Joshua y Parker devuelven el espectáculo a los pesos pesados

Una haka neozelandesa contra un grupo de gaiteros británicos. Ese fue el primer duelo que ofrecieron Anthony Joshua y Joseph Parker a los aficionados antes de cruzarse este sábado por tres títulos (WBA, IBF y WBO) del peso pesado. Fue un choque simbólico, pero dejó claro que ambos tienen claro un objetivo: devolver el lustre perdido a la categoría de los pesos pesados. La escenografía y el ambiento lo logró. Sólo les queda lo más difícil, ratificarlo entre las dieciséis cuerdas.

La música y los cánticos de la afición (abucheos para Parker) no fue más que un envoltorio bonito para un pesaje que en los pesos pesados es más tradicional que necesario (todos sobrepasan el límite de la categoría de manera holgada). Parker detuvo la báscula en 107 kilos, Joshua en 110. El británico tiene más envergadura y también más paso. Primero victoria para el británico, que después marcó los tempos en el careo. Instantes larguísimos y cuando hubo que cambiar de posición el lo hizo primero... aunque sin despegar la mirada de su rival. Dejando claro quien es la estrella.

Eso fue lo más tenso, porque al terminar Joshua estrechó su mano de manera muy amigable a su rival. No hay egos, es una de las frases que siempre cumple el británico. Una premisa que volvió a demostrar junto a su equipo. El pesaje se realizó en el Motorpoint Arena Cardiff, se llenó. Eso no fue la noticia, lo fue que Matchroom decidió cobrar la simbólica entrada de una libra. Se recaudaron 4.013 libras y 6.000 que puso la promotora. 10.013 libras para ayudar a la familia de Scott Westgarth (recientemente fallecido tras un combate). Detalle de clase. El nuevo boxeo: espectáculo y solidaridad. Este sábado toca  lo primero.