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Tom Brady, el chico raro en las Finales de Conferencia

Estados Unidos

“Para ganar el Super Bowl necesitas un quarterback franquicia”. Es una máxima en el Planeta NFL.

Pero algo sucedió esta campaña y el único quarterback franquicia en las Finales de Conferencia es Tom Brady. Sus acompañantes son Blake Bortles (Jacksonville), Case Keenum (Minnesota) y Nick Foles (Filadelfia).

Los dos últimos entraron como relevistas debido a que los titulares de Vikings (Sam Bradford) y Eagles (Carson Wentz) sufrieron lesiones que los dejaron fuera de la temporada. En el caso de Bradford, en el juego de la Semana 1; intentó volver a la mitad de la campaña, sólo para demostrar que, efectivamente, es de cristal.

Tener un “quarterback franquicia” es muy caro. Joe Flacco fue el mejor pagado en 2017, con un sueldo anual de 24.5 millones de dólares con los Ravens; Carson Palmer y Kirk Cousins son los siguientes en la lista, y ganaron 24.1 y 23.9 millones de dólares en Arizona y Washington, respectivamente.

Brady es el decimonoveno en la lista. De-ci-mo-no-ve-no quarterback mejor pagado de la liga. Pero Tom es único y a lo largo de su carrera ha aceptado reducir su sueldo anual con tal de que los Patriots siempre tengan equipos contendientes al Super Bowl. Y, bueno, tal parece que el plan ha funcionado.

En 2017 Brady ganó 14 millones de dólares, menos que Ryan Tannehill (20.3 mdd) y Andrew Luck (19.4 mdd), que no jugaron un solo down en la temporada debido a lesiones. También menos que Andy Dalton (15.7 mdd), cuyo “highlight” fue el pase de touchdown con el que eliminó a Flacco y los Ravens en la Semana 17.

En el número 25 en la lista aparece Bortles, titular de los sorprendentes Jaguars, con 6.5 millones de dólares.

El casillero 46 le pertenece a Case Keenum con 1.9 mdd y el 47 a Nick Foles, con 1.6 mdd. Sueldos de suplentes.

Por supuesto que para ganar en la NFL necesitas un quarterback franquicia. Siempre habrá excepciones que confirman la regla.

“No tienes que ganar con un quarterback de franquicia, porque no todos lo hacen, y cada año hay juegos de postemporada que no tienen quarterbacks franquicia”, dijo Todd Bowles, coach de los Jets. “Debes jugar en equipo y entender lo que es tu equipo e intentar ganar con lo que tienes. Una vez que comprendas la personalidad de tu equipo y tengas suficiente talento, llegarás lejos”.

Eso es Jacksonville. Un equipo talentoso, con buena química... y Bortles.

Eso es Minnesota y eso también es Filadelfia. En el caso de Vikings y Eagles es que tienen buenos suplentes, otro ingrediente indispensable en los equipos que aspiran a ganarlo todo en la NFL.

Sam Bradford no es un quarterback franquicia. Tan no lo es que seguramente la gerencia general en Minnesota esté considerando deshacerse de él en cuanto termine la campaña.

Bortles tampoco lo es, pero que a nadie le extrañe si Jacksonville gana el Super Bowl; sólo se uniría al club que integran Trent Dilfer, Jeff Hostetler, Brad Johnson, Jim McMahon, Mark Rypien y Doug Williams, todos con carreras poco ilustres, pero con un anillo de campeón.

Pero si los Patriots ganan el domingo, la Conferencia Americana estará representada por Tom Brady, Peyton Manning o Ben Roethlisberger en 14 de los últimos 15 Super Bowls. La excepción es Joe Flacco en el Super Bowl 47.

Sí, para ganar en la NFL necesitas un quarterback franquicia.