Música y deporte: mezcla para un concierto solidario
Asistieron Abascal, Pascual, Coghen, Antón... Cacho se acordó de “Caballé en los Juegos de Barcelona 1992”, en los que fue oro olímpico.
Call of the Champions, de John Williams, inauguró el Concierto Solidario Homenaje a los Deportistas Españoles que se celebró ayer en Pozuelo de Alarcón (Madrid), a beneficio precisamente de ellos. Lo interpretó a la perfección la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE, con Vicent Pelechano como director.
La obra de Williams (algo así como un músico de cámara de Steven Spliberg) se compuso con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City 2002. Curiosamente, ninguno de los deportistas con los que habló este periódico destacaron esta composición del hombre que ha ganado cinco Oscar por la música de películas míticas como La Lista de Schindler, ET, La Guerra de las Galaxias, Tiburón y El Violinista en el Tejado.
Por ejemplo, Jan Abascal, campeón olímpico de vela en los Juegos de Moscú 1980, se sentía más interesado por otras cosas: “Tengo curiosidad en conocer ese himno olímpico de Amsterdam 1928, que, para mí, es un enigma”. Hoera! Olympia!, se llama y fue interpretado en la sexta pieza del concierto. Era un misterio para todos, ahora desvelado. Una obra curiosa e histórica.
Fermín Cacho se acordó de “Montserrat Caballé en los Juegos de Barcelona 1992”, en los que fue campeón olímpico en 1.500 metros, y protagonizó una de las imágenes icónicas del deporte español, pero no se olvida “del himno de España cuando recibí la medalla de oro, se me uso la piel de gallina, ni de Los Manolos cantando Amigos para Siempre en la Ceremonia de Clausura, que resumía un poco lo que habían sido aquellos Juegos”.
Motivación. Rafa Pascual, el mejor jugador de voleibol de la historia, comentó que “para los deportistas representa mucho la música antes de cada partido. Cada cual se motiva con la que más le gusta”.
Joan Lino, español de origen cubano, no quiere comparar la música olímpica con la caribeña: “La nuestra es mucho más agresiva, pero ahora se trata de escuchar música deportiva, que es muy bonita, pero distinta”.
Y Abel Antón recuerda que cuando ganó el Mundial de Sevilla 1999 en maratón “sonó una canción muy sevillana, claro, aunque no recuerdo cuál era, pero era muy alegre”.