Lindberg y Mikkel Hansen destrozan el trabajo alemán

En un partido de poder a poder, y en el que por momentos Alemania impuso su ritmo, al final fue Dinamarca la que llegó más entera y si consiguió el triunfo por los pelos fue por los nervios finales a conseguir la victoria: 26-25 (8-9).

Alemania tardó casi 10 minutos en marcar su primer tanto, pero Dinamarca nunca se despegó, quizá porque en la primera mitad no estuvieron acertados ni Mikkel Hansen ni Lauge, los dos jugadores que han sostenido al los daneses en ataque. Al descanso ganaba Alemania, por un gol, con un marcador paupérrimo.

En la segunda mitad, con los dos equipos apostando abiertamente por ataques en superioridad, hubo más goles, más efectividad, más acción. Y apareció Mikkel Hansen, gracias al juego de dos pivotes en su equipo. Los problemas que genera cuando se levanta siempre permiten la continuidad ofensiva de los suyos, y como el lateral no es egoísta, en eso empezó a levantar el encuentro Dinamarca.

Los campeones de Europa carecieron de otra marcha para oponerse, y se fueron difuminando, sobre todo porque los daneses acababan los ataques por el extremo Lindberg, con cuatro goles seguidos, marcó una diferencia máxima de tres goles. Y en eso se durmió Dinamarca, que en un minuto vio peligrar su victoria, perdiendo el último balón, a dos segundos del límite que estuvo a punto de darle un disgusto.