Amandinha, la mejor del futsal mundial por cuarta vez
La jugadora brasileña se llevó el UMBRO futsal awards por cuarto año consecutivo. La ala del Leoas da Serra carioca sigue coleccionando títulos y a sus 23 años domina el futsal femenino
Amanda Lyssa, más conocida como Amandinha, es la reina del fútbol sala femenino. La brasileña, a sus 23 años, ya es toda una veterana de este deporte. Y es la mejor. Por cuarta vez consecutiva fue nombrada como la mejor jugadora del planeta en los UMBRO futsal awards. Un título más para su amplia colección donde tiene desde campeonatos brasileños a Mundiales con la selección brasileña.
Fortaleza (Brasil) vio nacer a Amandinha. En el país de la samba y el fútbol, Amanda empezó desde muy pequeña a amar el balón. Sólo tenía 8 años cuando empezó a dar patadas a un balón entre sus primos y, poco después, en la calle como un niño más. Amandinha amaba el balón y el balón le amaba a ella. Hasta que un entrenador le observó jugando en la calle y vio algo en ella. Ni su pequeño tamaño ni el jugar con niños le impedían hacer cosas de otro mundo. Así le ofreció jugar en su equipo y tener una beca para estudiar. Amandinha y su familia vieron una buena oportunidad y no lo dudaron. Empezó a jugar contra otras niñas y a crecer como futbolista. De nuevo la vida le dio un giro. El campeonato brasileño de selecciones estatales Sub-20 fue un antes y un después. Sólo tenía 15 años, pero fue convocada con la Selección Cearense y destacó por encima de muchas. Tanto que el técnico de la Selección Catarinense habló con su padre para llevársela al Barateiro, donde se ha convertido en la jugadora que es hoy.
Amandinha destaca por su endiablada velocidad, su gran agilidad e inteligencia, además de su poca altura y peso que le convierten en una jugadora muy habilidosa. Con la pelota en el pie puede sorprender con cualquier cosa. Una jugadora total e imparable. Su fútbol impredecible le hizo debutar con la selección brasileña muy joven, casi cuando cumplía la mayoría de edad. Otro sueño que se cumplía. Y más títulos que llegaban. El de liga con el Barateiro, dos Mundiales con la canarinha. Y el de 2014 con gol suyo en la final para dar el título a Brasil. Mejor imposible.
Sin embargo no fue un 2017 fácil para la brasileña. Cambió de aires y fichó por el Leoas da Serra. Cambió de ciudad, de equipo y de rutinas. Además, sufrió dos lesiones que le han complicado aún más esta temporada. Pero aún así, y sin que ella lo esperase, volvió a convertirse en la mejor del mundo con 200 puntos de ventaja sobre la segunda. Conquistó el primer título nacional de su nuevo club: la Copa del Brasil de fútbol femenino. Además, ganó los Juegos Abiertos de Santa Catarina y fue subcampeón estadual. En la selección brasileña, el ala fue importantísima en la victoria de la quinta Copa América. Pero lo que más le llena es ser un ejemplo para las niñas. Un espejo para que el fútbol sala femenino siga creciendo y las más pequeñas sueñen con ser la nueva Amandinha. Con 23 años, quedan muchos años de hegemonía. Una hegemonía con acento brasileño...