Jon Gruden y las normas que le impiden hablar con sus jugadores
El nuevo entrenador de los Oakland Raiders se ha mostrado muy contrariado por no poder empezar a tratar a sus nuevos pupilos de inmediato.
Jon Gruden dejó de entrenar en el año 2008. Hasta que ha vuelto a los Oakland Raiders esta temporada se pasó toda una década siguiendo la NFL desde muy cerca, desde los platós de televisión, pero sin el verdadero sabor del día a día en los campos de entrenamiento. Y, ahora que ha regresado, se ha dado cuenta de que hay cosas que han cambiado de manera significativa. Y, en su opinión, para mal.
Resulta que en el año 2011, tres temporadas después de su despido de los Tampa Bay Buccaneers, el sindicato de jugadores y los propietarios firmaron un convenio colectivo en el que se reducía de manera significativa la cantidad de trabajo que los atletas podían hacer con la supervisión de su equipo. Lo que buscaba este acuerdo era limitar el poder de las franquicias y dar libertad a los jugadores durante muchos meses del año, así como tratar de parar la carga física excesiva que, para algunos, estaba en el origen de las muchas lesiones que este deporte produce.
Gruden se ha encontrado, pues, con que es el nuevo entrenador de los Oakland Raiders, pero como si no lo fuera. Porque tiene que dedicarse a estudiar vídeos y a diseñar planes de entrenamiento y de juego con sus ayudantes sin poder entrenar a sus chicos. Es más, ni siquiera conoce a la mayoría ya que las normas no le dejan interaccionar con ellos. Y eso le ha enfadado.
En una entrevista radiofónica, Gruden dejó claro que odia estas normas, que son propias de algún "genio" que no tiene ni idea de football y que le está frustrando mucho toda la situación. "He podido saludar a alguno de los muchachos, los que viven por aquí y se acercan voluntariamente a las instalaciones. He podido presentarme a alguno de ellos, que creo que no va contra las normas, y poco más. No se nos deja entrenar", subrayó con disgusto antes de añadir: "Y sé que muchos de ellos contratan entrenadores privados y estarían encantados de estar aquí y trabajar todos juntos, pero así son las cosas".
Uno de los que ha podido saludar es Marshawn Lynch, sobre el que no se sabe qué clase de futuro tendrá en el equipo, aunque es fácil imaginar que estará entre los veteranos cortados en breve.
El caso es que Gruden, le guste o no, tiene que adaptarse a la nueva NFL. En ella, no podrá entrenar con los que van a ser sus hombres hasta el mes de mayo y, practicamente, no puede ni decirles qué clase de juego quiere poner sobre el emparrillado. Puede ser una desventaja para los equipos con entrenadores nuevos, y una desventaja para gente como Gruden, que encaja bien en el concepto de jefe controlador, pero es una norma que se aplica para las 32 franquicias por igual. Cuanto menos eche de menos el pasado y antes se adapte a la nueva NFL, mejor para él y para los Oakland Raiders.