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Seattle Seahawks

Los Seattle Seahawks ponen punto y final a su dinastía

La franquicia ha visto como salen despedidos los principales coordinadores y su general manager, John Schneider, ha flirteado con la huida.

Los Seattle Seahawks ponen punto y final a su dinastía

Que la historia te recuerde por un fracaso ha de ser muy duro. Que, encima, eso sea brutalmente injusto, más. Supongo que a todos los que recordamos por haber perdido les pasa lo mismo, porque sólo entran en esa categoría los que se quedaron a un pasito de la gloria. El Atlético de Madrid en Lisboa, Raymond Poulidor en el Tour, los Sacramento Kings de principios de siglo XXI. Ya me entendéis. Y, sin embargo, es aún más desagradable pensar que los Seattle Seahawks de esta década pueden ser recordados como perdedores, como así va a ser.

La intercepción en la yarda uno de la última jugada de la Super Bowl XLIX frente a los New England Patriots. La decisión de no darle el balón a Marshawn Lynch y ordenar un pase. La cara de Richard Sherman incrédulo y desconsolado. La imagen de Pete Carroll, manos en la rodillas, boca semiabierta, inclinado ante el abismo del instante que marca toda su carrera.

Qué puñetera mentira es todo esto, definir a un equipo que durante más de un lustro aterrorizó a toda la NFL, una defensa de una dimensión histórica, unos duelos con los San Francisco 49ers que no podremos olvidar jamás, una secundaria con nombre propio y bien ganado en la "Legion of Boom". Ah, sí, claro, sabía que se me olvidaba algo: UNA SUPER BOWL GANADA, la anterior, la XLVIII, por la vía del aplastamiento de los Denver Broncos. Es hora de recordarles como realmente fueron.

Porque la dinastía de los Seattle Seahawks ha tocado a su fin. Lo ha hecho de manera oficiosa esta misma semana, y lo ha hecho de manera palmaria a lo largo de los últimos dos años. Sea lo que sea que la franquicia ponga en el campo la próxima temporada será algo muy diferente, y eso contando con que la santa trinidad esencial de cada equipo NFL, esto es, general manager, entrenador jefe y quarterback, van a ser los mismos. Hasta en eso son especiales.

El grupo afronta una reconstrucción absoluta en el staff técnico. Se ha confirmado que tanto el coordinador defensivo, Kris Richard, como el ofensivo, Darrell Bevell, no volverán el año que viene. Tom Cable, entrenador de la OL y uno de los grandes señalados por los males del equipo, tampoco estará en el 2018. El escenario que se le presenta a Pete Carroll es de completa y total renovación.

No es de extrañar, sobre todo en el ataque. El juego de carrera ha desaparecido desde la marcha de Marshawn Lynch, y sin él el equipo ha perdido gran parte de su personalidad y dominio. Russell Wilson se ha convertido en uno de los grandes espectáculos de la liga, pero ha sido a costa de sacar conejos de la chistera en jugadas rotas y en malvivir detrás de una horrenda línea de ataque. Quizás sean asuntos que se retroalimentan, quizás el estilo del QB lleva a que la OL parezca aún peor, lo que es seguro es que la unidad necesita otro enfoque.

En la defensa los problemas son más de personal. Los tres grandes héroes de la secundaria de comic han tenido lesiones serias en los dos últimos años y ya no son unos chavales. Richard Sherman no aparece en la lista de mejores cornerbacks de la liga debido a ello, Earl Thomas ha tenido que lidiar en solitario con todo lo que le venía y Kam Chancellor tiene, según el propio Carroll, serias posibilidades de que la lesión en las cervicales de esta temporada le retire.

De la misma manera, Cliff Avril podría no volver a jugar, Michael Bennett ha dicho que se ve más fuera que dentro, Sheldon Richardson es agente libre sin restringir a partir de marzo... todo apunta a que la defensa, santo y seña de la franquicia, será muy diferente cuando la temporada comience.

Incluso el sacrosanto puesto de general manager ha tenido su pequeño seísmo. John Schneider es uno de los GMs más respetados de la NFL. La construcción de esta plantilla no se explica sin él y, por lo tanto, merece todos los aplausos al respecto. Su trabajo soñado, según cuentan, es el de los Green Bay Packers; Schneider nunca lo ha negado. Y los Packers, que han tenido que buscar GM por primera vez en una década, le pegaron una llamada y quisieron entrevistarle.

El asunto no cuajó, y Brian Gutekunst acabó haciéndose con el puesto de mandamás en la franquicia quesera. Eso no quita que los contactos con Schneider existieran y que, por lo tanto, la posibilidad de que el constructor de esta plantilla se haya pensado el abandonar el barco en esta deriva en la que ahora se encuentra.

Estamos, pues, ante una offseason esencial en el futuro de los Seattle Seahawks. Hay piezas como para no tener que empezar de cero, y los grandes nombres, las grandes figuras e ideólogos de esta gran etapa siguen en sus puestos. Antes de que llegue marzo y el huracán de la revolución azote a esta franquicia, merecen el respeto de las dinastías históricas, aunque se les recuerde, con enorme injusticia, más por una derrota, por una jugada terrible.