Lo que Barcelona 1992 debe al mago de los efectos especiales
Reyes Abades, ganador de nueve Goyas y fallecido el pasado jueves, fue el hombre que ideó la magia de la flecha que encendió el pebetero de los Juegos.
Estaba nominado a dos Goyas de la Academia Española del Cine por Zona Hostil y por Oro, que hubieran sido a título póstumo, porque Reyes Abades falleció el pasado jueves, a la edad de 69 años. Ha ganado nueve estatuillas y fue nominado en otras once ocasiones. Pero para el mundo del deporte fue el artífice de aquella maravilla de los Juegos de Barcelona 1992: el efecto especial de la flecha incendiaria lanzada por Antonio Rebollo, que prendió el pebetero en una noche mágica del 25 de julio.
La flecha no cayó dentro del pebetero, sino que pasó por encima con su estela de fuego, y el pebetero se incendió porque un chorro de gas, encendido en el momento oportuno, con la intensidad necesaria, lo hizo posible. Como por arte de magia.
Y el mago fue Reyes Abades, nacido en Castilblanco (Badajoz), un pueblo que se autodefine como La Siberia de Extremadura y que ha guardado tres días de luto tras la muerte de este hombre mítico del cine español, aunque, como otros muchos, su nombre no trascienda al gran público, por desgracia. Como los grandes fotógrafos, los creadores de vestuario, los montadores…
Antonio Rebollo (arquero paralímpico, ya sabéis) se creyó capaz de colocar la flecha dentro del pebetero y, en efecto, lo era. Pero el dardo dañó la estructura, y en otra ocasión rebotó y cayó sobre la grada vacía… que si hubiera estado llena, como aquella noche inaugural, hubiera ocasionado un accidente. De forma que se optó por la magia de Reyes Abades, el hombre que fue homenajeado emocionantemente en la gala de los Goyas de la noche del sábado al domingo.
No me resistio a enumerar los nueve galardones que recibió. Estas fueron las películas y sus directores: Balada Triste de Trompeta y El Día de la Bestia (Álex de la Iglesia), El Laberinto del Fauno (Guillermo del Toro), El Lobo (Miguel Courtois), Buñuel y la Mesa del Rey Salomón y ¡Ay, Carmela! (Carlos Saura), Tierra (Julio Médem), Días Contados (Imanol Uribe) y Beltenebros (Pilar Miró). Nada menos.