Dinero y alitas de pollo: Buffalo inunda Cincinnati de regalos
La alegría de la ciudad de los Bills por meterse en playoffs ha llevado a los más diversos agradecimientos hacia los Bengals por el favor.
¿Cuánto vale la alegría de ver a tu equipo en playoff tras media vida sin meterse en la pelea por el título? Es una pregunta retórica, ergo sin respuesta. Pero para los habitantes de la ciudad de Buffalo, en el profundo Oeste del estado de Nueva York, no hay imposibles ni leyes de la lingüística que valgan, así que se han propuesto responderla con hechos.
Los fans de los Bills se han lanzado como locos, y en esa afición el concepto "lanzarse como locos" tiene gran predicamento, a mostrar, de manea material, su agradecimiento por poder ver a su equipo en los playoffs de la NFL.
Tienen motivos para tanta alegría. Hacía dieciocho años que el equipo no se clasificaba para las eliminatorias finales de la temporada. La última vez había sido en 1999 y el último partido que habían jugado es el que se conoce como "Music City Miracle", de infausto recuerdo para la afición por una jugada increíble que ha quedado en la historia de la NFL. Todo lo que tiene nombre propio es historia, claro.
Para poder meterse en playoff este año necesitaron ayuda. Necesitaban que los Baltimore Ravens perdieran. Y lo hicieron. Lo hicieron a lo grande. A lo inolvidable. Con el partido casi ganado, en un cuarta y doce imposible, sus rivales, los Cincinnati Bengals, se sacaron de la chistera una jugada mágica que les daba el encuentro y daba la vida a los Bills. Una explosión de alegría sin igual se vivió en Buffalo, y los dos jugadores que protagonizaron ese cuarta y doce, el quarterback Andy Dalton y el receptor Tyler Boyd, se convirtieron en héroes de la ciudad.
Desde el domingo lo que ha pasado es que los seguidores de los Bills, conocidos popularmente como la #BillsMafia, se han empeñado es llenar de regalos Cincinnati.
Lo primero que hicieron fue comenzar a donar dinero a la fundación que Andy Dalton y su mujer, Jordan, tienen para ayudar a los hospitales de la ciudad de Cincinnati que se encargan, específicamente, de los niños con problemas especiales. Lo que comenzó siendo una aportación individual de 18 dólares, por aquello de los años que llevaban los Bills sin postemporada, se ha convertido en una avalancha de 170.000 dólares.