Eguibar: "El primero que quiere una medalla olímpica soy yo"
Lucas Eguibar (San Sebastián, 1994) es una de las principales opciones de medalla para España en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang.
-Año olímpico, ¿hay una tensión especial?
-Es intenso, estoy muy motivado porque los Juegos son los Juegos y la gente lleva tiempo esperando un podio en unos de invierno. A ver si se acaba ya esa especie de maldición de que no subimos al podio desde 1992. Yo soy el primero que quiere ganar una medalla y estoy entrenándome para conseguirla. Es cierto que España llega esta vez con más opciones. Por ejemplo, Queralt y Javi Fernández.
-Tras su doble plata mundial en snowboardcross en Sierra Nevada 2017, ¿le ha dado un plus de visibilidad?
-Era un Mundial y en casa y conseguimos que la gente se fijase más en nosotros. Tuvimos la suerte de ganar dos medallas y aprovechamos ese foco. Hay situaciones en las que me encuentro cómodo y no permito que me afecte la presión.
-A veces parece una roca, ¿cómo gestiona los nervios?
-Soy así de natural. Lo que me define es ser tranquilo. Cuando estoy en un portillón de salida sólo pienso en la carrera y lo que tengo delante, nunca miro alrededor. También no es lo mismo estar cómodo en un circuito, que no. En Sierra Nevada me sentía bien y espero que en Pyeongchang suceda la mismo.
-Su disciplina es frenética, ¿cómo se optimiza el nivel?
-Es como en las motos o en la Fórmula 1, lo importante es mantener la línea del circuito. Yo vengo del esquí y esa parte de coger el trazado se me da bien. Y también es muy importante la tabla y la experiencia. Los rebufos cuentan y en Pyeongyang va a haber bastantes. Competimos allí en 2015 y hay dos rectas muy largas y soplaba el viento. Me gustó.
-Pero a veces, se puede entrenar mucho, ser muy sobrio, que si tiene mala suerte...
-Efectivamente. Vale que seas muy bueno y tu tabla corra mucho, que si el de al lado se cae y te tira... Adiós. Yo intento trabajar lo que está en mi mano. Es cierto que llevo sólo ocho años en la nieve y hay quien nació casi allí y la conocen más.
-Son sus segundos Juegos, pero en los de Sochi 2014, donde fue diploma, apenas pudo disfrutar (poco antes su hermano sufrió un grave accidente).
-Tengo pocos recuerdos. Fue muy intenso, llegué tarde y me fui al día siguiente de competir. No viví el espíritu olímpico. Aquí espero ir al desfile, ver a compañeros y disfrutar, porque la vida te puede cambiar de un momento a otro. Estuve a punto de no ir, de dejarlo y al final me animé para tirar hacia adelante.
-¿Vivió otro momento duro el año pasado cuando falleció su entrenador Israel Planas?
-Él me enseñó cómo hay que llegar hasta arriba cuando empecé y me mostró el camino para ser plata mundial y ahora a ver si doy otro paso.
-El snowboard es un deporte en el que se vive ‘tipo familia’.
-Sí, es muy amigable y eso que el snowboardcross es la disciplina que menos, porque competimos unos contra otros literalmente. En freestyle cada uno va a su rollo, y nosotros somos mezcla de deporte clásico y estilo libre. Algunos rivales son como hermanos.
-¿El favorito al oro es el francés Pierre Vaultier?
-Es el mejor. Ya lo ha demostrado, me saca siete años de experiencia. Yo estoy contento de estar cerca. Cuando entré en este deporte él ya estaba arriba. Fue gratificante compartir podio mundial con él y Pullin. Llevo toda la vida aprendiendo de ellos.
-¿En qué momento está?
-Nunca se sabe qué puede pasar, pero tengo 23 años y considero que estoy en mi fase de aprendizaje. Eso sí, no voy a dejar pasar oportunidades. Creo que ganar la Copa del Mundo y ser plata mundial con mi edad no es lo natural.