Fernando Belasteguín ha terminado la temporada como las anteriores quince: como número uno del ranking mundial . El jugador argentino (Pehuajó, 1979) ya está de regreso a la casa familiar para pasar la Navidad, y curiosamente hoy se anuncia en un partido de exhibición que jugará con Juan Martín Díaz, con quien dominó el pádel durante trece años.
-Lleva dieciséis años siendo el número uno, con Juan Díaz (13) y Pablo Lima (tres). ¿No se cansa de ganar? -Sé de gente que se cansa de perder, pero no conozco a nadie que se canse de ganar, aunque para mí cada año hay más competencia y es más difícil seguir en la cima. Pero ahí sigo; no hay muchos precedentes.
-Esta temporada ha estado en el aire. -Ha sido la temporada más dura, porque temía que lo iba a perder fuera de la cancha, por la lesión. Si me ganan jugando, que ocurrirá algún día, pues se les da la enhorabuena. Me tuvieron que operar de la rodilla, y gracias a Tony Martínez regresé en tres semanas y a buen nivel competitivo.
-Usted y Juan Martín Díaz son historia viva. ¿Cómo se le ocurrió romper la pareja? -No se entiende, porque aquella pareja funcionaba, y ha sido la mejor decisión y la más difícil de tomar. La mejor, porque rompimos en la cima; la más difícil, porque me costó muchas noches sin dormir.
-¿Viven distanciados? -Necesitábamos oxigenarnos de trece años juntos, y ya ves que hay gente que no aguanta ni dos temporadas. Según pase el tiempo, volveremos a hablar.
-Su historia no se entendería sin él. -Por supuesto. Ha marcado mi vida. Nosotros jugamos doce veces el Torneo del Polo, y lo ganamos once. El año que lo perdimos, caímos en semifinales y salimos aquella noche, una de las pocas porque siempre íbamos a las finales. Pues aquella noche conocí a mi esposa, sabía que era la mujer de mi vida, y me costó casi un año conquistarla. El partido más duro que he tenido que jugar. Y cambié Madrid por Barcelona.
-¿Qué le ha dado España? -Todo. Yo tardé en venir, porque no tenía dinero. Viajé a jugar con Mati Díaz, con 20 palas en la maleta, porque entonces eran muy caras en España, y vendiéndolas podíamos sobrevivir una temporada. Luego, dejé la Universidad por probar un año aquí, y me quedé. Todo ha pasado muy rápido, tengo mi familia aquí, la doble nacionalidad, y sólo un pacto con mi mujer desde antes de casarnos: el Fin de Año lo paso en mi pueblo, porque quiero que mis hijos vean de dónde vienen.
-¿Usted es de Messi o de Maradona? -Soy del Barcelona (se ríe), pero si gana el Real Madrid le felicito. Los argentinos discutimos por el número uno y yo digo, disfrutemos a Di Stéfano, a Maradona y a Messi mejor. Los tres son nuestros de los cinco mejores futbolistas de la historia