Los Buffalo Bills no planean cortar a Tyrod Taylor
El equipo no parece convencido de que el quarterback sea una solución de futuro, pero seguirían con él hasta asegurar una alternativa.
En la Semana 11 de la pasada temporada regular de la NFL los Buffalo Bills tomaron la determinación de que Tyrod Taylor fuera al banquillo en favor del rookie Nathan Peterman. Ese día, antes del encuentro, se escribió, se habló, se pensó, que era el fin del quarterback conocido como T2 en el equipo. No se manda al banquillo a un QB titular, con el equipo peleando por entrar en playoffs, sin consecuencias.
Al descanso de ese Buffalo Bills - Los Angeles Chargers el asunto era otro bien diferente. En una de las primeras mitades más terribles de QB alguno en la historia de la NFL, Peterman había lanzado cinco intercepciones y las cámaras se cebaban con él, con Taylor en el banquillo y con Sean McDermott, el entrenador de Buffalo. Con toda la razón del mundo. Tyrod recuperó su puesto de titular y el debate sobre su futuro quedó aplazado a... ahora mismo.
A tres semanas de que comience la temporada 2018, los Bills tienen que tomar la determinación de si el futuro pasa por las manos de T2 o si buscan mejorar el puesto. Lo segundo es verdad, siempre, para todas las posiciones en el campo y para todos los equipos de la NFL. No es nada nuevo. Dudar con un QB que en modo alguno es élite también es consustancial al trabajo de general manager y entrenador en esta liga casi cada año. Y la lógica dicta que en Buffalo tienen, sí o sí, que encontrar alguien mejor para jugar de quarterback.
Aún así, las noticias que salen del entorno del equipo dicen que los Bills no van a cortar a Tyrod Taylor, y la explicación para esta paradoja se encuentra en el gran contrato que Doug Whaley, el anterior general manager de la franquicia, consiguió firmar con el jugador.
Porque este contrato hace que Taylor sólo vaya a contar contra el espacio salarial 18 millones de dólares, sólo vaya a cobrar 16 si sigue en la plantilla y, en caso de traspaso, sólo costaría 10 millones al equipo destino. Es una ganga para un QB titular en la NFL, se piense lo que se piense del jugador.
Y, por eso, los Bills no le van a cortar y le van a pagar el bonus de 6 millones de dólares el próximo 14 de marzo para que siga siendo miembro de la plantilla. O, al menos, a eso apuntan todos los rumores, así como apunta toda la lógica.
Los Bills no están en la carrera por Kirk Cousins porque no tienen ni el nivel de los Broncos y los Vikings para hacerle soñar con un anillo a la voz de ya ni el dinero de los Jets y los Browns para pagarle; tampoco suenan como destino de Case Keenum porque todos los nombrados anteriormente pujarán por él una vez perdido el pez gordo; el resto de candidatos estaría por ver si mejoran a Tyrod Taylor y, mucho más importante, lo harían a un precio superior.
El equipo tiene dos primeras rondas en el draft, las elecciones #21 y #22, y con ellas pueden jugar a soñar con algún rookie estelar. En mi opinión, esa opción se verá sólo en la noche del mismo draft, es decir, si alguno de los chicos más renombrados (Rosen, Darnold, Mayfield, Allen, Jackson) son del gusto de McDermott y Brandon Beane, general manager del equipo, y lo ven caer de la elección #5 o #6 harán llamadas para subir hasta ahí.
Pero esa noche queda muy lejos, a finales de abril y, hasta entonces, lo lógico es que mantengan a Taylor como red de seguridad. E, incluso, con los 10 millones de salario, siempre será un activo más que notable para tratar de traspasarlo. No faltarían equipos interesados en él a ese precio.
Es por todo eso que la situación entre los Buffalo Bills y Tyrod Taylor va a seguir siendo la misma: juntos y vamos tirando. Al menos hasta que algo que haga tilín al equipo se presente en la puerta. No hay ninguna necesidad de acelerar el proceso, porque el contrato del QB fue concebido para no pillarse las manos en este, entonces, hipotético caso.