Andrew Luck: cronología de una lesión diabólica
El quarterback de los Indianapolis Colts aún no es capaz de lanzar el balón debido a los dolores en el hombro derecho que se operó hace más de un año.
Chris Ballard, general manager de los Indianapolis Colts, tuvo que tragarse un señor sapo ayer. Tras la renuncia de Josh McDaniels al puesto de entrenador jefe de la franquicia, debió salir a rueda de prensa a explicar que todo está en orden, que van a estar bien, que no se preocupe nadie, y que van a encontrar al hombre adecuado en breve. Bien. Es lo que tenía que hacer y lo hizo con solvencia.
En medio de las preguntas apareció el fantasma de Andrew Luck. Uno de los argumentos que se manejaban para explicar la sorprendente falta de palabra de McDaniels es que podría haber recibido informes de que el hombro derecho del quarterback estelar del equipo estaba peor de lo esperado y, por lo tanto, su carrera estaría en juego. Su carrera, sí, sí, porque cualquier profesional que se pasa dos años alejado de los terrenos de juego tiene que ser considerado como dudoso de cara al futuro.
La respuesta de Ballard fue contundente al respecto: la recuperación va según los plazos establecidos, el jugador no va a tomar ningún atajo al respecto y, además, descartó el rumor de que podría volver a operarse, algo que el general manager negó.
¿Cómo de creíble es esta declaración? Ni mucho ni poco. Sencillamente, y tras todo lo vivido en este asunto, necesitamos pruebas reales y no meras explicaciones, porque el escepticismo es legítimo. Recordemos, cronológicamente, de donde viene tanto temor por el presente y el futuro de Andrew Luck y, por lo tanto, de los Indianapolis Colts.
7 de septiembre de 2016: Ojo a la fecha. Tres días antes del partido inaugural de la temporada 2016, Andrew Luck no entrenó por sentir molestias en su hombro derecho. Venía sintiéndolas desde la temporada 2015, desde la Semana 3 en concreto, pero parecían poca cosa. La prensa de Indianapolis precisó que no le pasaba nada, que Chuck Pagano (entonces entrenador del equipo) sólo quería tenerle fresco para el partido y, al día siguiente, Ryan Grigson (entonces general manager), declaró que no había de qué preocuparse, que el hombro estaba perfecto.
15 de septiembre de 2016: Martes después del primer partido, en el que los Colts pierden contra los Lions pero Luck hace un soberbio encuentro. El hombro, que le molesta un poco el hombro. No entrena, pero que nadie se preocupe, nos dicen, que jugará contra Denver el domingo.
22 de septiembre de 2016: Se vuelve a perder con los Broncos, pero durante la semana la tranquilidad va desapareciendo. No entrena el martes, el miércoles de maner alimitada y, por primera vez, aparece como cuestionable el jueves de cara al partido del domingo. El hombro no está bien. Dice Pagano algo muy importante: es un quarterback de primer nivel y va a jugar seguro el domingo contra Chargers, aunque piensa limitarle los entrenamientos todo el año ¿Cómo? ¿No estaba bien, sólo que con ligeras molestias? ¿Es sensato forzarle en esas circunstancias? No, esta última pregunta no se hizo entonces, la hago yo hoy.
28 de septiembre de 2016: La misma historia, limitado durante la semana, juega el domingo. Hombro, hombro, hombro, en el parte de lesiones. Cuestionable.
1 de octubre de 2016: Jim Irsay habla del tema. Ese mismo verano le ha dado un contrato de 140 millones de dólares por seis años, así que quiere tranquilizar a la afición: ni se necesita operación ni va a dejar de jugar ningún domingo, sólo que los entrenamientos serán especiales y estarán controlados... por el hombro, claro.
3 de noviembre de 2016: Un mes después, Andrew Luck deja de aparecer como lesionado en el hombro en el parte de lesiones de los Indianapolis Colts ¿una estrategia para que dejen de preguntarles por ello? Visto en perspectiva, es lo más probable.
1 de diciembre de 2016: Tras más de dos semanas en protocolo de conmoción, y después de un mes, el hombro vuelve a aparecer en la descripción de la semana de Andrew Luck. En Monday Night, los Colts ganan a los Jets.
7 de diciembre de 2016: Imaginad, cuestionable por una lesión en el hombro. La rutina de septiembre y octubre vuelve a aparecer, con limitación en entrenamientos semanales y un viernes en el que Pagano sale a rueda de prensa que jugará seguro el domingo.
15 de diciembre de 2016: Jim Irsay es claro, Andrew Luck no va a necesitar cirugía en el hombro.
1 de enero de 2017: No hay un sólo partido de final de temporada en el que no suceda lo que en el resto del año. En la Semana 17 los Colts estaban eliminados de playoffs y, ante los Jacksonville Jaguars, Andrew Luck juega y el equipo gana. Se acabó una campaña de pesadilla.
19 DE ENERO DE 2017: Va en mayúsculas porque es el día en que Andrew Luck se opera del hombro derecho. El día que Chuck Pagano, Ryan Grigson y Jim Irsay nos habían dicho que no llegaría. El propio dueño de la franquicia da la noticia y asegura que el jugador se perderá parte de los programas de la pretemporada pero, sin duda, estará disponible en la Semana 1 de la temporada 2017. Ian Rapoport dice que estará al 100% en seis meses.
2 de marzo de 2017: Ryan Grigson ha sido despedido y Chris Ballard ya es el general manager de los Colts. Luciendo una prudencia desconocida hasta la fecha por la organización, Ballard se presenta ante la prensa diciendo que el jugador va a hacer todo lo que dicen los médicos y que no existe ninguna fecha estimada de regreso, que será cuando tenga que ser.
24 de mayo de 2017: El Indianapolis Star asegura que no existe ninguna garantía de que Andrew Luck esté disponible para comenzar la pretemporada con el equipo.
8 de junio de 2017: Jim Irsay, el gran héroe de este artículo, dice que el hombro está curándose de manera fabulosa, casi milagrosa, que la operación ha sido una cosa muy positiva en la carrera de Andrew Luck, que no era complicada en absoluto y que el campo, con sus florecillas y sus abejillas, le parece un lugar maravilloso y apacible, que no hay nada en este mundo más guapo que quererse, muchas gracias a todos.
24 de julio de 2017: Los Colts ponen a Luck en la lista de lesionados de la pretemporada, pero nos cuentan que, al fin, ha podido empezar a lanzar algún balón. A estas alturas, Cam Newton, operado de lo mismo, pero en marzo y no en enero, parecía ir por delante en la recuperación. Aparecen los primeros nervios reales. Que no va a jugar en pretemporada ya se da por hecho.
29 de julio de 2017: Andrew Luck, al fin, habla por sí mismo y lo que dice pone los pelos de punta por Indianapolis, porque deja en duda que pueda estar disponible para la Semana 1 y, además, que los médicos le han ordenado que no se asuste por el ritmo al que va su recuperación. Escuchar "no asustarse" y asustarse de manera inmediata es lo que todos pensamos respecto a la medicina.
1 de agosto de 2017: Jason LaCanfora, de la CBS, va más allá que nadie, hasta ese momento, y dice que en la liga circula la sensación de que Andrew Luck empezará la temporada en la lista de lesionados y no podrá volver hasta, al menos, la sexta jornada. Chris Ballard lo niega enfáticamente y asegura que el jugador estará disponible en la Semana 1.
2 de septiembre de 2017: Los Colts han traspasado por Jacoby Brissett y han dado muestras suficientes de que Luck no jugará en el primer partido del año, pero le sacan de la lista de lesionados para que pueda volver a los campos antes de la Semana 7.
4 de octubre de 2017: Luck ya se ha perdido cinco semanas. Se especula con su vuelta en noviembre. Los entrenamientos no van bien. El jugador aparece ante la prensa para acallar los rumores y decir que va a jugar este año seguro, que en tres semanas podría estar en el campo.
18 de octubre de 2017: Saltan todas las alarmas, porque Chris Ballard dice que el hombre de Luck en vez de recuperarse parece ir hacia atrás, con más dolor que hace un mes. El Indianapolis Star dice, por primera vez, que no se puede descartar que el quarterback no juegue en todo el año.
29 de octubre de 2017: Según Jay Glazer, de la Fox, Andrew Luck está harto del proceso, del dolor, y busca segundas opiniones sobre su hombro.
2 de noviembre de 2017: El enfado de Luck conlleva lo invitable, y los Indianapolis Colts lo meten en la lista de lesionados definitiva, haciendo oficial que no va a jugar durante toda la temporada.
11 de noviembre de 2017: Andrew Luck desaparece de los Indianapolis Colts. Se va a Europa a buscar nuevos tratamientos, nuevas opiniones, y no sigue los cauces del equipo. Ni el propietario, ni el general manager, ni el entrenador saben mucho de él. Durante un mes y medio ese será el caso.
17 de diciembre de 2017: Luck da señales de vida. Y viene con regulares noticias. Informa al equipo, sin pedirles opinión, de que en su rehabilitación europea ha decidido, con el consejo de los médicos con los que ha trabajado lejos de los Colts, que intentará volver a lanzar en unos días y, en caso de sentir dolor, se operará de nuevo en enero.
29 de diciembre de 2017: Quince días cruciales. El jugador ha estado entrenando, fortaleciendo el brazo, con un par de gurús en California, dos tipos muy relacionados con Tom Brady. Los Colts contienen el aliento. Luck, al fin, habla con ellos y les confirma que no va a operarse de nuevo, que se siente mejor del hombro.
1 de enero de 2018: Jim Irsay promete que Andrew Luck estará para jugar en la Semana 1 de 2018. Me dan ganas de llorar y de gritar que se calle, todo a la vez.
6 de febrero de 2018: Josh McDaniels pega la espantada y Chris Mortensen, de la ESPN, dice que no está descartada otra operación en el hombro de Luck. Dos y dos son cuatro, y las especulaciones con que McDaniels ha rechazado el trabajo por el estado físico de Luck recorren el entorno de la NFL de arriba a abajo.
7 de febrero de 2018: Chris Ballard, en rueda de prensa, niega los rumores de una nueva operación, descarta que la decisión de Josh McDaniels tenga nada que ver con la salud de Andrew Luck y dice que, ojo, a 7 de febrero de 2018, insisto, el quarterback comenzará a lanzar en breve. En breve.
Tomad todo lo anterior como estiméis. Continuará.