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BALONMANO

Lisandra Lussón: "Soy una afortunada de seguir con vida"

La jugadora cubana del Rocasa sufrió dos tromboembolismos en el mes de enero. Estuvo un minuto inconsciente

Lisandra Lussón: "Soy una afortunada de seguir con vida"

La jugadora cubana del Rocasa Gran Canaria, Lisandra Lussón, ha relatado que los médicos
que la trataron tras sufrir dos tromboembolismos le dijeron que fue "muy afortunada" al despertarse rápidamente después de su desmayo, porque de no haberlo hecho "no lo estaría contando".  De 32 años y natural de La Habana, Lussón ha asegurado que su tratamiento
se demorará un tiempo más después del percance sufrido a principios de enero, durante el entrenamiento de su equipo.

"Un mes antes ya padecía muchos dolores en el pie izquierdo por las noches, cuando estaba relajada o durmiendo. Mientras entrenábamos fui a coger un balón que me pasó mi compañera Sayna (Mbengue), pero creo que no lo recepcioné y me desmayé", ha dicho.
Según sus compañeras y técnicos, Lisandra estuvo inconsciente durante aproximadamente un minuto.

"Cuando me desperté estaba en el suelo sin saber qué me había pasado. Sentía que había mucha circulación de la sangre en mi cuerpo, tenía muchos calambres y no respiraba bien. Me sofoqué al no saber qué me pasaba, y me recomendaron que me calmase, hasta que llegó la ambulancia", ha comentado.

Tras ser atendida en el centro de salud de Las Remudas (Telde), Lussón fue derivada sobre la marcha al Hospital Insular de Gran Canaria, acompañada por el fisioterapeuta de la entidad, Noel Moreno. "Estuve en Urgencias del Insular, me hicieron pruebas y me dijeron lo que tenía y que todo había comenzado por el dolor en la pierna izquierda, en la que había sufrido una contractura y donde también tuve problemas en el tobillo. Al día siguiente me pasaron a planta, y estuve allí cinco días", ha indicado.

La principal preocupación de Lisandra en aquellos duros momentos fue cómo comunicarle ese contratiempo a su progenitora. "Lo primero que me vino a la mente fue mi mamá y cómo decirle lo
ocurrido. Yo sabía que se pondría muy nerviosa, porque además los cubanos tenemos dificultad para salir del país y ella no podría venir aquí. Se puso muy alterada y sin saber qué hacer, hasta que se tranquilizó", ha recordado. Durante su ingreso en el hospital de la capital grancanaria, los
doctores revelaron a la jugadora que su percance pudo producirse por algún golpe recibido y que no hubiese sido tratado, y reconocieron que es muy difícil detectar un problema en una arteria.

"Los médicos me dijeron que fui muy afortunada al despertarme y salir de la disnea y el síncope que sufrí, porque de no ser así no lo habría contado", ha señalado. Próxima a cumplir los dos meses de baja, Lisandra está evolucionando satisfactoriamente.

"Ahora me tomo una pastilla diaria para que circule bien la sangre, y anteriormente me inyectaban otro anticoagulante. Estoy esperando a hacerme unas pruebas para ver si puedo empezar a correr, porque al tener la sangre tan líquida no puedo tener contacto físico ni caerme", ha
desvelado.  Lisandra, licenciada en Educación Física, que se ha planteado dejar el balonmano si ve que puede estar en riesgo su salud, está muy agradecida a todas las personas que la han apoyado en estos difíciles momentos, en especial a su compañera de equipo y de vivienda, la argentina Manuela Pizzo.  "Manu me ha ayudado mucho, al estar yo sin mi familia en Gran Canaria. Al principio veía mucha televisión, pero llevo un tiempo saliendo un poco más, porque no me asfixio tanto al caminar. Soy muy positiva y espero que salga todo bien, para seguir aportando mi granito de arena al Rocasa", ha asegurado.