Ahora resulta que Tom Brady y Bill Belichick no duermen juntos
Tom Brady tiene 40 años y los 49ers han ganado los cinco partidos en los que Jimmy Garoppolo ha sido titular. Si Brady tuviera tres años menos, o los 49ers hubieran ganado solo un par de partidos, incluso con su quarterback jugando como los ángeles, no se habría abierto este debate.
Probablemente, ni siquiera Seth Wickersham habría publicado su explosivo artículo en ESPN. Por si no lo habéis leído, la conclusión es, más o menos, que Belichick quería quedarse con Garoppolo y convertirlo en el QB titular de los Patriots en 2018, pero que Kraft ha desautorizado a Belichick, convertido en víctima, obligándole a seguir con Brady, el malo malísimo de la historia, mientras el quarterback quiera seguir jugando.
El texto termina abriendo la puerta a que en cuanto acabe la participación de los Patriots en estos playoffs todo el staff técnico del equipo puede dejar New England empezando por Belichick y acabando por McDaniels y Patricia.
El artículo está argumentado con un cuidado exquisito y es coherente en las informaciones que aporta. Y Wickersham tiene una trayectoria impecable y un prestigio indudable. Es difícil pensar que algo de lo que aparece escrito no esté completamente contrastado. Además, todos llevamos desde el 1 de noviembre intentando entender por qué los Patriots dejaron marchar a Garoppolo a San Francisco por una segunda ronda, cuando en la offseason anterior muchos equipos le habían ofrecido mucho más, y esta es quizá la primera explicación lógica y que ofrece un mapa completo de lo que puede haber sucedido.
Cuando la victoria es el único mandamiento
El problema de todo esto es que en el mundo del deporte solo hay un mandamiento: la victoria. Los Patriots no están jugando bien este año, ni en defensa, ni en ataque. Incluso Tom Brady parece haber ido de más a menos y durante el mes de diciembre sus actuaciones no han sido especialmente brillantes. Sin embargo, han terminado con un récord 13-3 y tienen la ventaja de campo hasta la final de conferencia Americana.
Yo no me creo que Belichick y Brady hayan dormido en la misma cama durante los últimos 18 años. Estoy seguro que más de una vez, y de dos, y de tres, a alguno de los dos le ha tocado dormir en el sillón. E incluso es posible que lleven años durmiendo en camas separadas. De hecho, es conocido que antes de la temporada perfecta de 2007 Tom Brady amenazó con irse del equipo si no se fichaban receptores. Pero la realidad es que lo suyo no es un matrimonio y nunca lo ha sido. Es un acuerdo en el que ambas partes salen ganando y en el que, por suerte, parece que siempre ha habido química profesional, sin que a ninguno de los dos le haya importado un bledo el otro en el ámbito personal.
¿Qué ahora se ha perdido la química? Es posible. Pero ni siquiera los problemas que plantea Wickersham en su artículo parecen tan gravísimos que no puedan ser resueltos en una o dos reuniones por dos tipos que quieren seguir ganando por encima de cualquier cosa. Ahora va a resultar que nadie se podía imaginar que Brady tiene un ego más grande que el Empire State y Belichick más de lo mismo. ¡Venga, hombre!
Obligados a seguir juntos
Brady tiene 40 años y Belichick 65. Uno está al final de su carrera como jugador y al otro tampoco es que le puedan quedar muchos años como entrenador como para plantearse empezar un nuevo proyecto en otro lugar. Tras la marcha de Garoppolo, parece que ambos están obligados a entenderse si quieren seguir ganando partidos en la NFL. Y sin ninguna duda, dure lo que dure Brady y gane los anillos que gane en el tiempo que le queda, si Garoppolo tiene una carrera larga y fructífera, como parece, antes o después volverán a echar en cara a Kraft, Belichick y Brady lo sucedido.
Al final, la clave estará, como siempre sucede en deporte, en el éxito a corto plazo. Si los Patriots pierden estrepitosamente contra Chiefs o Bills en la ronda divisional, la presión mediática será insoportable y, si es verdad lo que aparece en el artículo, quizá la dinastía viva una crisis grave en la próxima offseason… lo que no significa que todo vaya a saltar por los aires. Incluso podría suceder algo así si caen en la final de conferencia dependiendo de las circunstancias del partido.
Pero como los Patriots lleguen a la Super Bowl y Brady juegue un buen partido, ganen o pierdan, volveremos a hablar de una retirada con 45 años, de la trinidad Brady-Belichick-Kraft, y ya se encargarán ellos de limar asperezas y recuperar la química de cara a una temporada 2018 en que volverán a ser favoritos.
Porque una vez enviado Garoppolo al otro extremo del mundo, convertido en rival improbable en una Super Bowl futura, todos los demás problemas que se plantean en el artículo son los habituales en cualquier franquicia, casi en cualquier empresa, y se pueden curar fácilmente con victorias.
Y de esa medicina en New England tienen a patadas.