Rams (9-4) en Seattle (8-5): Evidentemente, este duelo no generó expectación hasta, tal vez, dos días atrás. Pero las apuestas no son menores. La división está en juego y ambos equipos vienen heridos.
Lo único que está garantizado en este momento es la intensidad. Los Seahawks podrían saltar del séptimo al tercer puesto de la Conferencia Nacional con una victoria en casa. Los Rams podrían dar otro paso a playoffs y asestarle un golpe mortal a su rival divisional si logran vengar su derrota de 16-10 de la semana cuatro.
Russell Wilson se mantiene como firme candidato a MVP por su capacidad de multitasking de mover a la ofensiva y poner puntos en la pizarra al mismo tiempo que corre por su vida. Eso no va a cambiar el domingo en Seattle.
Lo que necesitan los Seahawks para no dar un paso atrás en sus aspiraciones es repetir el truco de la semana cuatro. Frenar la carrera y generar intercambios de balón. Muchos. Claro que es más difícil cuando no cuentas con Richard Sherman y Kam Chancellor para el juego de “vuelta”. Pero tampoco los tenían cuando derrotaron a un ataque igualmente peligroso hace un par de semanas.
Jared Goff sigue siendo un quarterback joven, sin mucha experiencia y al que la bocota de los Seahawks y el ambiente en Seattle se le pueden meter en la cabeza. Por el bien de los Seattle, más vale que así sea. Seahawks por 1.
Chargers (7-6) en Kansas City (7-6): En algún momento de la temporada, estos dos equipos decidieron intercambiar papeles. Los Bolts de inicios de campaña, los que encontraban maneras absurdas de perder, se convirtieron en esos Chiefs del ataque dominante y viceversa.
¿Cuándo ocurrió eso? No me pregunten, porque no me di cuenta. Nadie lo hizo. Pero actualmente los Chargers son el equipo más peligroso de esa división, uno al que no muchos quieren ver en playoffs (y aparentemente tampoco en Los Ángeles).
Han ganado cuatro juegos en fila, sí, concedido ante Nate Peterman, unos desangelados Cowboys, Browns y Skins. Nada que presumir. Pero cuatro de sus seis derrotas han sido por 10 puntos. COMBINADOS.
Por otro lado, los imparables Chiefs del inicio de 5-0 han perdido cuatro de sus últimos cinco juegos y seis de los últimos ocho, viéndose cada vez peor, particularmente en ataque. Alex Smith empezó a entregar balones, la defensiva empezó a regalar yardas y parece que Andy Reid utilizó su playbook como servilleta para limpiarse la salsa de bbq.
Los Chargers están jugando bien. Pero este es un juego importante. Es un juego importante fuera de casa. Y hay maderas que nunca agarran el barniz. Chiefs por 4.