímpicos. Sucedió en Montreal 1976, donde compitió en 800 y 1.500 metros. Cayó en las eliminatorias, pero lo suyo entró en la historia grande del atletismo español. Habían tenido que pasar 48 años para que una mujer española se incorporase al movimiento olímpico en atletismo.

Más cosas: cuarta en los 1.500 metros del Europeo júnior de Duisburgo 1974, en los que, por cierto, fue medalla de plata en triple salto Ramón Cid, actual director técnico de la Española. Y más aún: séptima en los Europeos de Roma 1974 en la misma distancia.

Su supremacía nacional fue impresionante. En cross, ocho veces campeona de España. En pista al aire libre, tres veces de 800 metros, siete de 1.500, cuatro de 3.000 y una en 5.000, y en pista cubierta, dos veces campeona en 1.500. En total, veinticinco títulos, sin contar los de categorías menores.

Además, superó quince récords nacionales. Al aire libre, dos en 800 (hasta 2:04.12 en 1976), cuatro en 1.500 (el último en 4:06.34 en 1976), seis en 3.000 (hasta 9:00.9 en 1978), y en pista cubierta, tres en 1.500 (el último, 4:17.15 en 1977). Y eso que, por diferentes motivos, no compitió en 1979, 1982 y 1983.

Pero todo esto son datos, muy importantes, desde luego. Pero lo esencial de Carmen Valero es que demostró que las mujeres españolas podían competir de igual a igual con rusas, alemanas orientales, noruegas, francesas… y ganarlas. El impulso que dio al atletismo femenino español ha propiciado que actualmente estemos en nuestra edad de oro. Los más jóvenes, no tengáis ninguna duda.