Chucky, el maniaco del football está de vuelta
Jon Gruden es un coach obsesivo y con fama de ser un gruñón; hoy regresa a los Raiders 16 años después de una dolorosa partida a los Buccaneers.
Jon Gruden es un maniaco. Un enfermo. Un obsesivo por el football.
“El football es realmente lo único que sé. Además de ir a la playa de vez en cuando y ver las olas, es realmente lo único que me interesa, junto con mi esposa y tres hijos”, narra Gruden en su libro Do You Love Football?.
“No soy un buen golfista. No sé jugar boliche. Bueno, hasta me cuesta trabajo recordar el número de teléfono de mi esposa, pero puedo decir ‘Flip Right Double X Jet 36 Cunter Naked Waggle 7 X Quarter’ mientras duermo”.
Es justo lo que la NFL necesita. Justo lo que los Raiders necesitan.
Gruden (17 de agosto de 1963, Sandusky, Ohio) fue presentado este martes como coach de los Raiders, 20 años después de que el hoy fallecido ex dueño de la franquicia negra y plata, Al Davis, lo contratara como el entrenador más joven de la NFL, a los 34 años de edad, en 1998.
Dos décadas más tarde, el hijo de Al y nuevo mandamás de los Raiders, Mark Davis, junto con el gerente general Reggie McKenzie, han sacado a Gruden de la cabina de transmisión para regresarlo a donde pertenece, al campo, para hacer lo que mejor sabe hacer: ser el coach de un equipo de football.
¿El costo? Bueno, algo elevado: 100 millones de dólares, diferidos en 10 años de contrato.
En 11 temporadas como coach con los Raiders (1998-2001) y los Tampa Bay Buccaneers (2002-08), Gruden compiló un record en temporada regular de 95-81 y 5-4 en Playoffs, incluida su victoria en el Super Bowl XXXVII… precisamente sobre Oakland.
En todos esos años, su obsesión por el football fue única. Como la de un maniaco.
Gruden despertaba todos los días a las 3:17 (sí, exactamente a las 3:17) de la mañana, y eso incluía los domingos en temporada regular. En su primera etapa como coach en la NFL, sus equipos siempre se quedaban en un hotel la noche antes de cada partido, sin importar si el juego era en casa o como visitantes.
Así, de madrugada, leía el periódico, se comía un par de huevos y estaba listo para cuando el primer autobús partía rumbo al estadio. Llegaba hasta cinco horas antes del inicio del juego, se iba al vestidor y comenzaba a revisar ese pedazo de cartoncillo enmicado en el que estaba su plan de juego ofensivo (sin los diagramas, claro). “Probablemente llevamos unos 125 pases y quizá unas 30 carreras en cada partido”, recuerda Gruden en Do You Love Football?
Su “guía” también incluía los números y nombres de los oficiales (en caso de que tuviera que platicar amablemente con alguno de ellos durante el partido) y los de sus hijos: Deuce, Michael y Jayson.
Repasaba mentalmente todas las jugadas; ahí descubría alguna que no le gustaba y comenzaba a hacer correcciones. Suponía ciertas situaciones o imaginaba que repentinamente el rival utilizara alguna defensiva que no vieron en la sala de video durante la semana y se preguntaba qué debía hacer en ese caso.
Nadie se preparaba mejor que él.
“Amo la competencia. Amo a los jugadores. Amo la estrategia, las variables. Amo el olor del pasto. Amo el sentimiento de la victoria. Me gusta ver cómo respondemos a la adversidad que trae una derrota y los cambios repentinos con los que tenemos que lidiar, como un fumble, una intercepción, un castigo de 15 yardas, o algo peor, como que nuestro tackle derecho se fracture el tobillo”, dice en su libro.
Antes de comenzar su carrera como coach en Oakland, Gruden fue asistente durante siete años en la NFL. Pasó tres temporadas (1995-97) como coordinador ofensivo de los Philadelphia Eagles, cuando apenas tenía 31 años de edad.
Previo a ello, Gruden trabajó durante tres años en Green Bay, de 1992 al 94. Fue asistente ofensivo del coach Mike Holmgren en 1992 y luego se convirtió en entrenador de receptores de los Packers.
También fue asistente ofensivo del coach George Seifert con los San Francisco 49ers en 1990. Ahí descubrió los secretos de la ofensiva de la Costa del Oeste, siendo Holmgren su mentor.
En su primera etapa con los Raiders, Gruden terminó con récord de 38-26 y ganó títulos consecutivos de la División Oeste de la AFC en 2000 y 2001; llevó a Oakland hasta el Juego por el Campeonato de la Conferencia en el 2000, cuando los Raiders establecieron un récord de la franquicia con 479 puntos.
EL CANJE Y EL SUPER BOWL
La última campaña en Oakland fue complicada. Los Raiders iniciaron con marca de 10-3, pero cerraron el calendario regular con derrotas ante Tennessee, Denver y los Jets. A la par, el agente de Gruden, Bob LaMonte, decidió suspender las negociaciones para una renovación de contrato hasta que finalizara la temporada.
Oakland fue campeón divisional y vencieron a los Jets en uno de los juegos de Wild Card, pero perdieron ante los Patriots 16-13 en tiempo, en el famoso juego del “Tuck Rule”.
Gruden y LaMonte se reunieron en un restaurante para revisar la última propuesta de los Raiders, que se quedó lejos de sus expectativas.
En Tampa Bay, los Buccaneers despedían al coach Tony Dungy después de tres derrotas tempraneras en la postemporada.
Así, en 2002, los Buccaneers aprovecharon una cláusula de salida en el contrato de Gruden e hicieron uno de los mayores canjes en la historia de la NFL al obtener al coach a cambio de selecciones de primera ronda en 2002 y 2003, y de segunda en 2002 y 2004, además de 8 millones de dólares en efectivo para Oakland.
En su primera temporada al mando, Gruden llevó a Tampa Bay a su primer Super Bowl en 2002.¿El rival? Nada menos que los Raiders.
Fue tal la presión previa al juego que Gruden enfermó de la gripe más cruda que pueda recordar.
Pero el jueves vino la parte divertida de la semana en San Diego, cuando Gruden, que conocía mejor que nadie a la ofensiva de los Raiders, decidió ser “Rich Gannon” en la práctica, con el fin de darle a su defensiva una simulación de lo que verían el domingo del estelar pasador de los Raiders en el Qualcomm Stadium.
“El coach Gruden va a jugar como quarterback”, les dijo el coordinador defensivo, Monte Kiffin, a sus muchachos. “Les va a ayudar a sentir un poco a Gannon; lo que puede hacer y cómo puede sonar. No va a lanzar el balón, pero los va hacer sentir las jugadas”.
Entonces Gruden, pensó: “¿Que no voy a lanzar el balón? Nunca dije que no lo lanzaría. Pero cuando se colocó detrás del centro, “¡boom, conecté con Karl Williams en un slant. Seguí llamando jugadas, usando la misma terminología que Gannon usaba y hasta con su mismo estilo”.
El domingo, los Buccaneers destruyeron a los Raiders al son de 48-21, con una actuación sublime de su defensiva.
Gruden se convirtió en el coach más joven en la historia de la NFL en ganar un Super Bowl y también fue el primero en guiar a su equipo al Super Bowl en su primera temporada.
¿POR QUÉ “CHUCKY”?
El apodo surgió en la campaña 1998 después de un triunfo sobre Seattle. El autor es Harvey Williams.
Todo comenzó con un error del corredor durante el partido.El quarterback de los Raiders era Donald Hollas. En la semana, Gruden anticipó una serie de blitzes por parte de los Seahawks; Hollas debía estar muy atento a ellos y cambiar las jugadas antes del centro para contrarrestarlos.
“Cuando (Hollas) decía ‘Seattle 96’ o ’Seattle 97’, el corredor (Williams) debía saber de qué lado recibiría el balón, siempre en dirección opuesta al blitz”, narra Gruden.
Cuando Hollas identificó el blitz, gritó “¡Seattle 96!”, pero Williams corrió un “Seattle 97”. Cuando el quarterback volteó para entregarle el balón, el corredor no estaba ahí. “Fue una jugada que nos hizo ver como tontos. Enfurecí. Me volví loco… ‘¿Qué diablos haces?’, le grité a Harvey cuando regresaba a la banca. ‘Hemos estado trabajando toda la semana en eso. Sabías que era un blitz de ese lado, ¿por qué corriste hacia el otro’’”.
Unos días después, Williams habló del incidente con un reportero. Dijo que cuando vio a Gruden gritarle así, se acordó de “Chucky”, el muñeco diabólico de la película.
Al día siguiente, el periódico publicó fotos de Gruden junto a unas de “Chucky” y así nació el apodo con el que hasta hoy conocemos al coach.
Tiene fama de gruñón, pero muchos de sus ex jugadores hablan maravillas del coach.
LOS PININOS
Gruden pasó cinco años en las filas colegiales. En 1991 fue entrenador de receptores en la Universidad de Pittsburgh bajo el mando de Paul Hackett, después de tener el mismo puesto en la Universidad del Pacífico en 1989 y de una temporada como coordinador en Missouri (1988).
Fue asistente en Tennessee en 1986 y 1987, y ayudó al equipo a obtener un récord de 17-7-1, con victorias en los Liberty y Peach Bowls.
Fue quarterback en la Universidad de Dayton y se graduó en 1985 con un título en Comunicaciones.
Gruden regresa a la banca después de nueve años como analista en ESPN.
“Siento que esto es lo que tengo que hacer, lo que quiero hacer", dijo Gruden el martes, en la conferencia de prensa en la que fue presentado como coach de los Raiders. “Esta es una organización de la que quiero formar parte. Estoy dentro. Sólo vivo una vez. Esto es algo que siento profunda y fuertemente”.
Bienvenido de regreso, “Chucky”.