Jordy Nelson se fue muy dolido con los Green Bay Packers
El nuevo receptor de los Oakland Raiders se sintió menospreciado por la nueva dirección quesera, en la figura del general manager Brian Gutekunst.
Todos sabemos que la NFL es un negocio. El mayor del mundo del deporte, para ser precisos. Cada año hay, en cada franquicia, decenas de decisiones que lo único que buscan es maximizar el beneficio. Y, dentro de esa idea, está el ganar partidos y campeonatos. Pero dentro de esa idea, no fuera. Lo saben los directivos, los entrenadores, los jugadores, los aficionados.
Eso no impide que haya momentos que, desde el punto de vista emotiva, tengan más significado que otros, aunque sean entendibles. Uno de ellos, en esta offseason, ha sido el despido de Jordy Nelson en los Green Bay Packers. Porque ha sido uno de los mejores jugadores de la era Aaron Rodgers en la franquicia y, con toda legitimidad, los aficionados no lo consideraban uno más.
Quien más quien menos, al fijarse en la estructura salarial de los queseros, pudo intuir que algo iba a ocurrir. Tras un año de un nivel bastante regular, con 482 yardas y seis touchdowns en 53 recepciones, había que tomar una decisión. Habían sido ocho años, en su mayor parte maravillosos, en la franquicia, pero ni el rendimiento ni la edad eran mentira: 32 años de receptor.
Y, claro, lo más importante: el salario. 12 millones de dólares contra el espacio salarial en una última anualidad de un contrato de 39 millones de dólares por cuatro años.
El propio jugador sabía que habría una reducción de esa cantidad si quería continuar en Green Bay. Y quería. Así lo declaró a la ESPN: "Nunca pensé que me iban a cortar, pero sí que me iban a pedir rebajarme el sueldo. Y estaba dispuesto".
El problema que se encontró Nelson es que el nuevo general manager de los Packers, Brian Gutekunst, le llamó a su despacho y no sólo le dijo que el dinero que le ofrecían era mucho menor del esperado, sino que no hizo ningún esfuerzo por endulzar la situación. "Eso fue lo que me acabó decidiendo. Me sentí herido de verdad por su actitud. No vi que quisiera en ningún momento que me quedara. Así que me fui".
Jordy Nelson echó de menos algo más de cariño, aunque entiende perfectamente que esto es un negocio y cada parte toma las decisiones en base a esa verdad inmutable.
De hecho, el receptor recaló poco tiempo después en los Oakland Raiders, donde ha firmado por dos años y 15 millones de dólares. Eso no impide que, como humanamente es más que entendible, le hubiese gustado que su salida de los Packers fuera más emotiva y acorde con el significado que tiene su figura en la historia moderna de la franquicia. Todo llegará, Jordy, todo llegará; eso es seguro.