Los nuevos New York Giants de Dave Gettleman
El traspaso de Alec Ogletree al equipo de la Gran Manzana, proveniente de Los Angeles Rams, muestra que el nuevo general manager ya manda.
Cuando Dave Gettleman consiguió el puesto de general manager en los New York Giants se generó la sensación de que la franquicia estaba ante un cambio notable en la manera de afrontar el futuro, la construcción de la plantilla y la filosofía misma del juego del equipo. Aún no se ha abierto la temporada 2018, la agencia libre, y ya tenemos pruebas de que eso es así.
Ayer, los Giants mandaron una cuarta ronda y una sexta ronda a Los Angeles Rams a cambio del linebacker Alec Ogletree y de una séptima ronda. Y, mucho más que eso, dejaron claro que Gettleman ya manda por completo.
Porque Ogletree es un buen jugador, a secas. Un linebacker capacitado para parar la carrera, para mandar en el medio del campo como los viejos generales, pero con un punto menos de velocidad de la requerida a día de hoy en cobertura. Un jugador que no sirve para todos los equipos, para todos los esquemas, y que no es especialmente valorado en esquemas modernos.
Además, Ogletree es caro. Mucho. En octubre del año pasado los Rams le extendieron su contrato y le dieron 42 millones de dólares por los próximos cuatro años. Esa es la clave de la operación para los angelinos, claro. Con el hueco que deja en el espacio salarial pueden afrontar la renovación de Sammy Watkins y el darle a Aaron Donald el mayor contrato jamás visto en la NFL para alguien que no sea un quarterback.
Gettleman, no obstante, adora este tipo de jugadores. No hablo de talento global, pues no está en la misma división de los dos monstruos que voy a nombrar, sino de la posición y, siendo así, hay que recordar que el general manager de los Giants antes lo fue de los Carolina Panthers y jamás dudo en pagar muy bien a Luke Kuechly y Thomas Davis para que fueran el corazón de su equipo. No se equivocó, desde luego.
Los Giants llevan muchos años adoleciendo de un verdadero middle linebacker de jerarquía, y Ogletree es lo mejor que han visto en el puesto desde ni me acuerdo. Dar más de diez millones de espacio salarial y una cuarta ronda por él no es nada barato, así que se muestra la evidencia de la huella del nuevo jefe de la franquicia. Y eso ha de llevarnos a una derivada interesante.
Porque ¿cual es el otro puesto en el que los Giants llevan años penando? Exacto: el de running back. Y, al igual que el middle linebacker, el corredor es otro de esos lugares del campo que parecen despreciar las interpretaciones modernas del juego pero no Dave Gettleman, que en Carolina valoró, y mucho, a estos tíos, pues le dio un señor contrato a DeAngelo Williams y se desvivió por Jonathan Stewart.
Además, son los favoritos para fichar a Andrew Norwell, el mejor guard de esta agencia libre, también de los Carolina Panthers, y al que quiere dar dinero de tackle, esto es, hacerle el guard mejor pagado de la historia, para solidificar el juego de carrera.
Y llegamos al meollo. El contexto anterior es para hacer ver que en el #2 del draft están los New York Giants y que en el mismo está Saquon Barkley, la mayor promesa running back desde Adrian Peterson y de un nivel parecido (sino superior, siempre sobre el papel) a Zeke Elliott, Leonard Fournette o Todd Gurley. ¿Es descabellado pensar que el sueño de Gettleman es elegir a Barkley?
Pues creo que no, que en absoluto. Nada más llegar a las oficinas de los Giants dijo que Eli Manning era su quarterback y que quería seguir con él. El final del anterior régimen de Ben McAdoo y Jerry Reese llegó tras sentar en el banquillo de los reservas al menor de los Manning y ha fichado a un entrenador, Pat Shurmur, que está encantado de trabajar con Eli.
Todo apunta que los nuevos New York Giants son muy vieja escuela. Entrenador sensato, apuesta por un middle linebacker al precio que sea, apuesta brutal por las trincheras, mantener a un quarterback veterano... y un juego de carrera potente. No estoy diciendo que vayan a elegir a Barkley o que descarten usar el #2 en un quarterback suplente, pero sí digo que no me extrañaría nada de nada. De hecho, creo que es hasta más probable.