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BALONMANO

El Ademar León mantiene la segunda plaza en la tabla

Tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo en la recta final el Bidasoa le metió el miedo en el cuerpo al equipo leonés

León
El Ademar León mantiene la segunda plaza en la tabla

El CD Bidasoa Irún tardó tres cuartas partes del encuentro en despertar y, cuando lo hizo, en el tramo final, gracias a una defensa 5-1, le faltó el acierto y la fortuna necesaria para complicar
el triunfo a un Abanca Ademar que se afianzó en la segunda posición. Así llegará el próximo miércoles al Palau para visitar al invicto Barcelona.

Los leoneses, que habían llegado a dominar el partido con diferencias de hasta siete goles (28-21) mediado el segundo periodo, volvieron a complicarse la vida, como ya se ha repetido en más de una ocasión en su pista, donde se están mostrando menos solventes que a domicilio.

Sin embargo, en los primeros compases se vio a un Ademar más clarividente, tanto en ataque como en defensa, que empezó a coger ventajas en el marcador, ya desde un 3-0 inicial que obligó a Jacobo Cuétara a solicitar su primer tiempo muerto.

Los errores irundarras propiciaban los contragolpes ademaristas que encontraban como "abrelatas" ante el 6-0 defensivo al lateral Alex Costoya, principal arma ofensiva, junto a la seguridad de Juanín García en las transformaciones de penas máximas y también las puntuales aportaciones del contragolpe leonés.  De esta manera, Cuétara buscaba mil y una soluciones, tanto en ataque como en defensa sin dar con la tecla, aunque el chileno Rodrigo Salinas abriera un tanto la ventana a la esperanza con tres goles consecutivos antes del descanso (20-15).

El cambio defensivo a un 5-1 (que había utilizado en la primera parte sin éxito) y la enésima variación en la portería con la vuelta del brasileño Luán, empezó a surtir efecto porque también el incisivo Borja Lancina había despertado el juego ofensivo irundarra, en el que sus dos extremos,
Kauldi Odriozola y Adrián Crowley eran ya sus principales amenazas.

Ante el crecimiento del Bidasoa, el Ademar se empequeñecía, el balón empezaba a quemar y fue sujetado tan solo por la mejor versión desde hace tiempo del argentino Federico Vieyra, y además se veía castigado al contragolpe, por lo que la diferencia se redujo a dos goles (31-29).

La entrada de Nacho Biosca en la portería a falta de cinco minutos -solo había salido en las penas máximas- y la fortuna en varias acciones finales acabaron decantando la balanza del lado local hasta el definitivo 33-29.