El Valladolid gana en Irún con dos tantos en veinte segundos
33-34. El Bidasoa, remontó, tuvo la victoria en sus manos, y desperdició todo el trabajo cuando tenía el balón para conquistar los dos puntos
Un gol de Jorge Serrano a tres segundos del final dio este sábado la victoria al Recoletas Atlético Valladolid por 33-34 sobre el Bidasoa Irún en un partido loco con muchas alternativas en el marcador y en el que a falta de dos minutos para el final el equipo local ganaba por 32-30. Veinte segundos antes Diego Camino había igualado desde los siete metros para lograr el empate vallisoletano, que se aprovecharon, además, de una pérdida de balón de los locales en los últimos compases del partido,
El Bidasoa tuvo un arranque fulgurante. Parecía que no había rival enfrente. Casi todo le salía bien y mal al contrario, en parte por mérito de los locales y de su entonada defensa. En un abrir y cerrar de ojos la diferencia en el marcador era ya de cuatro goles (6-2), lo que obligó a pedir tiempo muerto a David Pisonero. Después de ese minuto el partido se equilibró dando la vuelta al marcador los visitantes: 10-13 y el 11-14 estuvieron las máximas rentas pero Nonó, con cuatro goles desde el 13, tiró del carro amarillo, llegando a empatar a 16, aunque al descanso se llegó con 16-17.
En la reanudación siguió el alto ritmo anotador, algo que no conviene a los iruneses, y pronto el Recoletas se puso cuatro goles arriba (17-21). Mantenía esa ventaja en el 20-24, momento en el que llegó la reacción de los locales, que, con un parcial de 7-2, se pusieron por delante (27-26) en su primera ventaja desde aquel ya lejano 7-6.
El partido no tenía dueño y en ello poco ayudaban las numerosas exclusiones, cinco para amarillos y nueve para violetas. Ocho de esas sanciones llegaron en el segundo tiempo, con varias de ellas solapadas. El partido era un intercambio de goles en el que lo importante era no fallar. A falta de dos minutos Azkue marcó desde los siete metros el 33-31 y parecía que puntos se iban a quedar en casa, pero la mala gestión de las últimas jugadas y el hambre de victoria de los pucelanos desembocaron en un final increíble.
Diego Camino empató a 33-33 con 59:41 en el electrónico. Y en el siguiente ataque, entre Borja Lancina y Eduard Nonó rifaron un balón que recuperó el propio Diego Camino y con el que contraatacó Jorge Serrano para marcar el 33-34 definitivo a tres segundos del final.