José Mora: “Pilotar un F-18 es más fácil que una formación”
El jefe de la Patrulla Águila explica en As los requisitos para acceder a este escuadrón, su evolución a lo largo de los años y el peligro que conlleva.
Como máximo responsable de la Patrulla Águila, ¿nos puede explicar cuáles son los requisitos para acceder?
Primero, tienes que haber sido piloto de caza, con las suficientes horas de vuelo (algunos superan las 1.000) y estar destinado en la Academia del Aire. Luego, hay entre siete y nueve pruebas para demostrar tu valía. De ser así, entras en el equipo. Normalmente de reserva, pero cada año siempre se producen sustituciones. Una vez dentro se pide esfuerzo, sacrificio y dedicación.
Usted lleva desde 1988, de los primeros en ingresar. ¿Qué diferencias observa con los chicos que llegan?
Ahora la Patrulla es mucho más conocida, tiene mayor prestigio. Los jóvenes se desviven por entrar, lo que aumenta el nivel. Cuando entré yo era todo diferente, otros tiempos. Nos movía la curiosidad, las ganas de aprender. Era mucho menos profesionalizado.
Vuelan a velocidades muy altas, en cazas y con escasos metros de distancia entre unos y otros. ¿Hasta qué punto es peligroso?
Siempre hay riesgo, convivimos día a día con el peligro. Pero no pensamos en eso en el aire. La familia lo lleva peor, sobre todo mi madre (sonríe). Pero nos entienden. Es una pasión y una responsabilidad que hemos elegido.
Habrá tratado con pilotos que pasan de sus aviones de combate a la Patrulla...
Y me dicen que llevar un F-18 o un Eurofighter es más fácil que la Patrulla. Se trata de un vuelo en formación con otros seis aviones, y soportamos fuerzas 7G positivas y hasta 4G negativas. Es duro, exige máxima concentración y no todo el mundo lo soporta.
Y, desde hace más de 23 años, con el apoyo de Breitling.
Con ellos completamos un binomio perfecto. Sus relojes son un instrumento fundamental por su precisión y para nuestra coordinación.