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Jacksonville Jaguars 10 – Buffalo Bills 3

Los Jaguars se imponen a los Bills en un duelo ultradefensivo

Ambos ataques fueron inoperantes casi siempre, pero Bortles compensó su incompetencia como pasador con varias carreras clave que inclinaron la balanza.

Actualizado a
Jan 7, 2018; Jacksonville, FL, USA; Jacksonville Jaguars quarterback Blake Bortles (5) runs with the ball against Buffalo Bills free safety Jordan Poyer (21) during the second quarter of the AFC Wild Card playoff football game at Everbank Field. Mandatory
Kim KlementUSA TODAY Sports

No se puede jugar peor… en ataque. Jaguars y Bills no tienen pegada. Por culpa de dos quarterbacks que no saben pasar y lastrados por dos corredores que están lejos de su mejor momento. McCoy, que ha sido todo el año su casi único argumento ofensivo se lesionó la última semana de temporada regular y jugó tocado. Fournette no ha sido ni una sombra de sí mismo desde que se lesionó mediada la temporada. Y así no se puede. Y aún menos cuando ambas defensas sí que son de la élite de la NFL, con argumentos para sacar del campo a boinazos a ataques mucho más potentes que los que tenían enfrente.

Con esos ingredientes, Jaguars y Bills se pasaron dos cuartos mirándose a los ojos. Fijamente. En una especie de batalla por descubrir quién pestañeaba antes. Ambas defensas dominaban el emparrillado como se esperaba, mientras los ataques hacían lo que podían, esclavos de su anemia crónica y sus propias limitaciones.

Durísima batalla posicional

El partido se convirtió en una batalla posicional en el que los punters intentaban conseguir la mejor posición de campo para su defensa, y los ataques se conformaban con avanzar las yardas suficientes para que su pateador terminara alejando la pelota a lo más profundo del territorio rival. Juego de trincheras al poder hasta el punto que en el primer cuarto ninguno de los dos ataques pisó el campo contrario.

Hubo que esperar hasta mediado el segundo cuarto para que Tyrod Taylor lanzara una intercepción que dio el balón a los Jaguars en la yarda 35 rival. Sin embargo, los locales ni siquiera consiguieron mantener la posición para intentar un field goal, y terminaron despejando el balón para volver a la batalla posicional.

Esa jugada pareció despertar a los de Buffalo, que en la siguiente serie consiguieron consumir ocho minutos de reloj, más que ningún ataque contra los Jaguars esta temporada, e incluso llegaron a 1 yarda de la zona de anotación. Sin embargo, la cercanía del éxito pareció desconcertarlos porque todo lo bueno que habían hecho en los minutos previos se transformó en un caos de falta de inspiración y penalizaciones. Al final, tuvieron que conformarse con un field goal 0-3 que visto lo visto valía su peso en oro.

Bortles se lanza a correr

La frustración cubría de nubarrones la banda de los Jaguars, que veían como Fournette era incapaz de abrir hueco por tierra y Bortles lanzaba una y otra vez pases fáciles a ninguna parte, con sus receptores desesperados por la falta de puntería de su quarterback. Pero cuando peor estaban las cosas, el tiempo se consumía y parecía que los locales serían incapaces de anotar un solo punto en la primera mitad, Bortles dejó de intentar pasar, se lanzó a correr, que le sale mucho mejor, y enlazó dos carreras para 20 y 12 yardas que dejaron a su equipo a distancia de field goal y el marcador en un 3-3 que incluso parecía excesivo ante la inoperancia de ambos ataques.

Como muestra, Bortles consiguió en la primera mitad más yardas de carrera (35 en tres intentos) que de pase (33 en seis completos de quince intentos). Taylor no estuvo mucho mejor, con 90 yardas y una intercepción. McCoy y Fournette, los corredores de ambos equipos, tampoco estaban siendo un factor, y la mayoría de las veces eran placados antes de logar sumar una sola yarda.

La segunda mitad empezó con el mismo guion que la primera y las defensas dominando. Sin embargo, en su segunda posesión Jacksonville consiguió mover las cadenas en su mejor serie del partido. Quince jugadas en casi nueve minutos, con Bortles corriendo más que pasando y Fournette teniendo por fin éxito en su labor de percusión. Pese a todo, en este partido nada podía ser sencillo para el ataque, y el touchdown de Koyack que adelantó 10-3 a los Jaguars llegó en cuarto down desde la yarda uno con los corazones de los aficionados de las gradas cabalgando como locos y a punto de estallar. Otra consecuencia del drive fue que dejó muy tocada la secundaria de los Bills. Micah Hyde tuvo que dejar el partido por conmoción y Tre’Davious White también tuvo que irse a la banda tras sufrir calambres.

Los Bills, solo una anécdota en playoffs

Tras el drive que puso por primera vez por delante a los locales, el partido regresó a su dinámica de anemia ofensiva. Bortles y Taylor competían para ver quién era el que lanzaba un pase más desastroso y LeSean McCoy se desesperaba porque por una vez que conseguía tener éxito, rompía la red defensiva a avanzaba 39 yardas en una carrera explosiva, una penalización ridícula daba al traste con su trabajo. En el otro lado, un Bortles ya sin careta corría sin parar por su vida para conseguir primeros downs en los momentos más oportunos, terminar el partido con más yardas terrestres que Fournette (89 por 56), más de carrera que de pase (89 en 9 intentos por 87 en 12 completados) y convertirse en la inexplicable clave para que su equipo se clasificara para la siguiente ronda, en la que se enfrentará a los Steelers en Pittsburgh.

Los Bills tuvieron dos posesiones al final para intentar empatar, pero ambas fracasaron casi nada más empezar. Además Tyrod Taylor sufrió un duro placaje que le sacó del partido y Peterman, su sustituto, fue interceptado. Fue un epitafio inevitable para un equipo que este año ha roto la maldición que les había mantenido fuera de los playoffs desde 1999, pero que necesitará encontrar un quarterback más competente si no quiere que lo de este año quede en la memoria como una irrelevante anécdota.