Ruth Beitia festeja su primer Año Nuevo tras retirarse del atletismo
La actual campeona olímpica de salto de altura se retiró por sus problemas físicos en la espalda. Ahora sigue en la política y en la RFEA.
Primer Año Nuevo de Ruth Beitia retirada del atletismo. Abandonó la competición en 2017, tras ser duodécima en los Mundiales de Londres (salió ovacionada del estadio, que los ingleses saben apreciar estar cosas) y no mucho después puso fin a su carrera deportiva de élite, de acuerdo con sus médicos y con su entrenador de toda la vida, Ramón Torralbo.
Ruth ha conseguido en la alta competición medallas en todas las pruebas trascendentales: Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales, Europeos... en pista cubierta y al aire libre. No hay saltadora mundial que no la respete y la aprecie.
La santanderina, de 38 años de edad, parecía eterna: las demás llegaban, permanecían un tiempo determinado, a veces (muy pocas) la ganaban y luego desaparecían. Y ella seguía allí. Siempre. Y venciendo. No hay atleta de su edad que haya saltado más alto en la historia del atletismo.
Ahora se dedicará tan intensamente como siempre, pero más liberada de obligaciones, a su vocación política. Trabaja duro en el Partido Popular de Cantabria, en el que tiene responsabilidades amplias.
Se siente orgullosa de sus medallas, como no puede ser menos, pero se emocionó cuando la Federación Internacional de Atletismo le concedió en Londres el Premio al Fair Play tras consolar en la pista a la italiana Alessia Trost, que no se clasificó para la final y cuyo entrenador de siempre había fallecido no mucho antes.
El diálogo entre ambas pudo verse en las pantallas gigantes del estadio. Y la gente se emocionó. Como Sebastian Coe, el presidente de la IAAF, que promovió que se le otorgara ese premio a Ruth. Es que ella es así.